Sueños que son historias.


Una de las cosas que he aprendido recientemente es que, cuando te atrapa un resfriado, lo normal es estornudar unos cuantos días y sentirte progresivamente mal. Pero cuando se trata de un virus, una de las características es que te pones mal muy rápido. En unas seis horas. Pasas de estar bien a tener fiebre y síntomas, muy deprisa. Además, sé que si te duele la garganta y se te inflaman como dos bolas en ella... eso es que el cuerpo esta parando la infección en la primera línea de defensa.

Así que... tampoco podía quejarme. Quiero decir, bastante que agradecer tengo ya a todos los microorganismos que están peleando porque vuelva a sentirme bien. Y sí, fui a trabajar, porque jajaja! bueno, ya lo sabéis... me encanta. 

Pero debo reconocer que esta noche he tenido dos sueños muy raros.

Sueño 1

Fue de madrugada. El sueño comienza con un portal. Vamos a llamarlo portal, enorme y sin puerta, aunque a mi me recordaba vagamente a un tori. Pero más grande y la madera era un poco más clara. Toda la gente (por favor, que nadie empiece a pensar en más allá y cosas raras) caminaba en la misma dirección. Todos ... aunque ... yo creo que no todos atravesaban el portal. De hecho sentí que era la única que lo atravesaba de modo consciente, voluntario, por así decir. Los demás, ya fuera por el mismo camino o no, (yo creo que no) iban en una misma dirección, pero como si no pudieran caminar en otra. Y allí, la otro lado, había lo que yo considero que era un "gran centro comercial".

O eso me pareció.

Al pasar el portal diría que cambiaba algo del mundo pero no se me ocurre qué palabra utilizar. ¿Su densidad? ¿Su sustancia? Era diferente. El mundo previo al  portal parecía más ordinario, más habitual. Pero en fin, ¿para eso están las puertas y portales, no? Así que no me preocupé del cambio . Sí que debo advertir que al atravesarlo lo de "conciencia y voluntad"... al menos por mi parte, se apagó un poco.

"Busca la bicicleta de..."

Fue de madrugada (el sueño) y no recuerdo todo exacto. Algo me dijo: "Busca la bicicleta de la hija de..." o algo así. "Busca la bicicleta de..." algo. Y yo busqué la bicicleta. Y la encontré. Pero la compraron unos japoneses.

- ¡Oh, no! -me dije mentalmente-. ¡Se la llevan! ¡Lo he perdido!

Y aquí viene lo raro. Mi mente me contestó:

No importa. Porque lo importante es que sigas al piloto japonés que se lleva la bicicleta.

Y lo seguí. Lo seguí, llegó a la caja, lo perdí.

- ¡Oh, no! -me dije- ¡He fracasado otra vez!

No, porque lo importante es que veas con quién hablaba el piloto.

El piloto hablaba con un alemán. Debía de estar todo ambientado en la guerra o la preguerra. Me refiero a la segunda. Cada vez que yo llegaba a un callejón sin salida, el giro argumental importante era previo. Me explico: si tenía que buscar una bicicleta y se la llevaban, lo importante era quién se la llevó, si perdía a esta persona, lo importante era con quién hablaba antes... por favor, ¡llegaron a ser importantes hasta los cordones de unos zapatos!!

No recuerdo mucho, sólo que en un momento dado, dije: ¡¡pero habrá Guerra igual!! Yo no sé si estaba intentando evitarla o qué. Pero "no importa" jajajaj. Lo importantes es que veas...

Me desperté.
Y pensé: "Todo siempre está bien". Me tomé un vaso de agua y me di cuenta de que me sentía mucho mejor. Me dolía menos la garganta. Y volviendome a acostar pensé: ¡¡Claro!! ¿¿Cómo no voy a sentirme mejor?? ¡Si haga lo que haga mi cerebro me dice que todo está bien!! Llevaba al menos una hora soñando con "No importa, lo importante es... " y "todo está bien".  Todo está bien, todo está bien. No hacía más que repetir eso el sueño. Por eso yo dije: "Pero habrá guerra igual". No importa, todo está bien. ¿Sabéis? de haber estado yo más despierta le habría dicho un par de cosas al cerebro sobre lo que sí importa. Pero curiosamente, al otro lado del portal... no sé. Daba la sensación de que ese "todo está bien" era real. Resultaba tranquilizador.

Sueño 2: el internado y el cuadro. 

