Una noche casi en blanco.

Por algún motivo extraño y misterioso... ayer se me fue el sueño. Y no hay ninguna razón aparente. Ni preocupaciones, ni desdichas. Es, simplemente, que estaba de lo más despierta.
Tampoco me preocupaba estarlo, pero me intrigaban los motivos. Curiosamente, me levanté y me encontré con un insecto parado frente a mí. "Ay va!!" Qué susto. Eran tres los que me había encontrado ese día. Algo de lo más inusual. Los dos primeros los bajé al jardín y este tercero estaba allí, mirándome y pensé: "Pero bueno, ¿no te podías haber escondido un poco mejor? Porque ahora vas a morir..." Y a pesar de que era feo (un pequeño bicho de esos, que se hacen bolas) me dio pena. Me dio una pena tan grande, que decidí sacarlo fuera también.




Volví a la cama, pensando: "¿por qué puñetas siento tanta pena por un bicho? Si me llega a pillar en otro momento lo aplasto. ¿Cuántos seres no me como yo a lo largo de la vida como para sentir pena por uno? Qué estupidez"

Esto es algo curioso porque mi madre siempre cuenta una anécdota de cuando yo era pequeña, con una incongruencia similar. Ella siempre dice: "le tenía miedo a las arañas y gritaba para que fuéramos a matarlas, pero un día me vio limpiando la casa y una se estaba ahogando en un cubo de agua. (aquí mi madre se ríe) Entonces se empeñó en sacarla de una pata hasta el jardín. ¡Con el miedo que les tenía!"

Bueno, es verdad que los insectos nos dan miedo porque son los seres más alejados de nosotros sobre la faz de la Tierra (familia evolutiva diferente). Y, sin embargo, aquella araña estaba luchando por su vida y me dio mucha pena.

Me estoy acordando del salto que dio una cría de delfín salvaje al lado de mi pie, jajaja! que dejó a un pescador alucinado, jajajaj! Pero fue aún mejor que yo metía y sacaba el pie del agua (en un barco) a pesar de que me decían que no se iban a acercar y al mirar hacia abajo vi a la cría pero boca arriba. Es decir, le vi la barriguita gris, las aletas, el morro mirando para mi pie y encima mi pie. Me volví loca de alegría. Luego saltó y se quedaron todos perplejos. ¿Sabéis? Los animales... también nos entienden. Así que toda esta chapa es para deciros que no les hagáis más daño del que ya les hacemos.

Finalmente me dormí y soñé con algo del trabajo. Pero el sueño estaba equivocado, yo no hablo tres idiomas. Según este sueño, que apenas recuerdo, hablaba inglés, español y alemán. Y yo nunca he hablado alemán. El caso es que soñé que estaba despierta (qué curiosa ironía) y a las tres y algo de la madrugada me llegaba un sms al móvil. Era un gif animado. Al principio, eran fuegos artificiales, un montón de luces que iluminaban la pantalla del móvil. "Debe de ser algún amigo extrañado de verme despierta a estas horas, que me manda un whatssap en plan fiesta". Pero luego me fijé más. La pantalla se quedó negra y aquellos miles de millones de puntitos se movían.

"¿Quién diseña semejante animación?" pensé observando la pantalla. Tantísimos puntos y cada uno diferenciado de los demás. Pero es que había miles, muchos, muchos miles.

¿Los ves?

(Ese es mi pensamiento. A veces me habla)

"Sí, lo veo" contesté mentalmente "Es como si fueran... no sé, como si fueran olas"

Y me desperté.
Bien, la dichosa animación era... a ver, imaginad un montón de pequeños píxeles de colores. Verdes, azules, rojos, amarillos, rosas... ¿los tenéis? Bien, ahora imaginad que se mueven de un lado a otro... impulsados por su propio movimiento. Es decir, van todos juntos para un lado, caen, rebotan, vuelven a subir, la deriva les lleva al otro lado de la pantalla... alguno salta con el impulso y tarda más en caer... pero todos al unísono. Es decir, iban todos juntos aunque la posición de cada punto de luz y color era distinto. Y la pantalla estaba muy negra. ¿Esto tiene algún tipo de significado?

¡ya sé! ¡mi cerebro quiere diseñar... algo para un móvil! ¿Es eso?
jajajaj!
Feliz día.


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