El Jardín de los Cerezos -Chejov (teatro Réplika - Madrid)
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Ayer fuimos a ver esta obra de Chejov al Teatro Réplika y salimos todos encantados. No sólo por la calidad de las interpretaciones, sino por la historia en sí. Y por cómo nos la transmitieron.
Se trata de una familia que pierde todo su dinero y se ve abocada a un desahucio porque no puede pagar las deudas. Para hacer frente a los intereses del préstamo que deben, se ven obligados a sacar a subasta pública la finca y el famoso jardín de los cerezos, otrora fuente de ingresos cuando sus abuelos tenían una fábrica conservera que se dedicaba precisamente a esta fruta.
Hasta aquí, diréis: la historia de un desahucio.
Bien.
Pero es que no va de eso. Es un reflejo asombroso de diferentes caracteres ante un mismo drama. Los dos habitantes mas antiguos de la casa: la madre de las protagonistas y su hermano, están absolutamente desfasados del tiempo en que viven. Se pasean arriba abajo por la habitación en la que se criaron recordando momentos de la infancia, desoyendo a otros personajes -mucho más agresivos-, que proponen soluciones a su situación actual.
Dan ganas de meterse dentro de la escena para sacudir tanto apego a un pasado que ya pasó y ahora les lastra como si fuera un ancla de un trasatlántico. ¡Qué barbaridad! ¡Cuanta nostalgia! la actriz llorando, el público conmovido imaginándose el jardín y ... una y otra vez volvemos a lo mismo: que si cuando nuestra madre paseaba por el jardín, que si cuando nuestro padre daba fiestas, que si voy a jugar al billar... ¡de todo, menos hacer algo que ponga remedio a su situación!
Choca muchísimo que estos pobres personajes, lejos de ahorrar, malgastan. La madre tiene un papel muy curioso: no tiene un duro, pero eso sí, sale a cenar, se compra bolsos y paga a los camareros con propina. Dan ganas de decirle: "Señora, ¿¿no se entera o me lo parece a mí??"
Y esta actitud impaciente y frustrada es más o menos la que muestra, ¿Serafín, se llamaba? No estoy segura del nombre. La madre de la obra tiene dos hijas, una adoptiva (que hace más bien de criada) y la otra propia. Un tercer hijo se murió ... no voy a desvelar cómo. La hija adoptiva es pretendida por un joven, diríamos, "burgués", que los dueños de la finca se empeñan en tildar de "paleto". Su padre y antes su abuelo, eran sirvientes, en esa finca. Este burgués, negociante, capitalista... llamarlo como queráis, propone romper el jardín en trozos y arrendarlo para hacer una urbanización de lujo. Imaginaros cómo lo toman los protagonistas más mayores. Por algún motivo que no queda claro, es incapaz de declararse a la hija adoptiva (la que trabaja de criada), pensamos, riéndonos al final, que porque igual de agresivo y seguro es en lo material, como inseguro en el corazón. No obstante, mis amig@s opinaron también que puede ser que no deje espacio para el corazón en su vida.
Mi parte favorita de la obra, son las escenas de debate entre el burgués del que os hablo (Serafín) y el eterno estudiante que al parecer enseñaba en la casa cuando el niño que murió era pequeño. Se trata de un Universitario. Me encanta. Él siempre está hablando de cómo debería ser el mundo y el otro contesta: "¿cuánto hace que no sales a trabajar? ¿Cuántos años le quedan a esa carrera?". Uno hablando del cambio y la libertad y el otro contestando: "Oye, mira, yo me levanto a las 6 de la mañana cada día, trabajo con personas cada día, y te puedo asegurar que no son honestas, prácticamente en el 99% de los casos..."
Es tan raro.
Entiendo a todos los personajes pero me identifico más con el agresivo. No es que me identifique con él, es que es el único que por lo menos trata de ... salir adelante (claro que "ésta" es su época).
Los demás están todos como alelados...
