Me he topado por casualidad con este libro y lo compré porque como dice "sin maestros" y como es lo que hay, he pensado: mira, pues una guìa para aprender sin nadie que te guìe.

Muchas cosas no las entiendo.

Pero dos cuentos me han causado una reacciòn. El primero trata de una joven que visita un templo, esperando ser aprendiza de un maestro zen y se pone a limpiar los baños a ver si él la acepta y le cuenta en qué consiste el zen. El maestro se muestra indiferente, ella se siente humillada (la entiendo) y se da cuenta de que, ya que puede limpiar baños en cualquier lado, se puede ir. Entonces el maestro le dice: eso es Zen.

Vaya por Dios Jajajajajaj! Acabo de entenderlo ahora (me hacìa sentir un vacìo raro y significativo)... Tiene que ver con mandarlo todo a la porra. Creo. No lo sé. A ella la entiendo. (Ése cuento tiene algo.)

Y luego está el nùmero dos: aprendiza (¿por què son todo mujeres?) que habla con un maestro y,... -¿còmo era?-: el maestro la obliga a trabajar mucho. Entonces, ella, como no aprende, le dice que su programa era una una delicia masoquista, un sufrimiento continuo.
Y el maestro del cuento le contesta: "debes ir más allá del placer"
(Corrijo, es un chico el aprendiz)
Y él entonces le contesta: "oiga, si usted piensa que puedo ir más allá del placer sin pasar por él, esta claro que no estamos en el mismo camino" y se va.
Jajajajaj!
A mi con este cuento me da un ataque de risa ...lo malo es que no sé por qué.

Otra cosa que he aprendido es sobre la serenidad: el libro dice que se alcanza cuando te libras de la culpa. Eso sì me es muy ùtil.