El "Shodo" o arte de la caligrafía está muy valorado en Japón. Se introdujo allí procedente de China en el año 258 A.C. Tiene la dificultad añadida de que los trazos, realizados con un pincel de bambú y un tintero, tienen que hacerse en un determinado orden y es un arte que da gran importancia a la  "espontaneidad" ya que una vez hechos, no se pueden repetir, ni corregir. Al realizarse con tinta, cualquier corrección posterior se notaría demasiado, es decir, que uno de los méritos está en hacerlo bien y a la primera, en un trazo fluido y natural.

Existen tres alfabetos en Japón:

Hiranaga: con caracteres similares a nuestras letras, tienen una equivalencia fonética.

Katakana: parecido al anterior, se utiliza sobre todo para componer palabras de otras lenguas, para traducir nombres. Aquí tenéis una página donde he encontrado un alfabeto de este tipo: haz clic.

Kanji: este es el más llamativo para nosotros, los occidentales. El Kanji no son palabras, son símbolos que representan una idea. Ideogramas. Aquí es donde entra en juego la espontaneidad y es el verdadero arte de la escritura japonesa. Existen más de 4.000 kanjis de forma que los japoneses que deseen estudiarlo tiene que aprenderlos de memoria. Leí que un buen estudiante podía controlar unos dos mil, y que un maestro podía llegar a conocer tres mil, pero existen muchos más.

¿Os imagináis tener un libro con todos los kanjis que alguna vez se han escrito?

Esta forma de representar es muy complicada, en los colegios se intenta que los niños aprendan un determinado número de Kanjis, pero dado que su pronunciación puede variar (incluso, en veinte sonidos distintos) y son bastante complejos de utilizar, es un idioma que se está perdiendo...

Saludos!!

Nell.