¿Qué pasa hoy en día con el amor? -Cuento para reflexionar




- En París todos usan esa página -dijo Carlota-, de hecho, es francesa. ¡Está muy de moda allá!

Nelly observó a su amiga con escepticismo. ¿Por qué no podían las cosas ser como antes? Cuando un chico y una chica se conocían de toda la vida, y se iba fraguando el cariño poco a poco. Ahora todo funcionaba a través de pantallas repletas de perfiles, con arduas lecturas, lenguajes llenos de signos con prosa sutil y engañosa. 

- Esta bien -dijo Nelly-. Si tú dices que funciona.

Un martes ocioso, accedió al portal desde el sofá de su casa. Empezó a ojear las fotos sin atreverse a escribir a nadie. Al parecer todos los chicos que aparecían allí eran pilotos, conducían un coche de alta gama o hacían windsurf. No había nadie con una foto normal, sin una moto deportiva de fondo o un avión de combate a sus espaldas. Como si se pasaran el día haciendo deportes de riesgo o saltando desde rascacielos para salvar el mundo. 

"Parece el casting de aspirantes a interpretar a James Bond" pensó.

Un pop up le avisó del deseo de alguien de iniciar una conversación con ella.

"Hola" saludó Nelly.

"Hola".

Era un comienzo soso, pero prometedor.

"¿Qué tal?" preguntó Nelly.

"¿Quieres venir a mi casa esta noche?"

Las cejas de Nelly se elevaron como paracaídas al viento.

"Hombre así.. sin flores ni nada" respondió.

Su interlocutor no captó la ironía. De la misma manera en que se desinfla un globo cuando le haces un agujero muy pequeño así se desinfló el ánimo de Nelly al leer su reacción. Salió de la página. 

Tres meses después, y tras escuchar un millón de historias de ligues e incluso bodas a través de páginas similares, se volvió a conectar. Considerando que era un método tan válido como cualquier otro para conocer gente, regresó al mundo virtual para entablar conversación con extraños. Esta vez buscó características especiales pues la web permitía (¡nada menos!) elegir cualidades de los interlocutores. Puso no-fumador, ávido lector, chico tranquilo. Como si el amor se pudiera cortar por un patrón. Como si se pudiera diseñar. Recordó mientras le daba al intro lo enamoradísima que estuvo de un chico borde, muy realista, fumador y que no leía nada más allá del periódico deportivo o los menús de los restaurantes. Un auténtico pesimista, contrario a ella en todo. 

Le dio al intro y comenzó a charlar con gente. Incluso llegó a quedar con algunos para tomar un café pero al regresar solía hacerlo muy deprimida. Tanto, que en una ocasión llamó a una amiga y le habló en estos términos:

- No lo entiendo. Vuelvo con el ánimo por los suelos. Esto me deprime muchísimo.

- Eso es porque te formas expectativas -dijo su amiga alegremente.

- ¡¿Pero si no espero nada?! Resulta agotador. ¿Tú no te deprimes al volver de estas citas? 

- Sí, es normal -contestó la otra riendo-. Es como cuando vas a comprarte unos pantalones a las rebajas y no encuentras ninguno que te valga. 

El idealismo es aquella postura que considera la vida acorde a unos valores y modelos de armonía que no se corresponden con la realidad. Igualar la búsqueda de una pareja a la de un pantalón de rebajas fue algo que a Nelly le hizo dar un brinco por dentro. Así pues, decidió que su amiga tenía razón y decidió abandonar la página. Estaba harta de ir a buscar pantalones.

Tres meses después estaba en una cafetería con una amiga de las islas. Le mostró, orgullosa, un anillo de pedida bellísimo. Nelly lo contempló admirada. 

- ¡Qué maravilla!

- Le conocí por esta aplicación -dijo su amiga enseñándole el móvil. 

Así, a ojo, era la web más agresiva de búsqueda de citas de la que había oído hablar. Nelly no dijo nada a su amiga, contuvo la risa que revolucionaba su estómago con un temblor que pasó desapercibido. 

- Me estaba dando de baja cuando me escribió.

- ¿De veras?

- Oh, sí -contestó la otra-. Verás, me di de alta y conocí a un chico que estaba de vacaciones. Hablamos en inglés y le dije que quedara con quien quisiera para ligar pero que si le apetecía hablar o tomar un café, que me llamara.

"Vaya, otra como yo" pensó Nelly mientras le daba vueltas a la cucharilla del café, entretenida.

- ¿Y qué pasó?

- Pues que quedamos dos veces y a la tercera me mandó un mensaje que decía... ¡Mira!

