Me dicen mis amigos publicados, que escribir una página al día cuando estas trabajando en una novela, ya es un ritmo estupendo. Yo me decía a mi misma, ¡pero si yo escribo ochenta seguidas! Pero eso era antes de que el éxito llamara a mi puerta, en forma de contrato editorial. Ahora llevo tres meses atrapada en las primeras cuarenta páginas de una novela. Tengo tantas posibilidades con esta historia que no sé bien qué hilo argumental seguir.

Y en estos casos, aparte de fregar sartenes (como hace un amigo escritor!!!!), lo mejor es documentarse. Si te documentas de tu historia, aunque no la estés escribiendo, ya te estas "empapando" de ella.

Luego al llegar a casa "te escurres" y dejas que la tinta seque. Je,je,je,je.

Bueno, todo esto viene porque encontré un libro infantil de "Piratas", con una edición que es una preciosidad, un glosario (diferencia bucanero de filibustero, define cuadrante, cofa y cabrestante, etc.), dibujos: del trinquete, el palo de mesana y el cabrestante... e historias.

Y pensé, "tate, este para mí". Que es infantil, vale, pero también lo es el libro. No pretendo que los pequeños lectores aprendan nociones técnicas de navegación marina, pero sí que cuando mi protagonista diga:  - ¡Eh, vigila el cacharro ese para levar el ancla!, en vez de usar esas palabras, exclame algo un poco más propio, como:

-¡Eh, girad el cabrestante antes de que esa goleta vire y haga saltar por los aires nuestro trinquete!

Del mismo modo, gracias a esta labor de investigación, me ahorro caer en situaciones embarazosas como:

- ¡Capitán, no podemos seguirlos, nuestra goleta tiene mayor calado que su mercante!

Pues va a ser que no, porque según el libro la goleta es el barco de menor calado. Lo que significa que mi protagonista tiene, o una goleta, o un bergantín. El bergantín no me gusta demasiado.

En fin, que la documentación es una parte importante.

:) Salu2!

Nelly.