Cine: Wonder Wheel, Una vida a lo grande.




Comenzamos 2018 con una breve reseña de dos películas cuya valoración, para mí, a nivel personal, es un 6 (o menos). Lo que no significa que sean malas películas en absoluto.

Wonder Wheel: de Woody Allen. Este director tiene algunas películas que me encantan (como aquella en la que Jhon Cusack está en París, sale de noche y conoce a otros escritores) y otras curiosamente centradas en la decadencia a la que nos pueden llevar algunos sentimientos. Hablo de Blue Jasmine, ésta y seguro que alguna más. Eso de "los celos obsesivos" (en este caso) o la forma de ser conflictiva de una mujer que termina por complicarle la vida a todos. No me ha gustado. No sé porqué me recordó un poco a "Un tranvía llamado deseo". Admiro profundamente el trabajo de Kate Winslet en esta película por no tener miedo a interpretar un papel así. Lo único que me gustó un poco fue lo de las luces sobre los primeros planos de los protagonistas. Y me pregunto, ¿por qué Woody Allen nos quiere mostrar una y otra vez lo desastroso que puede ser un triángulo amoroso y los problemas de esas personalidades tan hundidas? Es que ya van tres o cuatro películas donde transmite esto. Y yo a este escritor no le veo. Es decir, veo lo que me muestra, pero no entiendo el porqué. ¿Para qué me enseña esto? ¿Qué le habrá llevado en su vida a crear personajes así? 


Una vida a lo grande: la pelí de Matt Damon. Otra que fuimos a ver por pura casualidad y sin saber nada de ella, cuando me siento en la butaca y pasan unos pocos minutos me llama la atención la escena de "cambia a su madre por su mujer" (no desvelo nada, es el minuto tres...) pero luego me olvidé del asunto. Pasado un rato pienso: "Lo de ser pequeño es meramente anecdótico" Y claro...me dejó de gustar. Porque era terriblemente previsible. Va a pasar esto, esto y aquello, y pasa. Se ve todo dos escenas antes. "Crítica al multipropiedad, crítica a la venta de este y ese estilo, crítica a cómo es la gente con la política..." pienso, en la butaca. "oh, por favor, ¿qué hemos venido a ver?"
Es toda terriblemente previsible... hasta que sale Duchamp.
Es curioso, fui a verla también tras algún pequeño problema con los vecinos así que cuando sale Duchamp y yo estaba ya bastante decepcionada, pensé: "Encima este. Lo que me faltaba. Menudo cara dura el tío... ¿no es el de agua para elefantes? Si es que fíjate cómo es la humanidad, qué desastre..." pensaba yo para mis adentros. La escena del pasillo no la entendí. Mi amigo sí. Mi amigo me dijo: "él está deprimido". Yo pensé que era un borde. Lo extraño es que, perdido ya todo interés, cuando Duchamp invita a café al personaje, a la mañana siguiente.... me dejó de caer mal. No inmediatamente, sino que en esa escena...noté algo distinto y me sorprendió. Lo tenía catalogado en: "personaje horrible".
Ese cambio sutil.... solo porque sostenía una taza del desayuno y nos habíamos asomado a su vida, me puso un poco nerviosa. 
Y ya, claro, me fijé bien en Duchamp.
"Pero si es idiota" me dije. Mi mente contesta (...) sin palabras. Lo que me lleva a pensar "ya, ya, o sea que tiene algo pero... ¿qué?" Y Duchamp habla de su vida. 
"Te gusta porque en comparación con el otro no es tan imbécil" pensé "pero que sepas que es un delincuente. Sigue siendo un delincuente en una película patética" (jajaja!!).
Puede que sea el lenguaje corporal de Duchamp... me dije. Luego sale otro personaje muy mandón, pero que también te cae bien, y entonces sale la mejor escena de la película que es el primer plano de Duchamp cuando abre la puerta y se muere de risa.
Y yo me moría de risa también. De hecho, en el cine nos reímos todos en esa escena.
- ¿¿¿¿Cómo se puede ser tan patético???? -me habría gustado exclamar en el cine.
Eso es lo único bueno de la película. 
Duchamp.
Así que nos fijamos bien en él y no solo yo, sino el amigo que vino conmigo también, en una escena dice: "¡mira, mira la cara del otro!" Y nos reímos más. Es lo único bueno. Porque a Matt Damon le zarandearías varias veces. No entiendo al personaje. Cuando le vi tocando el tambor pensé "este tío es idiota del todo". Acabó la película y dije: "No me ha gustado. ¿¿Y qué diablos le pasa a Matt?? ¿¿Es que no tiene personalidad ninguna o qué??". ¡Le sorben el seso todo el rato! Mi amigo dijo que la película era demasiado moralista. Yo seguí andando, preguntándome porque Matt se ofrecía a un papel como este... ¿se le ha ido la pinza tras "El Marciano"? "¿Se equivocó de libreto?" "¿Dónde han quedado los tiempos de el Talento de Mr. Ripley?".
Dos días después, haciendo otra cosa, de repente, me llegó la inspiración para entender al personaje.
"Cambia a su madre por su esposa" ¿Recordáis, que sale al principio?
"Cambia a la esposa por.... ¡oh, cielos, claro!"

Vive para los demás. El idiota de Matt Damon no sabe vivir solo. No, no lo digo para bien, es una crítica feroz. Matt necesita a alguien dependiendo de él, por eso acaba con quien acaba. Ahí, sí, veo al escritor de la historia, y está bien construido. De hecho, valdría para un capítulo de mentes criminales: necesita alguien que dependa de él. O a quién cuidar. 

Pero hombre...¡un poco de carácter! Es un personaje tan deprimido (tiene bariguita, fijaros), tan patético, tan fácilmente arrastrable a cualquier idea absurda... es como ¡¡muévete!!

¡Oh, por favor, menos mal que está ahí Duchamp!
JAJAJAJ!

La pelí es un 6. Es una comedia para pasar el rato, lo de hacerte pequeño es... anecdótico, no va de eso, va de un tío patético divorciado y deprimido. Y de un mafioso irónico.
Saludos!!

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