No leáis más si vais a ver la obra:
*** Uno de mis amigos dijo: "la obra crítica el cambio social. Chejov te cuenta que dos generaciones, descendientes de aquellos ricos conserveros, no hacen nada.. y pierden su riqueza cuando llega el capitalismo y los burgueses."
Llegado el momento, cuando ocurre la subasta, Serafín compra las tierras de los protagonistas. Vuelve a casa con el hermano de la madre en la obra, (recordemos que la casa pertenece a dos hermanos), completamente borracho, y se sube a una mesa para gritar que él es el nuevo dueño. Él ha comprado la casa en la que sirvieron su abuelo y su padre. Y mirad qué detalle curioso, ¿que hace el hermano desahuciado que le acompaña mientras regresaba? Pararse a comprar ahumados. ¡Se detiene a comprar chucherías!
Y a continuación viene lo que para mí fue una sorpresa en la trama. Hasta este momento, entendía al personaje capitalista. Pero pensé que les regalaría la casa a sus antiguos dueños. Eso pensé. Y no, no se la regala, la parcela, la vende y destroza el jardín a golpe de motosierra. Es decir, el cambio sigue adelante.
A estas alturas de la trama... comencé a pensar, reflexionando, a ver si detectaba algún fallo, error, a ver si esa voz intuitiva mía me decía algo. Pero estaba muda, jajajajja! Toda la obra sin un solo adelanto de acontecimientos.
Cuando están abandonando la casa sí que pensé una cosa: "no hay rencor. En esta obra falta el rencor...". Ningún personaje al que le arrebaten así la casa, puede ser luego tan educado con el que es nuevo dueño de la misma. Sin embargo, durante toda la obra hay una especie de equilibrio raro. Por ejemplo, le llaman paleto y palurdo y le desprecian y Serafín está hasta el gorro, pero cuando la madre se pone a llorar, ... va corriendo a darle un pañuelo.
Es raro.
Sin buenos, sin malos... realmente, es raro.
Para mí la obra es un canto a la necesidad de desapegarse del pasado. Nunca lo había visto tan claro. Y tampoco creo que se pueda conseguir pero bueno. Los personajes sienten alivio cuando abandonan la casa. Ellos mismos lo dicen. A la porra la casa... hay que empezar una nueva vida!
Os la recomiendo. Muy "sorprendente" este Chejov. Aparte que ... al menos en esta representación, (igual es mérito del director)... no le veo. Quiero decir, en ningún momento veo que el autor prefiera a unos sobre otros. El muy puñetero ha construido personajes sin más, con motivaciones diferentes y los ha soltado ahí, ¡¡¡hala!!! jajajajajaja
JAJAJAJAJ!
Saludos!!!
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3 comentarios:
No acabo de entender por qué te sorprende que el capitalista no les regale la casa. Al fin y al cabo es eso, un capitalista. No sería rico si fuese regalando casas en vez de acumular capital. :P
En lo de que por qué no se declara el capitalista a la hija adoptiva, a mí se me ha ocurrido una tercera explicación: Complejo. En la obra nos dicen que tiene complejo frente al estudiante por no tener estudios, bien podría ser que también tuviese un cierto complejo por tener que quedarse con la hermana-criada frente al estudiante, que se queda con la hermana-«heredera». Al fin y al cabo acaba de comprar el jardín, el se merece lo mejor. (Ojo, no es que lo piense yo, estoy intentando empatizar con el personaje).
Yo, creo que, si entiendo porque te sorprendió que no le regalara la casa. Por un cliché literario, a veces uno intuye que va a pasar, porque tienen a crear un estereotipo en la literatura, no por realismo del personaje. Hace siglos que no veo una obra, la ultima fue una comedia, es que aquí no hay mucho teatro y cuando lo hay generalmente tengo otros planes.
El viernes pasado subí a la cordillera :D, bueno nada que ver pero estoy feliz por mi logro de 20 km de ascenso.
Que tengas un bello fin de semana. Besos.
Es muy buena obra, gracias por vuestras aportaciones.
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