Historias del supermercado: Las Servilletas Mágicas.

^_^ Me encanta ir al supermercado.

Esta mañana tenía pensados tres o cuatro productos básicos que tenía que comprar. Mi idea era entrar en la tienda, buscarlos, cogerlos y marcharme sin perder la concentración. Me gustan los supermercados y ciertas tiendas porque mi mente discute consigo misma. Sé que esto puede sonar a locura, pero como otra amiga me dijo que ella también se decía cosas a sí misma, pues... supongo que igual no es tan raro. De todas maneras como lo normal es que el pensamiento vaya demasiado deprisa como para pararse a discutir con él, me gusta que me pasen estas cosas:

A la altura del tercer pasillo topé con un gran cartel de: PROMOCIÓN, LA SEMANA ASIÁTICA.

Uuuuuuuuh, qué exótico. 

No te distraigas, me dijo mi cabeza. ¿De qué sirve madrugar e ir tan temprano si luego remoloneo por todos los pasillos? Pero claro... por ver un poquito. ^_^ Allá que voy tan feliz y me digo a mi misma: qué raro, la semana asiática ya había pasado, y sin embargo estaba toooodo lleno de productos.

Diría que les ha sobrado mucho.

- Interesante -me contestó mi pensamiento-. Para que veas que detrás de las ideas de promoción también hay personas y que las personas a veces se equivocan.

Di la vuelta al lineal y cogí las galletitas de la fortuna, los fideos instantáneos y los botes de productos raros como verduras japonesas o frutas deshidratadas, crema de wasabi, etc.

"Pensaba que en este barrio había gente más gourmet" -me dije a mí misma, dejando el bote sobre su sitio.

Fíjate en los consumidores.

La verdad es que todos hacían lo mismo que yo: curiosear sin comprar nada. 

¿Qué falla?

Miré a un lado y a otro, de nuevo al lineal, y caí en la cuenta: ¡¡el packaging!! Era demasiado complicado. Texto español pero imitando letras rusas o chinas o a saber qué... no se entendía nada.  Aquello era un caos de colorines sin orden, muy llamativo pero....

Pensé en llevarme algo. Por ser guay y porque eran cosas de China y Japón. Aquello me distrajo del fracaso estrepitoso de la campaña asiática del supermercado. Tenían productos para aburrir. No se había vendido casi nada.

"Quizá lo regalen si no lo venden... " pensé.

Lo dudo... 

Me daba pena ver tanta comida que podía estropearse. Pero a cada cosa que cogía, mi pensamiento me advertía que no servía para nada. Eso no lo usas, eso no te gusta, a eso le fatal saber con qué mezclarlo....

Si eliges algo, que sea algo útil.

Esta bien, esta bien. Mucho colorín asiático, mucho nombre bonito pero la verdad es que en aquel caos te perdías y nadie compraba nada. 

Ya cuando me iba a ir, bajé la cabeza y por casualidad descubrí una caja con servilletas.

¡¡¡¡¡Uy, mira qué bonitas!!!! Me dije entusiasmada.

^_^ 

¡¡¡Podía comprar servilletas!!! Una tenía un precioso paisaje y contaba una historia pues un viajero con una caravana de bueyes volvía a algún sitio. Había árboles y una casa. Mientras pensaba en qué sería aquella casa mi pensamiento me interrumpió...

... como no podemos viajar a Lasha...... eliges unas servilletas decoradas.







"Hombre, el viaje a Lasha vale 1000 euros", pensé. Las servilletas 79 céntimos. Además, no tengo con quién viajar a Lasha. A la gente no le interesa.
Mientras observaba hipnotizada el puente sobre el río la verdad es que... la servilleta dejó de ser una servilleta para convertirse en todo un cuento.

... Quizá no sea mala idea.... 

¡¡¡Estupendo!! Pues me las llevo, pensé. Había varios modelos a elegir pero yo ya tenía pensadas mis favoritas. Las de la caravana y el río.

... pero se agotarán, como todo,... me advirtió mi mente.

¡¡¡Entonces me llevo dos paquetes!!! 
Creo que la reflexión no iba por ahí pero... no importó porque ante tamaño entusiasmo mi parte "menos impulsiva" no dijo nada. Las segundas que elegí, las de Buda.
Ya podía verme en el trabajo con una de ellas como posa-vasos y diciéndome a mi misma lo cool y moderna y "estupendérrima"* que era:
(el juego que dan unas servilletas....)





Llego a la caja, coloco mis cosas, la cajera empieza a pasarlas y de pronto:

- ¡Oiga, oiga!, señorita....

Me volví. Un hombre que estaba detrás con su novia me dice:

- Por favor, ¿dónde ha cogido esas servilletas? ¿dónde las ha encontrado?

jajajaja!!! ¿Véis por qué os cuento la anécdota? Es que me hizo mucha gracia:

- Están allí -le dije al señor.

Y rápidamente, él se volvió hacia su chica.

- ¡Vete a buscarlas, corre! -le dijo a su pareja.

^_^ Me pregunto si él también quiere viajar a Lasha y no puede...

FELIZ DOMINGO!
Eva-Nelly.

*(la palabra no existe) 

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