¡¡Vaya meditación!!

Saco la bicicleta, la preparo, me pongo en marcha. Llegó a la laguna secreta donde hace poco más de un año medité durante dos horas. Nada más entrar veo que alguien ha limpiado el camino pero ha dejado un diente de león explosivamente llamativo entre 4 rocas. No le tomé una foto porque era una flor silvestre, nada más. Pero el detalle tiene su gracia. Parecía un florero y la planta crecía tan decidida que parecía más una gerbera de esas...



Una bandada de patos haciendo buceo me reciben como comité de bienvenida. Pescan, se meten debajo del agua y salen a tres metros. Yo no sabía que los patos buceaban. Una cosa es zambullirse y otra nadar bajo el agua de la laguna. Pronto descubro que son crías. Me llama la atención que no se mojan. Sus plumas son impermeables. 

A la hora y media me he hecho una idea de lo que es la vida en la laguna. Jerarquías, llamadas de alerta y peligros cotidianos que acechan a los patos. Ni rastro del Martín pescador que vi la última vez. Descubro que hay como cinco familias con crías que van desde los pocos días de vida hasta casi adultas. Las garzas reales no se acercan.

Pero meditar, meditar... Lo que es meditar, más bien poco. No sé como acabó reprochándome a mi misma la cantidad de obviedades que he pasado por alto al empeñarme en llamar maestro a quien no lo era. Mira que me lo dijo veces, me digo. Mira que te decía todas estas cosas y no eran broma, eran de verdad. Sentada en la laguna con el ceño fruncido me preguntó a mí misma una y otra vez ¿cómo puedes ser tan idiota?

Hasta que la pregunta que empieza a preocuparme de verdad es "¿y dónde encuentro yo ahora un maestro?" Con la cantidad de brujas, meigas y farsantes que hay por ahí, ¿cómo no equivocarme y confiar en el inadecuado?

Saco la bici de la laguna muy atribulada. Monto y pienso que lo mejor es que el maestro sea una mujer. Pienso en la única fuente (fiable, pues venía de él) que conozco y me digo "¿querrá escribirse conmigo?" Es un hecho innegable que a veces me comunico mejor por escrito (y es que las condiciones con el anterior eran perfectas). Algo en mi interior (algo que lleva un rato en pie de guerra) me sugiere algo así como "no fuerces". Es verdad que no puedes escribirle a una señora religiosa que está a 9000 km y decirle "hola, ¿qué tal? Me encantaría que me enseñara". Y es que he visto unos videos del Dalai Lama que me intrigan.

Regreso por el camino de la playa. Algo en mi interior me recuerda: "Eva, mira la playa" en realidad solo miro para el camino. Refunfuño mentalmente y alzó la cabeza. Sí, la playa es preciosa, pero tengo que mirar el camino. Esta lleno de piedras. Mentalmente, me digo: "te vas a quedar en la ignorancia y luego te morirás sin saber de qué va todo esto. Es insoportable"

El pensamiento me sorprende incluso a mí. ¡Jajajaj!, ¿me da miedo no aprender? Jajajaj. ¿Como si fuera una responsabilidad? ¿De dónde vienen esas ideas? Un poco más enérgica, pedaleo y vuelvo por dónde he venido.

Y aquí es cuando pasa algo inusual.
Tomo el camino de vuelta al bosque y a los pocos metros descubro que no es el camino. Vuelvo atrás. "Que raro" me digo. Doy una vuelta con la bici y veo un chiringuito de playa. "Ah, debe de ser por ahí" Supongo que me he saltado un tramo. Pero tras recorrer el camino del chiringuito y tomar la bajada hacia el bosque me pasa lo mismo. Llevo mil años haciendo ese paseo en bici. Jamás me había despistado así. Subo de nuevo a la carretera, aún trabajando con la parte de mi mente más racional, me digo "solo hay dos bajadas y ya he hecho el tramo del chiringuito. Si esta no es... Necesariamente tiene que ser la otra". Me acerco y veo una dirección prohibida que me inquieta muchísimo. Aún así bajo un poco más la cuesta. Y tampoco es el camino. El camino, simplemente, ha desaparecido. En ese instante decido pedir ayuda a la otra parte de mi cerebro. Esa que desde la laguna está en pie de guerra. La parte que me dijo que me estaba perdiendo el paisaje. La que sugirió que no me preocupara. Digamos, la parte a la que yo llevaba reprochado 3 horas que sintiera confianza y se fijará en quien no quiere ser mi maestro. Porque le caigo mal, seguro.

"Ayúdame, anda, tú sabes por dónde es"

Pero esa parte de mi mente no contesta. De sobra sabe por dónde es porque lo siento cada vez que voy. La brújula interior se ha apagado inesperadamente.
Esto es una venganza.

"Vamos, los caminos no desaparecen sin más..."

Cómo una sensación llega hasta mí la idea de sigue a ver que encuentras. Pero esto me inquieta y me enfada. Hay un camino y es el que quiero yo. Los caminos no desaparecen.

No obstante, veo otro de tierra bordeando el mar. Decido ir por allí. Y de repente descubro que termina en un paseo de baldosas amarillas. Me hace gracia lo de las baldosas pero es muy real. Seguro que el alcalde no pensó que se diera una situación tipo Mago de Oz con una chica en bicicleta, deseando volver a casa.

Las baldosas son el fin del parque de la vieja fábrica. Resulta que he descubierto otro camino. "Ah, pues que bien. No entiendo la enseñanza si es que hay alguna" sigo pedaleando creyendo que todo esta solucionado hasta que llego al embarcadero abandonado que me corta el paso.

"Oye, esto no tiene gracia. Odio perderme"

Me bajo de la bici y bajo y subo un camino que serpentea rodeando el embarcadero. El paisaje asusta un poco. Es tan decadente que te hace pensar en el paso del tiempo. Al llegar al otro lado el parque continúa. Casi sin darme cuenta llegó al inicio del camino que yo tomó normalmente. Si hubiera estado de mejor humor lo habría subido para ver por qué no localicé su entrada en mi regreso.

Mientras vuelvo una parte de mi me pregunta que cómo o por qué he vuelto a encontrar el camino a lo que yo contesto mentalmente que por la referencia del mar. Sólo me aventuré porque era consciente de dónde estaba la línea de la costa.

Pero si esto es una metáfora o algo así... No lo entiendo.

Sólo sé que me he quedado sin profe.
Bah! No tiene importancia. Seguro. Seguiré meditando y ya está.



2 comentarios:

Davidel dijo...

Jajaja!! La foto de la bici me encanta. No te empeñes en buscar maestros. Estos pueden estar en cualquier lado e incluso pueden ser maestros momentáneos. Aprendiste algo con el muso en algún momento? Quedate con eso, quizá fue un maestro momentáneo indirecto, toma ya! Jajaja. Que pases unas buenas vacaciones!

Nelly dijo...

Jajajaj! Esta bien. Dejaré de buscarlos.

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