Extrañas casualidades.




Esta semana he vivido una serie de extrañas casualidades. El martes, mientras me tomaba un café en mi descanso en el trabajo, tuve la inspiración de mandar un mensaje de whatsapp a muchos seres queridos. Busqué en Google hasta dar con una imagen que me llamó la atención: una margarita con una mariquita roja encima y unas letras grandes que decían: "Feliz Martes". Me gustó el tono de la foto (que estaba como "rebajado") y contrastaba con el rojo chillón del insecto y las palabras. Me pareció bonita y elegante y la envié.

Me respondió mucha gente (todos en verdad). Como nunca mando mensajes conjuntos, descubrir esa herramienta resultó interesante. Una amiga me mandó un vídeo de humor de un león hablando, lo que me hizo reír porque hacía poco había estado conversando con un amigo mío que me dijo que yo era "un poco orgullosa". Lo cuál no es verdad, tengo la misma capacidad de guardar rencor que una patata. Pero sí que inflé el pecho en ese momento y como buena Leo le dije: "Perdona, pero..." y ya pues nos reímos los dos. Así que ese león me gustó porque , es el rey de la selva. Sólo que en vídeo decía "HelloOOooo" y parecía pedir ayuda. Era muy divertido. Lo reenvíe.

Otro de los amigos que me contestó es quien me enseñó fotografía. Es un amigo de hace muchos años, casi quince, y que además (feliz casualidad) vive en mi barrio. Es curioso cuantos amigos y compañeros de trabajo, con lo grande que es Madrid, han terminado viviendo en mi barrio. Al ver su respuesta hablamos un poco y luego pensé: "Hace meses que no veo a esta persona. Unos 8 meses o más..."

 "¿Sabes qué estaría bien? Encontrármela por casualidad" me dije a mi misma.

Esa tarde me fui a tomar un helado con una amiga que tiene muchos problemas laborales. Mientras estaba allí, escuchándola, me zampaba mi yogur helado mezclado con frutas (mango y melón) y me puse a pensar en cuando la conocí y sin haber hablado con ella adiviné el nombre de su madre. Es una forma original de conocer a la gente ¿verdad? Acercarte y decirle el nombre de un familiar que se fue y al que ama. Como os podéis imaginar, desde entonces ella cree que yo tengo algo especial. 

Me gusta pensar de dónde vienen las cosas. Es decir, aquella terraza y aquel helado vino de que me puse a jugar a los adivinos, lo que a su vez vino de esa cosa sin nombre que me hizo decidir que yo tenía que ir al curso donde la conocí. Es muy curioso. Eso se llama corazonada. El curso se daba en la otra punta de Madrid pero, ¿a qué no sabéis dónde vive mi amiga? Pues sí, ... ¡en mi barrio!

Regresando de tomar un helado con ella, de repente escucho que alguien me llama. Pero era un sonido de fondo muy apagado. Hasta que la persona subió la voz y creo que alargó su mano para interrumpir mi camino ni reparé en su presencia. Entonces sí, mi amiga me dijo: "ese chico te llama". ¿¿Adivináis quién era??

El fotógrafo.

- ¡¡¡Madre mía qué casualidad!!! -dije, mientras algo.... dentro decía ( ¿de veras? )

Bueno... yo... lo había pensado esa mañana pero.. Imagino que a veces el cerebro procesa de forma rara las cosas. ¡Claro que me alegré al verle! ¡¡¡Muchísimo, era lo que deseaba!! Pero por otra parte... había algo en mi interior que estaba como diciendo: pues claro. Algo así. Como si fuera lo más natural del mundo verle. Como si ya... lo supiera. En fin, yo solo lo había deseado. ¡Oye, que desear y saber no es lo mismo!

Esta es la casualidad uno.

El miércoles me puse en mi perfil la imagen de un pájaro de acuarela. No sé por qué, me acordé del que pinté para la persona que a veces -con la cual a veces yo- aprendo cosas. Y busqué un pájaro de colores bonitos, porque en Madrid solo se ven gorriones, palomas y unas cotorras verdes terribles. La acuarela me gusta mucho y los pájaros más (petirrojos, etc). Esa tarde, al volver del trabajo, me llamó la atención un pajarito que estaba haciendo cabriolas delante de unas flores. Primero lo miré por las acrobacias pero luego me quedé sorprendida porque, ¡tenía la cabeza amarilla!

"Anda, ¿pero eso qué es ....?" escudriñé a través de la ventanilla, el semáforo seguía en rojo. La cabeza amarilla me llevó a pensar en un verderón, un canario quizá que se había escapado, puede que un carbonero... El pájaro volvió a saltar para hacer volteretas (perseguía a un insecto). De pronto distinguí una clara mancha roja antes del pico.

¡¡¡¿¿¿Un jilguero???!!! ¿¿¿Un jilguero libre??!!!

Bueno, soy muy fan de los pájaros y los animales marinos (de los animales, en general). Me hizo tanta ilusión y me acordé tanto de la foto del perfil que pensé: "caramba ya es casualidad" Y al día siguiente.... llevé el jilguero como perfil. 

El jueves decidí jugar a la lotería.
Yo no juego mucho. De hecho, creo que puedo contar con una mano las veces que juego al año y me sobrarían varios dedos. Pero ese día tomé dinero del que tengo delante de una pequeña figura de buda (monedas) y fui a dónde se compran los boletos. No me gustan los boletos ya cerrados. A mí lo que me divierte es elegir los números. Mientras iba hacia allá me dije: "¿Y por qué no? La gente es feliz. Todo el mundo juega, ¿sabes? Es algo normal, mis amigos juegan" esta era mi conversación mental "Y si ganas ya no tienes que preocuparte jamás por el dinero. ¡Venga, puede ser divertido! ¿Te imaginas? ¿Qué harías?"

Dos de las apuestas dejé que las eligiera la máquina. En su momento no supe el porqué. Ahora creo que estaba pidiendo permiso. Y la otra la elegí yo. En total me gasté 2 €. Y no me tocó ninguna. Qué pena, ¿verdad? Al día siguiente, mientras me lavaba las manos en el trabajo, me miré al espejo y pensé fugazmente: "puedes hacer como esa gente que se gasta un montón de dinero. Jugar de verdad... imagina que juegas 6 veces... No espera, tienes razón, lo que harías sería perder un montón de dinero. Que es lo que hace la gente. ¡Qué tontería!". Me sequé las manos, seguí con mis asuntos, pensé otras muchas miles de cosas.

Esa noche llegué a casa, antes de dormir revisé mi teléfono y miré en facebook, por si algo me podía resultar interesante. Al abrir la página y deslizar con el dedo la pantalla me dió la risa. Al parecer algo llamado Constantly Curious publicaba un artículo titulado: Porqué ganar la lotería no te haría más feliz.

¡JAJAJAJA! En inglés, encima en inglés. Es curioso porque yo el inglés lo entiendo pero a veces pienso que lo entiende otra área de mi cerebro porque comprendo lo que me están diciendo pero no sé construir las palabras que me lo dicen. Es como entender una ecuación sin dominar los números. Resulta extraño. Y aquel vídeo comienza por: "un estudio científico revela..." ¡¡Basta, Universo, deja de mandarme mensajes que me río!!

Estas son mis casualidades de la semana.
¿Alguno se anima a contar una que le haya ocurrido? 





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