Contradicciones

Hago mi trabajo conforme a unos principios: honestidad, entusiasmo, esfuerzo y buscar siempre aprender.
Me enseñaron que, si tenía que sacrificarme entre el cliente y yo, gana el cliente. Y si es entre la empresa y yo, gana la empresa.
He trabajado así casi tres años. Porque me gusta sentir que formo parte de algo más grande, de una entidad corporativa (es lo que tiene, a mí sí me gustan las marcas y las empresas, siempre me han gustado)
Pero en estos meses de dificultad me encuentro con que se rompe una regla de oro:

ESFUERZO = RESULTADO.

Esta simple ecuación para mí es muy importante. Siempre lo ha sido. De hecho, cuando siento que mi esfuerzo no se recompensa lo que siento es que me están tomando el pelo. Me pasó en mi primera empresa cuando, recién licenciada y al año de trabajar, ganando escasamente el salario mínimo, mi jefa me dijo: "creo que legalmente no puedo subirte el sueldo, te lo tengo que bajar".
Y lo dijo en serio.
Yo no protesté, existen pensamientos y pensamientos. Los que van en cursiva suelen ser incontestables y ante ellos no protesto: actúo. 
Al día siguiente me llamó para ofrecerme 20 € de subida.
Ya daba igual.
Pagar el entusiasmo con desdén me parece deleznable.  

Ahora vamos a la situación actual. Yo trabajo por incentivos. A mí me enseñaron: "haz lo que te pidan, y si puedes un poquito más". Si puedes, claro, no siempre puedes. Pero ese es el objetivo. 
Y cumpliéndolo extrañamente resulta que no cobro.


A esto yo lo llamo contradicción.

Ayer mi jefe se reunió conmigo y me dijo: "olvida lo que has aprendido". No, si ya sabemos que está bien, lo sabemos ambos, pero dijo "con el nuevo panorama, hay que trabajar de otro modo".
Yo aún estoy muy dolida. Es normal, me dijo.
Una de las cosas fantásticas que tiene mi jefe es que te da todo el espacio del mundo. Y ayer incluso un poquito más.

No soy la única en esta situación, hay más que han de cambiar el sistema de trabajo, y debatiéndolo con otro compañero al que le costaba asumirlo, le dije:

- Vamos a ver, los hechos te están lanzando una contradicción ¿no? Bien pues, si ves esa contradicción prueba lo que él te ha dicho. Si algo no funciona, cambia el método.

Es decir, esto ya lo he dicho antes: si te pierdes, pregunta. Yo puedo tener un mapa de una ciudad, conocer las calles, conducir de maravilla, ser educada, respetar las normas, ... todo lo que sea. La actitud está ahí. Pero si cumpliendo todo eso acabo en la cárcel... entonces es que hay alguna norma -quizá no publicada, quizá tácita-, que estoy pasando por alto. A lo mejor la ciudad ha cambiado y las calles que iban en una sola dirección ahora van en otra. Puede pasar. Si mis estupendos valores y yo circulamos en sentido contrario... 

Acordaros del anuncio aquel que decía: "be water". Pues igual. Muchas veces estamos tan enfadados que no vemos la solución y la solución es que te imagines que eres un río. El agua tiene una cosa fantástica: su fuerza depende de lo que opongas a ella. Esto lo aprendí hace dos veranos. Nunca me había fijado: si tú opones un tablón de un metro cuadrado a una riada, el agua se lo lleva por delante. Pero si clavas un cuchillo de perfil en el suelo, ni se mueve. ¿Cómo es posible? Pues porque con los sentimientos pasa lo que con el agua, como te enfades y te frustres y encima te enfades por lo que sientes, es un tablón contra un tsunami. Sin embargo, si el cauce cambia y la corriente cambia de dirección: cambia con ella. Es muchísimo mejor, te adaptas más fácilmente. Estas enfadada, sí, ahora vamos a ver a dónde nos lleva esto... y cambias.

Es extraño, uno de mis principales valores es el respeto a la vida pero yo creo que de mi vida laboral puedo sacar ya otro, con casi ocho años trabajando. Lo que no sé es cuál sería. Creo que es "Respeto a las personas". Me parece. Sí porque, cuando tratas bien a alguien es porque le respetas, ¿no? Respeto al esfuerzo, respeto al trabajo, respeto a las ideas nuevas, respeto al afán de trabajar en equipo... respeto a que te respeten.

¿Veis por qué soy tan corporativa? ^_^   La publicidad y la comunicación es el "hablar" de las empresas. Si no las pobres estarían muditas, y serían, sin gente, sólo edificios grises.
Bueno, a ver si las cosas van mejor...



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