Hum...


Se me ha roto el coche.
Hum.
¿Llevo una semana muy extraña, verdad? 

Primero me he vuelto loca pensando que era algún tipo de "karma" raro pero luego... luego me he puesto a pensar, científicamente.

El coche es viejo y por lo visto...es una posible avería de hace más de un año. O más bien un deterioro normal. Por lo que no tendría que ver con recientes acontecimientos. Vale. 

Pero luego es que... me ha dado muchísima pena tener que cambiarlo. Y por algún extraño mecanismo incomprensible me lleva a la conclusión de que debería meditar. No me da pena reciclar libros, no me da pena cambiar de móvil, ... pero sí que siento un apego tremendo a este coche. 

Si os digo que es un coche mágico, que sale de las cuestas en tercera, que me ha servido de refugio, con el que he aprendido a conducir... si os digo todo esto, pues es comprensible tener apego. Pero de ahí a la sensación absurda que tengo de que el coche está vivo y tiene alma propia es ya mucho. Alguna vez ha salido en sueños como parte de la historia. 

Por eso tengo que meditar. 

La sensación que tengo ahora mismo es de que "todo está desordenado". Es como ver un montón de películas juntas: cada frase de hoy es... una historia, muchas tramas, y con mucho miedo por todas partes. Pero hay una parte de mí que me dice que en vez de intentar controlar todas las tramas o sentirme culpable, o enfadada conmigo misma o intentar que un coche dure mil años, sólo tengo que observar. Sólo eso, estar tranquila y observar.

(..tiempo de meditación...)


¿¿¿???

Me he puesto a meditar y después de un maravilloso rato en calmado silencio he oído un pájaro. Lo que no sería especialmente extraordinario pero es que son casi las doce de la noche. ¡Jajajaj! canta a la luna.

Hay un pájaro en el vecindario que le canta a las estrellas... no me lo puedo creer.




0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises