El extraño caso del bonsái y la Alcaldesa

Hace unas semanas unos amigos me regalaron un bonsái.


Me gustan mucho, como las orquídeas (tengo una morada), pero... al verlo pensé: "qué penita me va a dar cuando se muera". Sí porque, ... no nos engañemos, los bonsáis son delicados. Exigen... calma, paciencia, cuidados especiales.
Y la alcaldesa no es precisamente un dechado de paciencia y autocontrol.
Al llegar a casa, presenté el bonsái al resto de habitantes vegetales: aquí ciclamen (la flor de las celosas, que esa crece que da gusto), aquí bonsái. Aquí palmera (en período de adaptación), aquí bonsái. Aquí dalia carcomida, aquí bonsái, etc...
Una vez hechas las presentaciones de rigor, le busqué un sitio.
Y luego le dije: "es una pena que no vayas a vivir mucho".
Sí, porque, como todos sabemos, los bonsáis requieren de cuidados especiales. Representan la exactitud, la perfección, el cuidado, el mimo, la calma... lo Zen.
Mediada la semana había perdido casi todas sus hojas.
Fuero pasando los días y se iban cayendo más y más hojas. Dejó la terraza llena, como si fuera una alfombra natural para dar la bienvenida al otoño. Una alfombra en miniatura, claro.
Busqué -no porque me importara, por supuesto-, una guía en Internet sobre el cuidado del bonsái zelkova.
Me da igual, repetía yo por la casa. Me da lo mismo, ¿cómo voy a cuidar yo un bonsái?
Lo pulverizaba por diversión, lo regaba por pena, ... y más y más hojas caían.
Son graciosas, son diminutas.
Hace poco alguien me dijo: "uy, ese bonsái se está quedando sin hojas".
Le eché una mirada de total indiferencia. Me da lo mismo, no tengo ningún aprecio a mi bonsái.
Pero ha pasado algo raro.
Hoy... cuando me disponía a ponerlo debajo de un grifo para regar al maltrecho árbol en miniatura... bueno, se le han caído todas las hojas, cierto. Pero... es extraño. Está lleno de brotes nuevos. Ese estúpido bonsái, con su precioso tronco retorcido, su extraño perfil de... árbol gigante convertido en miniatura. ¡Ese prodigio!... esta lleno de hojas verdes, chiquititas, rabiosamente verdes y nuevas.
¿No es para odiarlo?
Así que, después de todo, queridos internautas... por algún motivo extraño e incomprensible, ... ha decidido que quiere... seguir viviendo.
Igual hasta le gusta mi casa ^^
¡¡Por favor, no me regaléis un gato!!


2 comentarios:

Janendra Cien Pájaros dijo...

Hombre me alegra que sea más terco tú. Ahora por favor xD ya no le brindes mala leche verbal. Háblale bonito, diría mi madre.

Nelly dijo...

jajajaj, esta precioso... ¡¡derrotada por un bonsái!!
^^ de verdad que está precioso, ha crecido para todos lados.
Victoria contra el pesimismo.

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