Tengo una amiga que se lleva las manos a la cabeza cuando me ve "reciclando libros". Y es posible que muchos lectores no lo entiendan pero es que soy antiacumulación. Desde la muerte de mis abuelos.

Me impactó profundamente ver cómo se ordenaba, clasificaba, recogía y esparcía todo lo que dos personas estuvieron acumulando durante años y supongo que pensé en "¿qué pasa con mis cosas cuando yo no estoy?"

Desconsolada, me di cuenta de que dejaban de ser mis cosas. Por tanto, en cierto modo, no son mías. Bueno, en verdad lo son. Ahora lo son. Pero luego dejan de serlo así que... ¿Por qué acumulo trastos inútiles?

Desde esta nueva perspectiva y teniendo en cuenta que no vivo en una mansión de quinientos metros cuadrados, todo lo que no vale y/o se disfruta, es susceptible de seguir en movimiento. 

Hay libros que son joyas.

Hay películas que son joyas.

Y hasta es posible que tenga ropa hecha un desastre pero que no la tiro porque en cierto modo, cuando voy a hacerlo, siento como si estuviera tirando una parte de mí a la basura. Y eso me detiene, aunque el pantalón de chandal tenga bolitas de hilo y de la sensación de que puede salir andando solo. Con todo, debería ser bueno tirarlo. No aferrarse y todo eso. Tiene gracia, que me cree más problema tirar un chandal viejo que reciclar otras cosas.

No se debe "tirar" sin más. Hay que reutilizar. Voy al punto limpio para cosas muy nimias. Pero es que cada objeto es un esfuerzo en sí (de fabricarlo, de comprarlo) e incluso cuando está obsoleto hay que darle un final (que no es tal) adecuado. 

Los libros que tenía repetidos, que no me voy a leer, que no me han gustado, o que se caen a pedazos, esos al contenedor de reciclar. Y no siento pena en absoluto. He donado libros, he regalado libros, he vendido libros... los libros, libros son. Tienen sentido cuando los lees, o cuando los atesoras por algo, pero... como pisapapeles, ¡no, gracias! Eso es absurdo. Recíclalos y conviértelos en otra cosa que sea leída. Tiene más sentido.

Y hoy, mira tú por donde, me ha dado por recoger los armarios.

jajajaj! 

Sólo que mientras lo hacía el neetbook (¡cielos! ¡Pero si no tengo ordenador tampoco!) ha cerrado sesión.

Llevaba una hora corrigiendo el manuscrito que entrego en marzo. Al ver que el ordenador cerraba sesión sin guardar, he tenido uno de esos momentos en los que mentalmente te diriges algo que vive en tu ombligo, en busca de una respuesta, tipo: "... no me hagas esto..." o "o, no, no me digas que...."

Pero se ha reiniciado con el libro intacto.

Y he pensado: "podrías poner una entrada en el blog que empiece con diario de una escritora loca. Contando como te salta la cabeza del planeta Ceres en el cinturón de asteroides a "vamos a visitar la Sala Blanca" (es largo de contar) y por el camino riego las plantas y ¡uy, mira hay que recoger los armarios!".

Y el resto es historia...

*La Sala Blanca es un espacio virtual... donde una puede centrar un poco su mente.

Saludos!!!