Visitando Sitges y Badalona



Este cuaderno de viaje va a tener menos fotos, porque es muy complicado llevarse la cámara a la playa.
Siguiendo con el turismo dentro del propio país, hoy quiero recomendaros dos rinconcitos encantadores:
SITGES Y BADALONA.
Badalona es un municipio situado a diez kilómetros de Barcelona. Es un lugar muy transitado pero a la vez tranquilo, y a un tiro de piedra de la gran ciudad. Su costa da al Mediterráneo (en la foto podéis ver al fondo el Puente del petróleo, muy famoso y con unas vistas muy bellas) El paseo por allí es estupendo para relajarse y después disfrutar de un buen día de playa.
La ciudad tiene mucho movimiento, especialmente en la Calle del Mar, o en la Plaza de la Vila. Esta llena de comercios encantadores. Tiene también una fábrica muy famosa junto a la playa, con un divertido logotipo que recuerda al protagonista de una novela de Pierre Boulle, que todos conoceréis porque fue base de una película que daba una terrible advertencia a los seres humanos ( una película muy "mona", debajo os pongo la foto y os hace de pista). Había también una famosa Cristalería, pero desapareció hace algunos años.
Un lugar encantador para visitar, para perderse en el paseo marítimo, comerse un helado mientras paseas por el centro o montar en bicicleta. Y a diez minutos de Barcelona.
¡Os pongo la imagen del famoso Anís del Mono!




SITGES


Desde Badalona nos desplazamos a Sitges.

La fuente de la imagen es la Wikipedia, por si queréis saber más.

Ciudad encantadora donde las haya, con mucho turismo y unas playas. Qué playas. Yo que soy del norte estoy acostumbrada al agua fría. Allí la tenemos agua fría y más fría. Quiero decir que el concepto de "agua caliente" ya implica que el agua esta fría. 
Claro.
Metes un pie en el Mediterráneo y piensas, ¡esto no puede ser! Las playas encantadoras, mucho turismo, un bonito casco urbano y, en definitiva, un lugar estupendo para desconectar.
Única pega, en las aguas más templadas es habitual, o normal, encontrar medusas. En este viaje las he visto, son curiosas, una especie de paracaídas marino flotando a la deriva. Normalmente no se acercan a la orilla, y si lo hacen, los vigilantes ponen la bandera roja. En muchas playas ni siquiera llegan (yo creo que el fenómeno se da más en Valencia). De todos modos, no son como las medusas australianas, (de las que he oído terribles advertencias)...
Y es que todo, queridos viajeros, no se puede tener. En el norte el agua está fría, es verdad. Y llueve más que en levante o el sur. Pero también hay delfines, paisajes llenos de verdor, acantilados vertiginosos y la vegetación es exuberante. Si tuviera que comprarlo, por experiencias de otros viajeros, dicen que algunas zonas son muy parecidas a Irlanda pero con menos frío.
Sin embargo te vas al levante y la temperatura del agua a mí me recuerda al Caribe. Quizá el agua del caribe estaba un pelín más caliente pero poco más, y las playas son magníficas. 
La conclusión es lo que alguien me dijo hace mucho tiempo: "no hace falta irse lejos para descubrir rincones hermosos. Los tienes por todo el país".
:D Os seguiré informando si descubro otros.
(Ver más en sección Cuadernos de Viaje, haciendo clic en el espacio de "Categorías")
Nelly (Eva).

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