Tengo algo que decir sobre la obra: dicen demasiados tacos. Pero aparte de eso, tiene momentos espectaculares. Trata de que Judas Iscariote está en el Infierno y en el purgatorio deciden "revisar su caso".
Me enamoré del personaje del diablo.
No puedo evitarlo, va de blanco, es seguro, es malo... bueno, no es malo, en verdad, hace unos buenos alegatos sobre que Dios ama a todo el mundo. Incluso a él. Argumenta cosas sorprendentes. Bromas e irreverencias aparte, la abogada defensora le dice algo sobre una pregunta, y el diablo contesta: "¿y usted puede vivir con tantas preguntas?", jajajajaj...

Quitando los gritos, la madre de San Agustín dice que tiene "línea directa con Dios", y que le da mucho el "coñazo".Ya os digo que el lenguaje de la obra se las trae, de hecho, no hacía falta decir tantos insultos e improperios (porque los dice, a cientos).
Pero vamos al trasfondo. Habla de la salvación y la desesperación. Habla de que Judas está en el Infierno y se pregunta prqué Jesús salvó a Lázaro, perdonó a Pedro, ayudó a Tomás... ¿y a él?
La obra habla de que él elige la tortura y la desesperación. Dice una frase preciosa, de un filósofo que no recuerdo, sobre lo que es la desesperación (si alguien la conoce, por favor que la ponga, habla de que es la soberbia del hombre que prefiere torturarse a ser humilde y aprender...)
Mi parte favorita, la de los apóstoles. A mitad del juicio ponían vídeos de los apóstoles, pero muy cercanos. San Pedro, jajajajja, es un poco... amanerado. Y cuenta como su hermano le dice un día: "Hoy no voy a trabajar". Claro, lo dice así... como trasladado al día de hoy, y te entra la risa, y dice entonces que viene con un señor "bajito y un poco hippy" y le dice: "es el Mesías". Toma ya, dice San Pedro.
Y el final es apoteósico... "ven que vas a pescar hombres". Y claro, como él parece un poco gay, te ríes mogollón.
Te habla de que ellos buscaban un azotador, un rebelde, y Jesucristo era más bien hippy. El diablo acaba diciendo que "nada" del infierno existe, que es la elección del hombre, que todo es mucho más cercano.
Es interesante.
Os voy a decir una cosa que valoro yo mucho: todos nos hemos sumido en la desesperación alguna vez, el problema es que "no vemos" la posibilidad de elección. Por eso yo valoro muchísimo a la gente que me hace verla. Esas personas, algunas dedicadas a ayudar a los demás, son tesoros. Puede que sea verdad y somos "nosotros" los que "nos salvamos a nosotros mismos", pero a mí me encanta saber que puedes tener ayuda.
Por cierto que la obra termina con una preciosa metáfora, Judas es incapaz de perdonarse y el actor que hace de Jesús -con una voz preciosa, por cierto-, erre que erre con que lo ama.
:) Qué lindo.
Nelly-Eva.