Pelís que cambian con los años

La primera vez que vi esta película yo tenía 14 años. Y la culpa de todo lo que ocurría en ella era de Susannah. (La actriz interpreta a Sabrina, también)
Y como me encanta comentar películas, pues lo dije. La respuesta fue:
- No, te equivocas, la culpa de todo la tiene Tristan.
- ¿Tristan? -repliqué-, ¡¿Cómo la va a tener Tristan?! ¡Tristan es perfecto!
Pasaron los años. La segunda vez que vi esta película, cambié de opinión. La culpa de todo la tenía Samuel.
- Si él no se hubiera ido a la guerra,...
- Te equivocas, Nelly -me contestaron-, la culpa es de Tristan.
Yo tenía dieciséis, o diecisiete cuando la volví a ver... y la culpa de todo la tenía Alfred. 
- Te equivocas otra vez -me dijo la misma persona-, el culpable de todo es Tristan.
- ¡No, no lo es! Es Alfred. Si ella no le quiere, y él es un pesado... ¡y qué pesado!
- Nelly, Tristan en un salvaje. Lo destroza todo.
- ¿Y qué? ¡Es perfecto! Y no es un salvaje... simplemente escucha su voz interior.
La cuarta vez que vi esta película... siguió sin parecerme que Tristán provocara nada, si bien... lo del contrabando y abandonar a Susannah... bueno. En parte... bueno... sí.
- ¿Lo ves? -me preguntó mi interlocutora.
La última vez que vi esta película (hace ya muuuucho tiempo) ningún personaje era culpable.
¿Es extraño, no? Samuel es un idealista, Susannah no es culpable de que los tres se enamoren de ella; Alfred es tan rígido que no ve el mundo en el que vive y Tristán... bueno, Tristan es especial. Hay gente especial con fuerza, con presencia. Para bien, o para mal.  
Lo extraño es que antes la película me gustaba mucho... y en cuanto dejé de ver "culpables" y "no culpables"... bueno, no sé, se quedó ahí, olvidada. Y ahora no me llama para nada la atención.

La primera vez que vi esta película yo tenía 17 años. Y me encantó el final (la secuencia en blanco y negro, salvo lo de la niña, que me ponía muy triste).
Lo que más me llamó la atención fueron dos cosas, que el novio llamara vulgar a la animadora, y que Kevin Spacey le dijera que no podía ser vulgar ni queriendo.
Me llamó la atención... porque ambas cosas me parecieron ciertas. A la vez. Lo cuál era algo confuso.
- Este final es muy injusto -protesté-, muy, muy injusto para él.
Otra persona con la que solía comentar películas me dijo:
- Te equivocas. Acaba bien. Él es feliz.
- ¿¿¿¿¿Quéeeee?????
- Mírala de nuevo.
Pasaron los años y volví a ver la película. Y cada vez que la veía me llamaba la atención una cosa. Claro que muere feliz, pero ahora la que me cae peor de toda la película, es la mujer. Eso del éxito y la perfección y todo ese rollo coaching de vas a alcanzar lo que quieres... pfffffff!!!!
Cuando eres más jovencita... esa parte no la entiendes. 
Es curioso que las mismas películas sean diferentes cuando pasan los años, ¿no?

¿Os pasa también con los libros? ¿os ha pasado alguna vez que la misma historia cambia?
Besos,
Nell.  

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