Veamos,... ando entre libros hoy. Hace mucho frío fuera, tanto que ralentiza mi ritmo de escritura (porque tengo las manos heladas). He de encontrar unos mapas que me puedan servir para ilustrar el libro juvenil de piratas... he de actualizar las redes sociales (el facebook de autora lo tengo abandonado, el mío personal no, jejejjeje...), buscar frases para el twitter y terminar a tiempo de acudir a otros compromisos. 

Una amiga me ha enviado poesía, tratados, libros e información sobre escuelas budistas. También me mandó algo muy interesante sobre los estados de la vida para el budismo. 

Es curioso...

Además, tengo que escribir a un colega que ganó un certamen en este Blog  y me ha enviado su primer libro publicado. Es bueno, escribe muy bien. Me da las gracias por confiar en él y animarle. En realidad... yo no hice nada, me limité a disfrutar de su literatura. Y a decírselo. Pero me hace mucha ilusión.

Tengo que escribir los cuatro últimos capítulos de la obra de piratas, dejarla reposar, imprimirla y prácticamente reescribirla otra vez. Como me gustaría saber a qué se refería Follet con lo de "tardé mucho en comprender cómo se escribe una buena novela..." Hoy me tomaría un café con él. Los manuscritos por encima de las noventa mil palabras.... no se pueden escribir sin una buena planificación. Y yo soy impulsiva. Así que el remedio es imprimir, repasar, y con la base ya hecha... reconstruir el libro.

¿Cómo lo hizo él con una obra de mil y pico páginas?

¡Abrigaros, internautas! que hoy hasta las autopistas del ciberespacio están heladas. 

(saludos a los que leéis esto en primavera, jajajaja...)

Nell.