Posicionando el narrador.

¡¡Le debo mucho a "Jóvenes Ocultos"!!!
La pelí de Schumacher que vi el otro día. Tras verla, comencé una novela que tenía previsto acabar en muy poco tiempo, juvenil. El caso es que me he puesto hoy a trabajar en ella y he pensado: "esto no suele ser lo que hago yo". Pero me dije, "puñetas, qué más da. Sigue adelante". Y en el capítulo dos surgió una cosa.
Una cosa fantástica.
¿Os acordáis de eso de "muestra, no cuentes"? Pues no sé cómo, mientras el narrador personaje que soy yo (solo que soy un chico y tengo muchos menos años) esta explicando lo que acontece en su casa (jajajaj!!! es que es buenísimo!!!) de pronto me doy cuenta de que lo que ve él no es lo que está pasando de verdad. Por eso empecé la historia (esa era la idea, contar su versión). Lógicamente. Se trata de un niño. Por tanto, el texto tiene dos lecturas: lo que el cuenta. Y lo que es espectador ve.
Y es tan genial, tan absolutamente sorprendente que estoy impactada.
Seguramente no sabréis de qué estoy hablando pero es que en un momento de la historia me ha sorprendido descubrir que me reía. Y eso me ha traído recuerdos de mi vida real, cuando mis compañeros de curro se ríen y yo digo: ¿¿qué?? ¿¿por qué os reis si tengo yo razón y vosotros no?? 
Y es que es eso. Lo que él ve, y "lo que es" no es lo mismo. Aunque su lógica es muy simpática porque es un niño.  
Eso se llama "narrador personaje". 
Es fantástico. Acabo de aprender una técnica increíble.
Por una película.
¡¡Por Schumacher!!
Si fuera capaz de trasladar eso a un personaje adulto y sin juzgarlo, contar su verdad... Entonces haría otro tipo de novelas. 




2 comentarios:

José Cruz dijo...

¿No se puede echar un vistacito a eso que escribes? Tendrías mi opinión.

Nelly dijo...

Jajajaj! Podrìas si en vez de ponerte malo vinieras a los talleres de escritura ;)
Pero claro... X] hasta que no te cures no puedes. Date prisa que nos toca llevar el pròximo.

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