Simpáticas teorías.


Algunas veces llegan hasta mí frases de lo más...aleatorias, que me descubren cosas. Por ejemplo: hace algún tiempo, en una serie de televisión, un personaje que ya no recuerdo le dice a otro: "¿Te has enfadado? ¿Tienes hambre? Algunas veces, las chicas, cuando estáis enfadadas... en realidad tenéis hambre".

Esta estupidez de tamaño gigantesco me hizo levantar la mirada hacia la televisión y pensar: "¡bueno, ¿tú eres idiota o qué? ¿Pero qué estupidez acaba de decir ese personaje? Y encima "las chicas". Será idiota...." Pero el caso es que me reí. 



Me pareció tan absurdo y tan ilógico que se me quedó grabada la frase. Meses, puede que años, después, iba caminando por la calle y me sentía mal. Lo que fuera que ocupaba mi mente se tiñó de negatividad, todo estaba mal, esto estaba mal, aquello estaba mal. Y entonces recordé la frase: "Algunas veces, las chicas, cuando os sentís mal... en realidad tenéis hambre". Hicimos una pausa para tomar un café y debo decir... que dejé de sentirme mal y dejé de estar enfadada. Lo que me dio una pista que me llevó a realizar experimentos sucesivos en meses posteriores. Me pasó en París. Sí, París me agobia, sí, las distancias son tremendas, sí, no sé qué hago en esta ciudad... oye, vamos a tomar un café. ¡¡Qué bonito es Saint Germain!! Y ese mercado de flores es precioso. 

Lo probé en el trabajo: físicamente me siento mal porque no llego a esto, no veo la solución a lo otro, por más que me acerque al ordenador esto no va, esto no está como debería.... (oye, pienso, debería ir a tomar un café). De vuelta con el café en la mano: ¡anda, mira, si esto ya sé cómo hacerlo para que vaya más rápido! Uy, ¿por qué estaba yo agobiada antes? 
Y es que mi estómago se siente diferente.

Simpática teoría número uno, comprobada. La glucosa, ayuda

Vamos con la simpática teoría número dos:

"Los números impares venden más".

Esto me lo dijo un comercial de mi empresa. No puedo demostraros la teoría porque implica revelar su tesis pero sí os invito a que comprobéis cuántos números de los lineales de venta son impares, y cuantos no. 

Existe otra simpática teoría número tres que ayer recordaba pero hoy no. Y a estas alturas de mi vida conozco lo suficiente a mi cerebro como para saber que no es un olvido casual. Es un bloqueo selectivo. (De hecho acabo de darle sin querer a un botón y se me ha ido la pantalla entera). No te preocupes, cerebro, esa -fuera la que fuese- la dejamos para otro día.

Y llegamos así a la "simpática teoría" número cuatro. Que trata del optimismo. Ayer estaba viendo un monólogo cuando de repente el artista dice: "No hay nada más frustrante que ver una mosca golpeándose contra una ventana..."

- Toc toc toc toc...

Me quedé mirando para él mientras me repetía a mi misma que si creyera yo en las señales, aquello sería surrealista. Y añadió:

- ¡¡Lo terrible es que la de al lado está abierta!! Si tan solo tomáramos un poco de perspectiva...

Me quedé pensando. Cerró el monólogo diciendo que su hija le había dado una gran lección de optimismo. Se montó en un carrusel de caballitos, se puso a dar vueltas y de repente gritó: "¡¡Mira papá, voy la primeraaaa!". El público se echó a reír. Y el monologuista añadió: "Qué gran lección. Al final siempre eres tú mismo dando vueltas como un idiota pero de ti depende te sientas el primero o el último. Todo está en tu cabeza"

¡Ah! Y falta una. La simpática teoría número cinco. Un amigo me dijo que "tenemos 3 centros" (si me lee me va a pedir explicaciones, jajaja, en fin, como ya le debo unas tortitas con chocolate pues...). Mi amigo me dijo: "las personas tenemos 3 centros. En el estómago hay uno, los impulsos. En el corazón y el pecho están las emociones. Y en la cabeza el intelectual". Añadió que para encajar con una persona deben quedar cubiertos al menos 2 de esos tres centros. Y que hay gente que se conforma con uno solo. También constatamos que la situación podía cambiar (una pareja puede empezar con solo uno en común y acabar con los tres, y al revés). ¿Sabéis lo que pensaba yo mientras me contaba todo esto? Que mis centros están desalineados. Mientras el corazón me dice una cosa que supongo ignoro completamente, el intelecto me dice otra y se empeña en que las cosas encajen en cajitas estancas y poco flexibles. Y del estómago ya ni hablamos... jajajja, creo que le voy a dar otro café, jajajajaj!!

Saludos y feliz semana!!
Las próximas entradas serán de cine =) 

4 comentarios:

Manuel Delgado dijo...

"Todo está en tu cabeza". ¡Una gran verdad! Centros, ojos, chakras... lo cierto es que la neurología moderna ha identificado que nuestras funciones cognitivas, entre las que se incluyen las emociones y sentimientos, están localizadas en el encéfalo (corteza, cerebelo, etc) y en la médula espinal. Lo que es muy interesante es cómo los estados del cuerpo influyen en los mapas que nos formamos a cada instante para instalarnos en el mundo. Recomiendo un magnífico libro de uno de los neurólogos que más está haciendo por divulgar los grandes hallazgos de la moderna neurología, Antonio Damasio: https://www.planetadelibros.com/libro-y-el-cerebro-creo-al-hombre/47567. Un nivel bajo de glucosa, el estrés, la malnutrición y otros muchos estados influyen más de lo que pensamos en el desarrollo cerebral y de nuestro psiquismo.

Nelly dijo...

¡¡Qué interesante,Manuel!! Gracias x compartirlo😊

José Cruz dijo...

Tu amigo ese que te ha dicho lo de los centros parece una buena persona, además de interesante y tremendamente encantador. Hazle caso.

Y no le riñas.

Nelly dijo...

Sòlo le riño si le veo en peligro de creerse algo que puede teñir de oscuro su realidad.
😋
Es un gran hombre.

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises