Feria del Libro 2012

En esta edición, número 71, más de un madrileño ha echado de menos la lluvia.
Viene siendo tradicional pasear por la Feria del Libro y que te caiga al menos un pequeño chaparrón. Pero este año, nada, se ve que la crisis afecta incluso al tiempo. El cielo quiere ahorrar agua.
El pabellón de universidades también era más pequeño que otros años. ¡Pero no importa! Cuando hay tanta variedad de libros, de gustos, y de autores firmando, ¡es imposible no animarse!
Porque los libros siempre son una buena inversión para el alma y la mente. Algunos cuestan lo que una entrada de cine y puedes disfrutarlos muchas veces.
Como no podía ser de otro modo, unos pocos sí que me he comprado en estos días: Zig-Zag, de Somoza -a quien por cierto vimos firmando-, Aquelarre, una antología de cuentos de terror de autores españoles, y El Brujo de los Vientos, de Miki Monticelli, en una preciosa edición de La Galera. Y aunque busqué y busqué Cosmética del Asesino, nada, de ese me que he quedado con las ganas...
No llegué a tiempo de ver firmar a Ruben Abella, por quien sentía curiosidad pues contacté con él un día de ánimo tormentoso, jajajaja... y me contestó yo creo con una mezcla de sorpresa y paciencia.
Pero sí que tengo una anécdota respecto a la firma del libro de relatos de terror, por parte de Ismael Martinez Biurrun. Resulta que a una de mis amigas le encanta. Y tenía varios libros sobre la mesa. A mí me llamó la atención el de cuentos (luego resultó que era un libro de muchos autores, pero yo pensaba que era todo suyo). Así que, como no, le pedimos que firmara. Lo primero, me llamó la atención el tema del bolígrafo. Acordaros lo que os decía yo de que tengo que buscar un bolígrafo. Resulta que una de mis amigas me regaló el dichoso bolígrafo. Y en verdad no es (y sí es)... especial. Es azul. Y de lo más sencillo. Pero es especial porque mi amiga me lo ha dado para que lo use en las firmas y eso le confiere cierta "magia". Me preguntó porqué no usaba un pilot, pero pongo tanta fuerza al escribir que eso podría atravesar tres páginas. Nos reímos al imaginarlo.
El caso es que escribir dedicatorias no es nada fácil, así que, como le vi dudar, ni corta ni perezosa saqué yo un ejemplar de La Casa Mágica de la Señora Asworth y le dije: ¡¡mira yo también he publicado!!
No venía a cuento pero fue gracioso. 
Ismael alargó la mano, cogió el libro, me felicitó. Y de pronto me miró sorprendido y me dijo:
- Con Espasa.
- Sí.
- Y es tu primera novela.
Y viendo como miraba la portada, y ese brillo fugaz que iluminó sus ojos durante apenas un instante, y que he visto ya en otros autores... me sentí de lo más contenta. Es un momento fugaz. Pero atraviesa los ojos de la gente con una especie de sorpresa e ilusión. 
Sí, tengo que decirlo, ¡soy muy feliz!
Además, un amigo escritor ha recibido ya un ejemplar y me ha hecho mi primera crítica. 
Lo terrible es que los escritores tienen... cierta perspicacia para captar de donde vienen las cosas. Así que yo criticando a directores de Hollywood por hacer copias de libros infantiles (El Bosque) y en apenas una lectura otro escritor me ha dicho exactamente a qué película de mi infancia homenajea la obra.
Buenas o malas, las críticas están ahí. Y sólo son una prueba de que has lanzado algo tuyo al mundo.
Saludos,
Nelly
.
fuente de la imagen: www.netambulo.com


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