Cuentos del niño mensajero - "La búsqueda espiritual"

Érase una vez que Nelly estaba sentada en las escaleras del ayuntamiento, con la cabeza apoyada entre las manos y gesto de fastidio. El mensajero de la ciudad de los cuentos pasó por  la plaza octogonal mientras hacía su reparto diario y al verla en aquella situación se acercó a ella con interés.

- ¿Qué te pasa? -le preguntó. Aunque más o menos lo intuía.

- ¡¡Esto es muy difícil!! -exclamó Nelly-, ¿sabías que existía un "Árbol de la Vida" y que según este Libro, Dios nos echó del Paraíso "no fuera a ser que comiéramos de él y viviéramos para siempre"? y encima dice "que sean como nosotros", ¿por qué usa el plural? ¡Tengo que pensar que Dios es un extraterrestre y había más de uno???!

El niño mensajero alzó mucho las cejas, sorprendido.

- ¡Y este otro libro tampoco me aclara nada! -gruñó Nelly alzando los brazos al cielo-, ¡me habla de ocho preceptos y no comprendo ni la sabiduría recta, ni el conocimiento recto, ni la intención recta... ni el puñetero karma!

El niño mensajero suspiró.

- Francamente, preferiría que esto fuera como "La Guerra de las Galaxias"....

Teniendo en cuenta que Nelly no era especialmente fan de aquella saga, el muchacho se aventuró a preguntar:

- ¿Por qué?

- ¡Pues porque todo es más fácil! Tienen buenos y malos. Los caballeros buenos y los malos malísimos. Es todo mucho más sencillo. 

- Only a Sith deals in absolutes... - respondió el niño.

El silencio que siguió a aquellas palabras fue roto por la risa incontenible de la alcaldesa, quién acto seguido se enfadó aún más.

- ¿¿Cómo te atreves??

Una de sus preocupaciones era, y la literatura bien lo había recogido a lo largo de muchas historias, que los personajes más inocentes y con afán altruista muchas veces terminaban convertidos en villanos, precisamente por tener equivocados los conceptos. Desde el caballero de Las Sombras de la Catedral, que a la vuelta de una cruzada (típico personaje que creía en un ideal) había visto tantos horrores que se convierte en un villano, hasta el jovencito Raistlin que pasó de hablar con los pájaros a volverse el personaje más.... especial de las Crónicas de la Lanza. (Ese que dijo lo de: "Yo no sigo al semielfo, Tanis y yo simplemente viajamos en la misma dirección"). 

Cómo una bondad tan inocente en origen puede dar lugar a personajes tan malvados era lo que preocupaba a la Alcaldesa. Y también que no había manera de hallar la verdad en ciertos temas.

- En cierto modo -dijo el niño-, ya eres como un caballero Jedi.

Nelly en secreto pensaba que Obi Wan (McGregor tenía buena culpa de ello) era un perfecto personaje-caballero, porque era justo, noble, tenía sentido del humor, en la saga era fuerte, actuaba, en fin... lo tenía todo. ^_^ ¡Y además era muy guapo!

Sin ser, ni de lejos, una obsesión al estilo típico de los fans de Lucas, lo que le intrigaba sobremanera era "cómo me convierto en una herramienta del bien para traer libertad, alegría y cosas buenas al mundo". 

(Aparte de siendo escritora)

- Yo no sé -dijo Nelly mirando al niño-, si se te ha caído la bolsa de cartas en la cabeza esta mañana -se echó a reír-, pero mi vida no es precisamente una aventura galáctica.

- ¿Cómo que no? - respondió el niño- piénsalo bien: vives en un Universo... muy muy lejano.

- ¿Para quién?

- Para los que viven en otro.

- Aaaaah!

- Así que podríamos decir que tu vida es una "vida relevante para la galaxia".

- Sí, bueno. Si tú lo dices...

- Tienes un maestro jedi.

- Con el que no me aclaro. ¡Si no hago más que discutir! ¡Además, no tiene razón! Bueno, no sé si la tiene, pero no le entiendo!!! De verdad que no lo entiendo. Y no sé si quiero entenderlo.

- Él no discute. 

Nell se cruzó de brazos y se encogió un poco. 

- Ya tenemos aventuras, galaxia y un mentor. Esto va tomando forma...

- Sí, ¡me falta tener poderes! ¡No te fastidia!

El niño mensajero miró a Nelly significativamente mientras esta cogía sus libros del Génesis, los preceptos budistas, el Nuevo y Viejo Testamento y los ponía todos sobre sus rodillas. Así como si quisiera hacer un muro para esconderse detrás de ellos.

- Ahora, cada día, tienes un montón de ocasiones de hacer el bien, como tú dices, luego si sumas que vives en una Galaxia, que tienes mentor, que hay gente a la que ayudar a tu alrededor y que vives muchas aventuras... ¡yo diría que ya tienes lo que me has pedido!

Y sin más, se echó la bolsa al hombro y continuó con su reparto diario, dejando a Nell algo confusa y, sobre todo, enfurruñada. No obstante hay que reconocer que, al poco de irse, en el rostro de la Alcaldesa bailaba una sonrisa.

FIN. 

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