S.O.S animales.


Voy a hacer un inciso en la semana japonesa (hoy os iba a hablar de una leyenda muy bonita que tiene que ver con una festividad de los deseos) porque acabo de ver una crueldad en televisión y me apetece denunciarla. Entre otras cosas porque me ha quitado el sueño.
Por lo visto en buena parte de Asia hay granjas con más de tres mil osos luna encerrados en jaulas mínimas a los que se les extrae la bilis para medicinas. Es una verdadera crueldad. Si escribís "granjas de osos en China" en Google podréis leer más del asunto.
Qué horror.
Me he puesto a pensar y me he dado cuenta de que no me gustan ya los parques zoológicos. Será la visión de las jaulas lo que me ha hecho relacionar una cosa con otra. Pero en verdad tiene que ver con varios sucesos que me ha recordado la noticia de los osos luna. Hace muchos años fuí a visitar el zoo y resultó que ese día no había entrado nadie aún en el recinto de los delfines. Me pasó algo curioso. El delfín salió y se acercó a una ventana que había en el tanque de agua. Yo le saludé... y él me respondió. Fue.. raro. Años después me he encontrado con otros de su especie, demuestran una gran inteligencia, y a mí la comunicación  me produce gran respeto. El encuentro más extraño fue con una cría de delfín salvaje que saltó del agua a medio metro de mi nariz dejando boquiabiertos a todos. Porque también he nadado con un delfín en cautividad, pero los salvajes no se acercan. Y este se acercó a saludar (estaba con sus padres) y fue tan raro que la gente... jajajaja, se quedó boquiabierta. ¿Qué? Era un delfín curioso. Pues como yo. 

Este del zoo ... al pegar la mano al cristal, él pegó el morro, y al mover yo la mano él movió la aleta. Me volví loca de alegría. Pero el caso es que por la tarde había niños golpeando el cristal y ... bueno. Sé que el animal estaba cansado. Se mantenía a medio metro de distancia de la ventana y estaba quieto, como apagado. Me puse muy triste, de verdad. 

La situación se me quedó grabada pero... seguían gustándome los zoos.

Años después fui a ver a los gorilas. Los gorilas me asustan. Un poco. Así que pasamos a una prudente distancia. Había un macho pegado al cristal, sentado. Al pasar... me quedé mirándolo, a los ojos. Los ojos de los gorilas son muy humanos. Me miró unos instantes y luego desvió la vista como un viejo que, sentado a la puerta de su casa, estuviera hastiado de ver siempre la misma calle.
Ese gorila estaba aburrido.
Muy aburrido.
Mucho. 
No me provocó el agobio del delfín, con dos docenas de niños golpeando su tanque a la vez, más bien parecía decir: "me aburro". Pero un aburrimiento llevado al extremo. 
Me pasó igual, la imagen se me quedó grabada... pero seguían gustándome los zoos.

Llevé a mis amigos a ver el lince europeo, criatura de la que guardo una foto. Es lo único que compré en un zoo. Está en el ambiente nocturno y no se le puede sacar fotos pero he encontrado esta:


Nunca había visto nada igual. Los ojos de este animal, y la forma de moverse, es... realmente increíble. Pues bien, como me seguían gustando los zoos llevé a una amiga a verlo. Pero... se movía inquieto en círculos, siempre el mismo recorrido. La primera vez que lo vi, tres años atrás, estaba sentado en una rama, quieto, con los ojos fijos en mí. Esos ojos no se pueden leer... ellos te leen a ti. Son geniales. Nunca vi una mirada tan profunda, tan absoluta.   
Pero esta vez el lince, al que llevaba años sin ver, repetía compulsivamente un recorrido.
Mi amiga me dijo:
- ¿Sabes por qué hace eso?
Negué con la cabeza.
- Porque está estresado. Los animales encerrados repiten movimientos como locos, de forma obsesiva. 

Ahí el zoo... empezó a dejar de gustarme.

Tiempo después, en la televisión, denunciaban que la mayoría de los elefantes en cautividad estaban enfermos. Repetían el mismo cabeceo obsesivo. 

Y de verdad, estoy harta.

Vivimos en un planeta de increíble diversidad. Entiendo que las leyes naturales son las leyes naturales, y no digo que no sea consciente de que nuestra forma de vida mata animales. Eso ya lo sé, igual que sé que ellos son crueles y nosotros a veces también. Pero... un poquito de respeto. Aunque solo sea porque vamos de ser "la especie superior". Un poquito de responsabilidad. 
Anteayer vi una noticia de que se prueban los cosméticos en animales y casi se me atraganta el llevar pintalabios. ¿No hay otra forma de hacer las cosas?
Incluso, dejando a un lado la comida, la ropa... ¿es que también tenemos que torturarlos por placer? No concibo justificación para ninguna fiesta que tenga que ver con maltratar animales porque sí. Alguien me dijo: "los toros son tradición. Eso es que no has visto ninguna corrida de toros. No juzgues sin conocer".
Vale. No juzgues sin conocer.
De acuerdo.
Me piqué y vi una. A ver si os describo lo que vi: un animal exhausto, herido, sin aliento, al que un torero clavó una espada que salió por su barriga, y que derrotado clavó la rodilla en el suelo mientras escupía sangre, poco antes de que ¡entre aplausos! lo asesinaran.

Entre aplausos.

¿¿??¿¿??¿¿??¿¿??

El ser humano no respeta nada. Tengo la sensación de que no somos lo que deberíamos ser. Tenemos "la semilla", sí. Somos conscientes de que podríamos ser grandes. Pero no lo somos. Tenemos la capacidad de darnos cuenta de lo que esta mal... pero nos puede la barbarie.
Quizá... nos falta evolucionar un poco.
Y todo esto, ¿por qué? dirá alguno. Pues porque hoy he puesto la televisión y alguien ha dicho que tres mil osos luna viven en una jaula de menos de dos metros de alto, con un catéter clavado para sacarles la bilis... madre mía. Para novela de terror, da esto. 
En fin, internautas, voy a ver si se me pasa el cabreo. 
Saludos!!
Nelly.


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