Este sí lo recuerdo porque lo acabo de tener. Yo tenía unos dieciséis o diecisiete años y vivía en un internado. A ratos parecía la protagonista de la historia (una de ellas) a ratos veía lo que le pasaba. Además, volvemos al tema vintage. ¿En qué año estaba? Supongo que mi mente quiere escribir libros porque semejante despliegue imaginativo ... en fin, algún foco le tengo que dar. Recuerdo la habitación, la madera del internado, el suelo. Recuerdo las patas de las camas, el color de las colchas y del papel pintado. Recuerdo hasta como crujían las camas cuando te apoyabas en ellas. 

Y también que un profesor se enamora de mí (en el sueño eh? jajajaj) y me regala un cuadro. Pero yo lo devolví. "No esta bien" me dije. Y le devolví el cuadro. Luego empecé a hacer la maleta. Y luego llega la policía al internado.

La policía lo registra todo. Hablan con el director, hablan con el profesor. Todo. Pero no encuentran la obra de arte. "¿Dónde está?" le pregunto. "Escondida bajo el suelo" me dice el profesor. Debajo de la tarima ( o las tablas) del suelo de su habitación. Allí no hay ningún compartimento, sino que él ha roto el suelo, ha escondido la obra y lo ha reparado después. 

Veo una lluvia de estrellas, pasan los días... un día me pregunto si ir a ver al profesor pero... veo que otras alumnas me miran y no lo hago. Curiosamente, me parezco a como soy ahora (físicamente, digo). Qué raro, ¿no? 

Cuando ya parece que la policía va a renunciar a la investigación, de repente, escucho esto:

- Señor, hemos encontrado algo - dice un policía a otro que debe ser su superior.

Los uniformes eran tan antiguos. Las ropas eran tan raras. Todas. Elegantes, eso sí.

Acerqué la oreja a la puerta (el internado es muy parecido a otro edificio donde yo pasé los veranos y al que tengo cariño, imagino que mi mente lo ha sacado de ahí), y escuché. Sé que está mal escuchar detrás de las puertas, pero oye, me interesaba.

- Es una canción que le dan a los profesores para averiguar cómo son.

"¿¿¿¿¿Quéeeeeee????" 

¿De qué puñetas hablaban?

Vi, y esto sí que no sé de donde sale, un pequeño aparato de reproducir y grabar. Algo muy antiguo. Tecnológico pero de los años... no sé... ¿¿50?? ¿¿30?? ¡Yo que sé, esto es muy difícil! ¡Tengo un cerebro que ambienta las historias mejor que yo despierta!! jajaja!

En aquel aparato había una cinta y si le dabas al play sonaba la canción. Es que recuerdo hasta el peso del aparato, cosa que no comprendo. En fin. 

- Fíjese -continuó el policía-, lo repite todo menos estas tres palabras.

Hubo un silencio al otro lado de la puerta. De repente escuché que uno de ellos decía:

- Es un hombre muy religioso.

Y ahí me puse de los nervios. Lo cuál estando despierta no me tiene mucho sentido. Empecé a hacer la maleta, a toda velocidad. Lo metí todo sin ordenar pensando que me tenía que largar de allí, que le habían descubierto etc. Pero me entonces me paré.

"Espera, espera" me dije "¿Pero yo qué hecho en esta historia? ¿Soy culpable?"

Entonces recordé: me dio el cuadro y yo no lo acepté. ¡No lo acepté! Yo no soy culpable de nada.

Lo único es que van a descubrirle a él, me dije. Bueno, por si acaso mejor me voy.

Y entonces empezaron a levantar el suelo del internado. Y escuché una mujer que gritaba, por encima de los golpes de los picos y del ruido de la palanca al levantar la tarima:

- ¡Ya les he dicho que mi marido no esconde nada!  ¡Dejen ya este registro sin sentido!

Y me despertaron.
Menos mal, la cosa no pintaba bien.


¿Para qué le regalaría el profesor un cuadro a una alumna si era, supuestamente, una relación ilícita? 

Bueno, como veis, mi cerebro escribe historias. Ya sea despierta o dormida es lo que hace. Supongo que tendré que comenzar una novela, ¡jajaja, no vaya a ser que le de por hacerme un serial por entregas cada noche! 




2 comentarios:

Davidel dijo...

😃🍟🍺🎥📺 the end
👏👏👏👏👏👏👏👏👏
Otra! Otra! Otra!

Nelly dijo...

jajaja! Sí, el sueño de hoy jajajaj ahora lo cuelgo.

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