Los planes cambian.


Yo tendría que estar haciendo fotos a la nieve en este instante.
:-(

Pero en vez de eso voy a daros una rica-rica idea para cuando estéis constipados y os voy a hablar de una enseñanza de mi libro budista.
(Luego a ver si surge otra oportunidad de fotografiar árboles y montañas hoy...)

La receta.

¡Sorpresa! los rooibos se pueden mezclar con miel. Victoria-San, si me lees, ¿¿¿tú lo sabías??? En la vida se me habría ocurrido echarle miel a un vaso de agua, jajajajja.
El rooibos o Aspalathus linearis es una infusión que, al revés que el té, tranquiliza y relaja.
Bueno, pues con miel (y mira que no me gusta la miel) ¡está rico! (sigue estando rico, quiero decir) y quita la congestión nasal.


Y la enseñanza.

Es posible que hayáis leído a un amigo mío diciendo: "las cosas no son buenas ni malas, simplemente son". Es posible también que si alguna vez algo os molesta u os pone triste y alguien os dice: "nooooo, esto no es ni bueno ni malo, es según te lo tomes tú", miréis a esa persona con cara de: ¿me estás tomando el pelo?
Bueno, pues en mi libro el ejemplo que te pone el profesor es: imagínate que vas conduciendo por una carretera y te adelanta un BMW super chulo y super caro pero con un golpe en el parachoques. Tu conduces un seat nuevecito y piensas "ufff, vaya golpe tiene ese coche, qué mal esta". Y no lo querrías tener. Pero seis meses después tu seat se avería y en un concesionario encuentras un BMW muy rebajado de precio, que te encanta. Es el mismo, en verdad, pero antes no te gustaba y ahora crees que es perfecto.

Yo leí esto y pensé: bah, se equivoca.

A ver, claro que si se te estropea el coche vas a querer otro que esté mejor que el tuyo, normal. Eso no me demuestra nada.

Pero... digamos que ese día hubo un pequeño problema en el tren y cuando una amiga y yo tuvimos que subir estaba lleno hasta la bandera. Normalmente me gusta viajar sola, es más, me encanta poder leer tranquilamente o ver el paisaje y si se sienta algún estudiante al lado pienso: "¿no tenías otro sitio donde sentarte?"  Y me enfado. Me incomodo y me agobio.
Bueno, pues ese día iba tan lleno, tan tan lleno, que le dije a mi amiga (que sí había conseguido sitio): "oye, yo voy a ver si encuentro donde sentarme" porque de pie... uff.
Y encontré.
Uno de los cuatro asientos habituales, ahora ocupados por estudiantes apretados, estaba libre. Me senté más feliz. Estaba contentísima de tener un asiento, no me importaba que el estudiante de delante me mirara (que por cierto, tenía unos ojos color miel muy lindos), ni que el trabajador de al lado se apretujara contra mi codo. De verdad que iba feliz.
Y entonces caí en la cuenta:

"Vamos a ver. Te sientas sola en cuatro asientos y se pone alguien al lado, y ya te molesta. Te agobias y te enfadas. Y hoy que van los cuatro ocupados y tú apretujada en uno de ellos, eres feliz. El asiento es el mismo, el espacio es el mismo, ¿puedes explicarme por qué hoy eres muy feliz por tener un asiento y otros días con ese mismo no lo eres?"

¿¿??

Pues es que el libro (y por ende, mi amigo) tiene razón.
No digo que pueda aplicarse a grandes cosas... como las enfermedades, supongo. Pero desde luego para la vida cotidiana funciona.
No, en serio, pararos a pensarlo.

^_^ y ahora, ¿creéis que habrá forma de dar un paseo por la sierra sin agravar el constipado?
Si lo hay, haré unas bonitas fotos para el blog.
¡¡¡BUEN SÁBADO, INTERNAUTAS!!!
A ser felices (y ya puestos, haced reír a alguien y leer)

1 comentarios:

Victoria dijo...

¡Claro que te leo! jejeje.
Sí, la miel es un buen sustituto al azucar también para bebidas ñ_ñ y si están caliente mejor!
Un té con miel, limón y jengibre te ayudará a aliviar el costipado ;D

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