La Energía.

Un profesor de creatividad me dijo una vez que ningún artista puede crear si no siente antes que puede hacerlo. No recuerdo las palabras exactas, pero sí que le entendí muy bien porque venía a decir que... hay ideas que no puedes tener si no tienes la certeza previa de que van a ser buenas. Y cuando crees que puedes... vas más allá. Le entendí perfectamente. El arte está en arriesgar, si no sabes que puedes hacerlo bien, no lo haces y pierdes la idea brillante. No te atreves.
¿Por qué os cuento esto? Por lo siguiente: todas las personas que nos rodean desprenden una energía. No es broma, lo digo en serio. Hay personas más tranquilas, otras más inquietas, con algunas estaremos más en sintonía y con otras no... Y luego hay gente que te roba la energía. De esto me he dado cuenta hace pocos meses. Y os voy a poner un ejemplo reciente. Últimamente estoy tan contenta, que esa energía es casi como un círculo de espacio que me rodea cada día. Y dentro de ese círculo, todo es estupendo. Sin embargo, hace poco quedé con una persona que tiene la energía muy baja, una persona deprimida, y al despedirnos, esa persona me dijo que se sentía muy bien hablando conmigo y yo, por el contrario, me sentía fatal.
Le estuve dando vueltas a esto y a otras cosas (especialmente relacionadas con el tema de escribir, pues estaba convencida de que en ciertos entornos jamás podría conseguir mis metas y no me equivocaba) y llegué a la conclusión de que hay personas que te roban la energía aún sin pretenderlo.
Y a esas personas hay que evitarlas. En la medida que podáis, rodearos de gente optimista.
Porque: ¿qué ocurre cuando te roban la energía? Para mí la energía es el espacio. Hay gente que tiene la habilidad de darte espacio. No sé cómo lo hacen, pero lo hacen. Y cuando tienes espacio puedes permitirte el lujo de probar cosas nuevas. A ver qué pasa.
El caso contrario, cuando me rodeo de personas negativas, aunque no digan nada, personas con problemas, siempre con alguna dolencia, siempre tristes, siempre criticando... mi espacio se reduce. Y se reduce más y más y al final casi no te queda, con lo cuál... pierdes toda capacidad de innovación. Es como si te contagiaran la idea de que la vida es gris.
Esta entrada va dedicada a la gente capaz de dar espacio a otros. Aún sin decir nada, aún sin proponérselo. Y también a mis mejores amigos.
:) Nell.

2 comentarios:

Aelo dijo...

Te encuentro toda la razón, hay una suerte de "vampiros emocionales", que te dejan cansada con su sola presencia... pero...

No puedo dejar de preguntarme lo siguiente "si nosotras nos alejamos de ellos porque nos sentimos mal con su presencia y ellos se sienten bien con la nuestra... ¿cómo dejarían de ser así, viéndolo todo gris, si no se "contagian" de nosotras? ¿Será que nuestra alegría es tan endeble que no podemos soportarlos de la misma forma que el cielo soporta una nube? ¿será que el pesimismo simplemente gana?

Si luego pienso en que lo hacen sin desearlo ni provocarlo... entro en conflicto, porque entiendo que hay que alejarnos de quienes nos quitan la energía, pero también pienso en que ellos no son culpables, sino que responsables de ello. En fin... seguiré pensando.

Nelly dijo...

Vuelves a diferenciarme "responsabilidad" de "culpa", Aelo, y tengo que darte las gracias.
:) De corazón.

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