El contenido era tan obsceno que de la perplejidad, Nelly pasó a la risa abierta y franca. Y se estuvo riendo un buen rato. Era tan surrealista que ni un autor habría podido imaginarlo más esperpéntico. 

- Y claro, decidí darme de baja -dijo su amiga-. Y justo cuando me daba de baja me escribió mi prometido.

- Eso es el destino -dijo Nelly.

La otra historia que contó a continuación, la del prometido, sí que estaba formada por casualidades entretejidas de manera tal que el resultado era una hermosa melodía. Nada estridente, nada forzada. 

Con el tiempo, Nelly conoció a alguien interesante fuera de internet pero en la tercera cita él le dijo que no quería atarse pues estaba en una de esas fases de descubrirse a sí mismo, investigar el cosmos, crecer en espiritualidad y saltar de flor en flor, según su brújula de libertad interior le dictara. Nelly pensó que con casi cuarenta años uno ya debería haber superado esa fase. 

Unos meses después, en un curso de yoga, Nelly conoció a una persona que juzgó interesante. Alguien con quien compartir sus gustos eclécticos. Por eso fue mayor su desilusión al notar que la frecuencia de sus mensajes obedecía al impulso no confeso de "cuando no tengo otra cosa que hacer". Así que le emplazó a su territorio favorito: una cafetería. Lugar neutral en el que se sentía cómoda y le preguntó abiertamente lo que buscaba.

- Estoy en un momento de descubrirme a mi mismo, explorar, ampliar horizontes, y no quiero atarme -dijo su interlocutor-, porque estoy en evolución constante. Acabo de empezar un nuevo proyecto, mi vida es... en fin, impredecible y apasionante.

Nelly aprendió que "ahora es nuestro rato" equivalía a "soy un hombre egoísta y no estás entre mis prioridades". Que cuando dicen "estoy en una fase de evolución y descubrimiento" significaba "vivo una crisis y no sé por dónde voy a salir". Y que lo que dijo a continuación era la peor excusa del universo para continuar con aquel café:

- Pero tú y yo hemos conectado y eso no significa que tengamos que dejar de vernos. Porque yo podría enseñarte cosas... que jamás has visto.

Las cejas de Nelly se arquearon de nuevo como paracaídas al viento. A aquellas alturas de la conversación, su interior estaba muy fraccionado. Por un lado su yo consciente, concentrado en mantener la entrevista con la profesionalidad clínica y fría de quien hace una entrevista de trabajo. Por otro, su verdadero yo. Estuvo a punto de preguntarle a ese otro yo qué opinaba de todo aquello pero la respuesta de la burbuja que sentía en su ombligo era algo así como: "demasiado surrealista para comentar".

"¿Pero qué le pasa a la gente hoy en día?" pensó Nelly. 

- Mira, me tengo que ir -contestó-. Aunque agradezco la propuesta y es tentador pero... no puedo aceptarla. Gracias, de verdad.

- Pero el cosmos ... las estrellas.

- Sí, sí, lo que tú quieras. Las lunas de Júpiter también...

- Pues tú te lo pierdes.

- Efectivamente - Nelly se puso en pie tan rápido que la silla chirrió de manera molesta-. Me lo pierdo, me voy. ¡Ciau!

Tres días después se enteró del divorcio de un amigo, un mes después del divorcio de otro que era amigo de su infancia.

- ¿¡Pero qué ha pasado?! -preguntó.

("¡Ya es casualidad! ¡Ya es casualidad!") dijo a su yo interior con los ojos enrojecidos y tristes. ¡¿Qué puñetas pasa con el amor?!

- Pues nada, que un día se levantó y me dijo que había cambiado de opinión -dijo su amigo- Que ya no estaba enamorada. Se le pasó, sin más.

Nelly suspiró. Suspiró con el ombligo. Con el alma. Con los ojos, con el corazón. Llegó a casa y por casualidad se encontró una frase de Cortazar al abrir el ordenador. Uno de esos guiños del universo que le hacía preguntarse, ¿de dónde vienen estas casualidades?


Leyó la frase una, dos, tres veces. Y se sintió mejor.

Luego miró a la luna preguntándole qué había hecho con su alma gemela... pues al parecer se había perdido en algún otro universo.

FIN. 

9 comentarios:

Davidel dijo...

Que bonito, que triste y que injusto.
Y que bueno el de las estrellas y planetas de Júpiter jajajaja

Nelly dijo...

No sé, no hago más que darle vueltas. ¿Toda la gente que se separa es porque no se amaba de verdad? Igual no funciona nuestro concepto de matrimonio o... No sé. Cuando amas a alguien lo amas... No entiendo que a la gente "se le pase" el concepto del amor. Y si el amor se pasa... Entonces no funciona la idea de matrimonio? Alguien me dijo una vez que el amor hay que renovarlo cada día. Una mujer sabia y casada.
No sé... Es un misterio.

