Es curioso. Me he despertado esta mañana después de un rato de sueños agitados. Y de pronto me ha dado por hacer esta reflexión sobre la libertad. El caso es que no recuerdo haber soñado nada que tenga que ver con ello. Sé que he soñado con que tengo que hacer cuatro cosas. ¡¡¡Cuatro cosas importantes!!! Eran 4 cosas fundamentales...así que supongo que serán 4 labores del trabajo. Ya tengo pensadas cuáles son. 

Pero volviendo a la reflexión: mucho se ha hablado sobre la libertad y esta mañana al despertar me he dado cuenta de una cosa. "El hombre es libre en tanto en cuanto se siente libre". Esa ha sido mi reflexión. Veréis, hace años me impactó mucho como Stephen King describió a un personaje llamado Andy, en un relato suyo. Decía: "Caminaba por el patio de la cárcel como un hombre libre". A mí esa frase se me quedó grabada. Pensé, "qué misterio" el de Andy. Y le di vueltas, o más bien pasó al listado de mis frases favoritas. Bueno, pues lo acabo de entender. 

Cuando hablo con filósofos y amigos sobre la libertad surgen los debates de "ya pero no somos libres porque desde pequeños nos condicionan"... y todo eso. Que si la libertad existe, que si la libertad no existe. Casi podríamos compararlo con el determinismo (pero referido a si el futuro es evitable o no). 

Pero ahora tengo algo que añadir a eso. 

Se trata de la propia experiencia. Veamos, yo me levanto por la mañana y soy libre para ir a dar un paseo, o al gimnasio, o a desayunar a la Puerta del Sol. Soy libre para tomar un autobús y marcharme a Pekín. Realmente lo soy. Otra cosa es que lo sienta así. 

Y mientras me comía una galleta (en plan Matrix, jajajajajaj!!) y reflexionaba sobre ello, me he dado cuenta de una verdad muy sólida: la libertad existe en la medida en que nos sentimos libres. O no. 

Es tremendo, ¿verdad? Puede que alguno me lea y piense "pero qué me está contando esta chica...". Lo que quiero decir es que ya somos libres para algo ahora. Lo único que te hace libre es que sientas que lo eres. Por ejemplo: imaginaros un padre de familia con cinco hijos que tiene que llevarlos al colegio. Él se levanta por la mañana y dice: "niños, a clase". Y le gustaría ir al fútbol pero no puede, porque tiene que llevar a sus hijos a clase. Ahora bien, ¿no puede? Tiene piernas, tiene coche, sabe dónde está el estadio de fútbol... ¿me entendéis? No se siente libre para ello porque la responsabilidad es más importante que su derecho a elegir hacer lo que le de la gana. Lo cuál, por cierto, es maravilloso. La responsabilidad es algo muy importante. Pero sigue siendo todo algo interior. 

Somos libres para elegir entre muchas opciones lo que pasa es que no nos damos cuenta de ello porque no sentimos que seamos libres. Luego la libertad existe en la medida en que nos sentimos libres.

Yo me levanto por la mañana con una angustia tremenda porque no he ido al gimnasio, no he hecho la compra, no he terminado una novela... etc. Y pienso: "¡qué infeliz soy, no soy libre! ¡tengo mucho por hacer!". Sin embargo, me levanto esa misma mañana y me digo: "¿qué me apetece hacer hoy? ¡soy libre para elegir!" y entonces resulta que sí soy libre. 

La conclusión es: la libertad (quedaos con la primera acepción si pincháis el enlace) es interior.

Dicho lo cuál os propongo un juego: ¿de qué os sentís libres ahora mismo? (o para qué)