Podría haber titulado esta entrada: "Esperando un libro de Truman Capote...", porque en verdad es lo que estoy haciendo. Esta mañana se supone que debía recoger "A sangre fría" en una librería, pero como ha amanecido nevando, en vez de presentarme allí, les he llamado por teléfono:

- Con el tiempo que hace -me dijo el librero-, hoy hasta mediodía no creo que llegue nada.

Les he preguntado a mis amigos de qué libros están orgullosos. Yo tengo en casa cerca de 300, que son pocos en realidad, pero hace unos meses me di cuenta de que muchos no eran libros significativos. Y pensé: me gustaría tener una librería decente. 

Así que pregunté. Con una librería decente no me refiero a grandes clásicos y ensayos históricos. Eso está bien, pero hay gente que piensa que por leer El Quijote ya es lo más de lo más de la literatura, y no tiene ni puñetera idea de quién es William Goldman o Arthur Miller, o Neil Gaiman. Yo buscaba otra cosa. Así que le pregunté al Muso.

Y el Muso es maravilloso recomendando libros.

Aquí en la foto no están mis adquisiciones más recientes, salvo los que veis en amarilo de Amelie Nothomb, autora que descubrí gracias a él, y otro que ha subido al podium de favoritos y viene a ser mi nuevo Guardián entre el centeno: Middlesex.

Hablé tanto de esa obra mientras la leía que mi entorno más cercano acabó diciendo: ¡¡¡Que sí, que te gusta el libro, leñe!!!

jajajjaja.

Lo siento. De verdad, estaba extasiada con él. ¡Vaya forma de narrar! Luego cayó en mis manos Matar a un ruiseñor, también premio Pulitzer y de nuevo me recomendaron a Herman Hesse.

Vamos, que estoy más feliz que un niño con zapatos nuevos. 

Sigo teniendo mis favoritos: uno en especial de Connie Willis, otro de mi amiga Olalla García, también Shogún y uno de los relatos de Stephen King del que no me canso de hablar. La librería va tomando forma y lo bueno es que siento que me quedan muuuuuuuchos libros aún por descubrir.

Dicho lo cuál, voy a ver si le doy impulso a una novela que se me ocurrió ayer mientras trabajaba.

Un beso!

Nelly.

posdata: de la que mandé a Montena no sé nada todavía. Me dijeron que tardaban diez meses en contestar, así que en teoría hasta agosto... no habría noticias. No obstante, también estoy pensando enviarla al premio Barco de Vapor. Y entretanto, voy desempolvando proyectos casi olvidados.