Davidel dijo...

Influyen muchísimos factores, muchos. Es un debate largo a debatir. Desde mi punto de vista, que considero objetivo, podria hablarte al respecto. Pero esto lo haré con unos cuantos cafes en cuanto nos veamos 😉☕
¿Amarias a alguien durante mil años si pudieras vivir tanto tiempo?
¿Es ilícito querer a mas de una mujer/hombre en tu vida?
Podría escribir un libro, pero no es lo mio. 😆😆

Nelly dijo...

Yo a toda la gente que he querido la quiero. Desde ese cínico realista hasta aquel por el que me preguntaste en la cafetería (el que me enseñaba). Y sospecho que siempre les voy a querer. Otra cosa es si hablo o no a esas personas. Una de las cosas que más me costó aprender es que cuando los seres humanos dicen "para siempre" en realidad significa "ahora". Así que no uses esa expresión sino es verdad. Cuando pienso en las personas de las que me he enamorado... No puedo odiar las. Es... Absurdo. ¿Cómo vas a odiar algo que quieres? Otra cosa es que sepas con seguridad científica que la interacción con ellos es dañina.O que se han portado como gilipollas jajaja. Una cosa no quita la otra. Pero eso de dejar de querer... Hum. Y respecto a lo de si es lícito amar a más de uno en la vida pues no lo sé. Supongo que la monogamia cumple una función de proteger a la familia.
Yo sí amaría durante mil años. En cuestión de cambios soy como Sheldon Cooper. No obstante, el... Estar lejos de alguien modera mucho los sentimientos. Pero querer a la gente es algo que no se pasa.
Ni se elige.

Davidel dijo...

Pienso que hay grados. Yo he querido, quiero y querré a ciertas personas que he conocido a lo largo de mi vida y ha habido un afecto mutuo, ya sea amigo o pareja. Dices que sospechas que siempre les vas a querer. Yo pienso que el roce y la distancia hacen bastante y que se puede querer en el pasado y no en el presente. Siempre dependiendo de cómo haya ido esa relación. En ciertas ocasiones cambiaria querer por afecto.
Respecto a la expresión "para siempre" y que no se use si no es cierto, es complicado. No se puede saber si es para siempre, es imposible. Pueden pasar muchas cosas a lo largo de esa relación. Personalmente me importa mucho el momento presente y ese sentimiento hacia mi. Parece sino que se está obligado a sentir eso mismo durante toda la eternidad, y yo no quiero que me quieran por compromiso o por que es lo "correcto"
Se puede dejar de querer? Umm... Se puede querer menos, por ejemplo, por la distancia, por algún incidente con esa persona... Pero nunca dejaría de querer el momento que les quise. Eso es imposible y sería hipócrita.
Si es lícito amar a mas de una persona, perdóname, pero no me he expresado bien. Quería preguntar si es lícito amar a otra persona a lo largo de tu vida y no en el mismo momento. (No estaría tan tarado 😆)
Y mil años...piensa bien...que son mil años.
Las personas van cambiando con el tiempo, no es ni mejor ni peor. Pero puede llegar un momento en el que lo que querías o lo que quieres actualmente ya no te lo da esa persona.
Creo que no es malo. Hay que ser muy objetivo, eso si.
Yo por mi parte te diré que estoy yendo a buscar el amor, no se si el de un rato o el de los mil años. Pero voy dirección a Paris. 😆😆
Bonne nuit Nelly.

Nelly dijo...

Bueno, tienes razón en que las personas cambian... la verdad, no se me ocurre qué solución podría tener el dilema. Pues hay parejas casadas muy felices y hay otras que no duran ni dos años. No lo sé, a lo mejor no existe respuesta... siempre creo que las cosas que no están resueltas es porque la solución está ahí solo que aún no la hemos encontrado (ciencia, enfermedades, enigmas... ya está todo ahí, a falta de encontrar, de ser descubierto) sin embargo, mira, en este tema social en concreto... sobre el amor... creo que no hay una respuesta.
Es un misterio.

Nelly dijo...

Con "enfermedades" me refería a : Cura de enfermedades. Y, por cierto, jajaja, ¡BUEN VIAJE, DAVID!!! Saca muchas fotos, aunque ya te conoces bien la ruta y el destino.

Davidel dijo...

Lo dejamos para los grandes filósofos, nosotros a escribir y dibujar que es lo nuestro jjjj
Gracias, besos!!

Sarg Bjornson dijo...

El amor está perfectamente, es la gente la que es gilipollas!

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