Sueños que son historias: los Seres extraños...

Muy bien... nada como tener este sueño para olvidarnos de la entrada previa y recordar que soy una persona que cree en la ciencia y se acabó!
Vamos allá con esta fantástica y maravillosa pesadilla:

Estaba en un tiempo (futuro) en el que los habitantes de esta, nuestra maravillosa Tierra, (y con habitantes me refiero a seres humanos), teníamos un curioso sistema de sentirnos mejor con nosotros mismos. Y es que, si no te gustaba quién eras: lo cambiabas.
Me refiero a que había un médico que podía cambiarte totalmente de personalidad. Tu ibas, le contabas lo que te pasaba y él te metía una especie de máquina que simplemente te convencía de que eras otra persona. De ahí que los humanos andábamos cambiando de identidad felizmente, como si fuera tan sencillo como cambiar de zapatos, y cuando dabas con la identidad que más feliz te hacía, te la quedabas.
Y ojo, chico, chica, ... podías ser lo que quisieras.
Recuerdo que una mañana yo no me encontraba bien y mi compañera de piso me dijo: "pues vamos a ver al doctor". Y podías ir llamándote Sara y volver siendo Sofía. Daba igual, tú elegías a tu personaje. Extraño mundo.
Bien, para complicar aún más las cosas, al regresar de este extraño médico con mi nueva personalidad (la podías cambiar según te daba la gana), entré en mi cuarto y me puse a hacer mis historias cotidianas cuando de repente apareció ese ... bueno, ¿ese personaje guía? (vale, se ha bloqueado la pantalla del ordenador)
Ya está.
¿Cómo llamas a alguien que te ayuda en los sueños? ¿corriente mental de orientación?

Era invisible así que poco importa. Y dijo:

- Cuidado. No los dejes entrar.

¿Qué? Extraña advertencia, ¿no os parece?

No vuelvo a ver un reportaje de cosas paranormales en la vida. 

A continuación apareció un perro.
Un perro muy bonito. Normal, y callejero, en realidad. Lo acaricié.
El perro tiró de mí, agarrándome de la muñeca. Luego apareció otro.

- Oh, mira, quieren que les siga..

- Eso no son perros.

Los miré de nuevo. A mí me parecían perros. No sé, cuatro patas... morro alargado... peludos. Vamos, que eran perros.

Pero como tenía esa advertencia rara, pues no les seguí. Los eché de la casa y luego regresé y continué con mis quehaceres. 
Y esto tiene gracia, me acosté con intención de dormir. ¿Dormir dentro de un sueño? ¿Raro, eh? Pues más raro fue lo siguiente. 

No podía despertar.

- Está aquí. No les dejes entrar

Y vuelta. Está aquí.. ¿qué? Estaba tumbada en la cama en el sueño y recuerdo que entonces me di cuenta de que no podía moverme. ¡Ostras! ¿alguna vez habéis intentado despertar y no podéis? Es muy desagradable y además es un fenómeno científico. Esto era diferente. 

- Aquí no hay nadie -pensé, porque hablar no podía, estaba dormida- es solo que ... estoy cansada. Venga, ¡arriba! ...

Nada. No podía mover ni los brazos, ni las piernas, ni nada, estaba allí, tumbada. Muy cómoda, sí. Por eso digo que no es como cuando sientes esa rara parálisis del sueño que igual a lo largo de vuestra vida sentís o igual no. Eso no es más (supongo) que el cerebro que todavía tiene el cuerpo con la hormona esa del sueño y no te deja moverte, eso es todo. Esto era diferente. 

"Vale, muy bien. Espíritus invisibles, ¿eh? Vale, muy bien, si hay algo aquí conmigo... ¡que me de una prueba!".

Vale, lectores. No hagáis eso nunca. Ahí sí me moví. Eso os lo puedo asegurar. Otra cosa es el como.
Me moví como si me empujaran... de una manera muy rara. No por lo raro del movimiento. Fue por la totalidad del movimiento en sí.

Y me asusté.

- ¡¡¡Oh, cielos!!! ¿¿¿¿¿¿Qué ... qué son esas cosas?????

Seres, ¿invisibles? ... ¿espíritus?

Y claro, pedí ayuda al "audioguía" del sueño. Personaje que, dicho sea de paso, no tenía cuerpo.

