Me he comprado una taza.


Tiene corazones y la venden en el Lidel. Y no, no me han pagado esta publicidad.



Esta mañana he salido a la calle y he visto cosas muy curiosas. Primero tuve un interesante encuentro con unas personas que me quisieron hablar de la fe que siguen. Les dije que tenía una amiga de su religión, pero cuando les dije que para mí, hay una parte en la que todas las corrientes espirituales se parece mucho, pude ver como la más joven de aquellas dos miraba velozmente a la más mayor con cara de "ay, lo que le ha dicho" Jajajajaj! La mayor dijo: "bueno... me da la sensación de que estás en búsqueda". Con una sonrisa respondí: "Sí, pero esa búsqueda es algo eterno así que..." Nos reímos, me dio una revista y cada cuál siguió por su camino, tras hablarle yo de que veo cosas interesantes en muchas religiones y enseñarme ellas un artículo que decía "¿Estas muy ocupada? Cómo vivir una vida ocupada de un modo espiritual". Oh, venga ya, hasta el más incrédulo tiene que reconocer que parecía un mensaje del cartero de mis cuentos jajajajajaj!!!.... Nada más andar unos pasos le dije a esa parte de mí misteriosa, a ese "yo-sin-palabras": "Le va a hablar del encuentro a más gente" y mira, esta vez contestó: "claro". Y seguí andando mientras visualizaba la escena de la predicadora: "ayer me encontré con una chica que era católica pero iba a meditar a un centro budista y todavía no ha encontrado su verdadera religión... por eso es tan importante predicar bla bla bla bla". No es bla bla irrespetuoso. Es que.. ha sido un encuentro curioso.

Un poco más tarde, me paré delante de un semáforo. Los coches arrancaron a toda velocidad. Yo miré hacia el Este. En primer lugar porque siempre miro hacia el Este en ese semáforo. La calle discurre en una vaguada. Así que puedes mirar muy a lo lejos y hacía un día precioso. De repente veo que cruza de un modo totalmente despreocupado un peatón. No puedo creerlo. Esta a unos veinte metros, donde la vaguada es más baja. Los coches van directos hacia él pero es que a la temeridad se une una circunstancia todavía peor: el coche del carril izquierdo.

Por algún motivo, así como los otros vehículos habían parado en el semáforo, el coche del carril izquierdo no solo no paró, sino que aceleró todavía más (puede que se pusiera en ambar) y a mí me llamó la atención que circulaba a unos... 67 km hora? Un coche a esa velocidad en ciudad... bueno. Y veo que va directo, directo, al peatón. Mientras él acelera el peatón atraviesa el segundo carril. Llevan una trayectoria de colisión. Desde luego ambos podrían hacer algo pero no parece que nadie haga nada. Ninguno de ellos.

"Vas a ser testigo de un accidente" le digo a mi yo sin palabras. Pero mi yo interior no contesta. Me vino a la mente una compañera de trabajo que me relató un día como el coche que llevaba delante se puso a hacer zig-zag y esos segundos, esos, en los que... ella pensó "de aquí no salgo". Es terrible. En serio. Pero tanto el coche como el peatón estaban muy lejos. El peatón puso un pie en el carril del coche, caminando como si estuviera en las nubes. ¿Sabéis que hizo el coche? Frenó. Menudo frenazo. Claro, se veía venir de lejos. Pero... luego todo continuó como si nada. El peatón llegó al intermedio de la carretera y subió a un pequeño jardín. El coche puso el intermitente y continuó en otra dirección.

"Vaya". Yo sigo allí plantada mirando. Aliviada, primero porque no ha ocurrido nada. Menos mal. Y en segundo lugar pienso: "a mí me pasa eso, como conductora, y me paso tres días enfadada". No en serio, ¿¿¿la gente está loca o qué??? Sin embargo... ni el conductor ni el peatón parecían molestos. Qué cosa más rara. Acto seguido veo como se abre el semáforo del sentido contrario y tres carriles de coches echan a andar, y veo que el peatón cruza esos tres carriles delante de los coches haciéndolos frenar a todos. Teníais que ver su lenguaje corporal. Ignoraba por completo a los vehículos.  Ahí pensé: "¿será un suicida?". 

Desde la distancia, solo era una silueta a contraluz. Una sombra. Pero de verdad... a ese tipo le pasa algo raro. No tiene miedo. O eso o es tonto. O quiere morir. No sé, una de las tres. Admito ideas.

Continuó caminando y veo una señora que pide. "Hoy le voy a dar" digo a mi voz interior. Que tampoco contesta. Tengo un debate con lo de dar y no dar porque yo no sé si dar dinero ayuda. Lo único que sé es que para dar a los demás primero tienes que estar tú bien y feliz. Eso lo sé. Lo tengo comprobadísimo. Así que hoy estoy feliz y le quiero dar. ¿Le doy o no le doy? El Muso dijo una vez algo de no dar siempre dinero (conoce mi debate interno)...

Un señor caminaba por la acera en la otra dirección, mientras yo iba hacia el supermercado del que él había salido seguramente minutos antes. Entra en mi campo visual cuando se inclina junto a la señora. Y veo que le da un yougurth de esos que son como zumos y un bocadillo.

Me quedé perpleja.

Y yo que tenía tanto miedo de dar algo que no fuera dinero veo como la señora lo agradece inclinando la cabeza repetidas veces mientras él sigue caminando... como si aquel gesto fuera.... veréis... no fue solo la bolsa de papel con el bocadillo lo que me llamó la atención. Sino que ... aquel tipo lo hizo como si no tuviera la más mínima importancia. Se inclina, lo da, sonríe así como... no sé, una sonrisa rara. Se levanta y sigue caminando. Un tipo normal y corriente, un obrero trabajador, que sinceramente pasaría desapercibido como parte del mobiliario urbano.

"ahí va". No le ha dado dinero. Y claro:

"¡¡¡ah, pues si se puede hacer eso yo también!!!"

(Sí, estoy como unas maracas)

Luego ya al salir del super con mi taza nueva de corazones unidos por líneas discontinuas, miro al cielo y ahí sí, me quedo observando la Luna. Esta lejos, pero está rara. Está rarísima. Parece que la puedes tocar.

"A la luna le pasa algo" digo a mi voz interior. Esa que nunca contesta. Pero esta vez lo hace con una agitación. Como si un viento invisible te zarandeara el estómago. 

Vuelvo a mirar para arriba.

"Hum... aquí hay algo raro". Sigo mirando la luna que es super chiquitita, mediada, pero es que la parte que se ve... parece que tiene relieve. Es la luz... aaaah, amigo, es la luz. Camino un poco más en la ciudad y me doy cuenta: Madrid no tiene boina hoy. AAAaaaahhhh!!! 

Por eso tengo día observador.
Pues nada, nada, que sople el viento, que sople...
.... a ver que trae.


3 comentarios:

David Hernando (Davidel) dijo...

Sí, estás como las maracas de Machín. Pero mola mucho leerte!! 😂😂😂

Nelly dijo...

Jajajajaj! Lo escucho mucho..
Esta vida loca looooca loca...

Manuel Delgado dijo...

La Luna... especialmente cuando está muy baja en el horizonte parece de una tamaño espectacular. Y no digamos cuando hay calima o por la alta atmósfera aparecen residuos de erupciones volcánicas lejanas.

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