Me ha durado una semana, jajajaja...
Es estupendo.
Trata de una joven de 16 años, internada en un colegio de Cornualles, que se -¿podríamos decir "enamora"?- tal vez, después de terminar el libro, no sea el término más adecuado. Se encapricha del guaperas de la clase, Liam. Y como es de esperar, Liam es un engreído que le da calabazas. No directamente pero... resulta ser una decepción.
Voy a hacer lo mismo que hacen en este libro al hablar de otros: destriparlo. Je,je,je. El profesor de gramática, un "viejo" de más de 30 años (madre mía, que injusta es la vida, jajajajaja...), sigue a su alumna despechada hasta el acantilado y le dice que a partir de ese día va a tener una asignatura nueva: gramática del amor.
A partir de aquí, la obra es un estudio de un montón de clásicos: Ana Karenina, Cumbres Borrascosas, algún que otro libro de Murakami, Jane Austen, Goethe, Emili Brönte, Cien Años de Soledad, etc.
De cada libro, la alumna y protagonista va sacando una idea. Una enseñanza.
Aprende a distinguir "amor" de encaprichamiento. Aprende la diferencia entre amor tranquilo y trágica historia fogosa. Aprende y aprende... y mientras tanto se va enamorando del profesor (que es un poco idiota por no verlo venir de lejos...)

NO SIGÁIS LEYENDO SI NO QUERÉIS CONOCER LA HISTORIA COMPLETA.

Deciros que me llaman la atención muchas cosas, entre ellas la forma en que la protagonista se va tomando las cosas a medida que se desarrolla el libro. Nada más empezarlo, yo me encapriché de Josh, quién por cierto me recuerda a un amigo mío. Pero entre idas y venidas, la protagonista termina al final con Marcelo. Quien, paradójicamente, le daba asco en su primer encuentro. La verdad es que tuvieron una forma de conocerse y una primera cita (obligada) desastrosa.
A medida que gana confianza con Marcelo, un buen día resulta que Josh (el bibliotecario), le confiesa su amor. Tienen un encuentro de lo más interesante y la vida sigue.
Ella se enamora del profesor, que a su vez le suelta cada contestación que, esto seguro que lo sabemos más de una, duele una barbaridad... y no precisamente por ser contestaciones fuera de tono, sino porque ... la educación y la frialdad a veces duelen más que las borderías. ¿Sabéis dónde recupera para mí la estima el profesor? Cuando le dice: "Eres mi alumna y te debo un respeto". Ahí me reconcilié con él... porque entre tanto... no sabéis lo mal que me caía.
Me gusta mucho también cuando hablan de un concierto de piano y de Carta de una desconocida, de Stefan Zweig. El profesor le viene a decir: "los sentimientos no pueden contenerse" y tarde o temprano salen. Así que, una de dos, o aprendes a que salgan de un modo normal y controlable, o haces lo que la idiota del libro, que se pasa la vida enamorada de un hombre que no la recuerda y que, para más inri, es padre de su hijo. Tengo que leer ese libro. Por lo visto es de una mujer que se encuentra varias veces con su amor, y lo triste es que el personaje masculino -a pesar de verla a lo largo de los años-, piensa que la conoce en cada encuentro porque no la recuerda. Vaya dramón.
El otro libro que me llamó la atención, de Goethe, es aún peor, porque el muy idiota se suicida. Aquí la protagonista dice: "no creo que conociera realmente a la persona de la que se enamoró, y por tanto no creo que estuviera enamorado, más bien idealizó a Lotte y le atribuyó todas aquellas cualidades que él necesitaba o de las que carecía y admiraba".
Y luego te enteras de que más de un millar de jóvenes se suicidaron en la época, para imitarlo.
En fin. Lástima que Rocío Carmona no lo escribiera antes. Si el dato es cierto, ... es tremendo.
Si esto te ha resultado interesante y quieres un libro sencillo de leer, casi diría que palomitero, y de amores juveniles, os lo recomiendo.
A mí me ha gustado mucho.
Ah, la posdata: muy simpático lo de "por mucho que leas, sobre el amor se aprende viviendo".
Me gustaría invitar a la autora a una Tertulia Literaria.
Besos,
Nell.