- ¿¿¿Qué hago??? ¡¡¡¡¡¡¿qué hago ahora?????

Viendo que ya tenía toda mi atención y mi confianza en que no mentía, la voz en off de esta historia me dijo simplemente:

- Despierta.

¿Qué? ¡Despierta?! Pero si ya estaba despierta, ... solo que no me podía mover.

- ¡¡Echa esa cosa de aquí!!

Ese despierta sonó a "usa tu voluntad" así que abrí los ojos y me levanté aunque ... la verdad, podía haberme quedado aplatanada en esa cama toda la vida. No es que no se estuviera cómodo. Es como si estás cómoda dormida y de pronto ves que te sube una hormiga por la pierna. O algo peor. Si es una hormiga dices "vale" y sigues durmiendo. Pero si te dicen que hay un "coso" subiéndote por la pierna, seguro que por si acaso, haces el esfuerzo y te levantas.

Pues eso hice yo. Solo que bastante más asustada.

- ¿¿¿Qué son esas cosas????

- No les dejes entrar.

Y vuelta.
Puertas y ventanas cerradas. Pero yo tenía que ir al mercado. Fui con la vecina, y de nuevo estaba allí en la tienda a mis cosas cuando vino ... no recuerdo esta parte. Volvía a ser lo mismo, alguien a quien no debía seguir. Luego llegué a casa y pensé: "¡¡voy a comer chocolate!!" y de nuevo la advertencia. Recuerdo que contesté: ¡Oh, venga ya, ¿no puedo hacer nada?! No puedo dormir, no puedo zampar chocolate... qué sueño tan pesado. No hice caso, pero cuando estaba a punto de darme un atracón moví las cortinas y vi... en el piso de enfrente, asomados a la ventana, un montón de niños pequeños mirando para mí, con aire bastante siniestro, y cantando. No eran niños muy pequeños, eran más bien como el cartero de mis cuentos, pero en versión... que daba mal rollo.

Todos mirando para mí a ver si me zampaba el chocolate y cantando alegremente.
Se me cayó el chocolate de las manos.
Y me volví hacia el personaje que me ayudaba (lo siento, tampoco recuerdo su fisionomía).

- ¿Se puede saber qué son esas cosas? -le pregunté.

No recuerdo la respuesta.
Entonces entró un bombero en el piso diciendo que había un incendio y que tenía que evacuar.

-No les dejes entrar.

Otra vez. Abrí la puerta y vi a la vecina (la vecina era muy mayor) y el bombero tenía una mala pinta. Afuera, en los otros pisos, los niños espectrales seguían cantando. Aunque más que espectral, ... habría que usar otra palabra.
El bombero se llevaba ya a la vecina y yo le detuve:

- ¡NO!

Y le dije: ¡fuera! ¡largo de aquí! 
Y la vecina contestó: "Van a llevarnos a ver un Museo"

¿Un Museo? (bueno, es que la palabra museo ....) en fin, levanta la curiosidad. "¿Qué Museo?" pregunté.

- No les dejes engañarte.

"El Museo del Traje Romanticoso" me dijo la vecina.

Mirad. Qué tres segundos de jajajaj! ¿Qué? ¿Traje qué?

Y ahí ya sí, me cabreé:

- ¡¡¡¡¡¡LAAAARGOOOO DE MI CASA!!!!!

El bombero tiró de la vecina, y a su vez de mí. "Que sí, que vamos"

Y yo: ¡¡¡qué no vamos a ninguna parte!!!! ¡¡qué sí!!! ¡Que no!

¡Que he dicho que noooo!

Me desperté.

Jobar....
Abandono las investigaciones paranormales, ajajajaj!!!

4 comentarios:

Davidel dijo...

Enhorabuena, me has tenido en un puño. Me lo has hecho pasar mal. Uff.. Ya veras que cuando me centro tanto en un texto luego sueño. Cómo me encuentre a esos niños te los mando pa ti 🤣🤣🤣

Nelly dijo...

¡Nooo! a mí no me mandes pequeños cantores de otra dimensión ajajajaj! Que todavía no sé muy bien qué significado tiene se extraño sueño!!!

Davidel dijo...

Jajajajajaaja!!

Nelly dijo...

¡¡¡Nada de sueños raros!!

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises