Sueños...


Llevo una semana con el inconsciente algo revuelto.
Ayer, sin ir más lejos, me desperté de madrugada porque me caí de la cama. La verdad, fue bastante raro. Y hoy cuando he abierto los ojos he contemplado el reloj asombrada pues: ¡He dormido casi once horas!
Teniendo en cuenta que nunca, ¡nunca! duermo más de nueve, y sumado a las pesadillas y sueños revueltos que llevo teniendo una semana, tengo que darle la razón a una compañera de trabajo que ayer, utilizando el término oriental de la palabra, me indico que tenía el alma revuelta.
Pues no sé porqué. Si estoy "feliz cual regaliz", je,je,je...
Quizá si os cuento los sueños de hoy, alguno tenga una idea. Soñé con trenes que iban en direcciones opuestas. Y también con direcciones opuestas que llevaban al mismo destino.
Después de eso, el sueño cambió y vi una ciudad... preciosa y casi como de juguete. En realidad, era una animación. En dicha ciudad vivía una chica, gallega, hecha por ordenador, delgadita y pelirroja, o castaña, con el pelo largo y los ojos claros (no, no era yo, peñazos, que alguno ya estará en plan Freud!!!!)
Esa chica leía cuentos a los niños y a los vistantes de la ciudad. Pero cada noche, a eso de las nueve o las once, la ciudad se paralizaba. Se congelaba. Todos los habitantes se quedaban en la misma posición. La chica cerraba el libro allá donde estuviera (en una cafetería, en un portal, etc.) y se despedía de los visitantes. Si bien en mi sueño, y esto fue lo último antes de despertar, a la chica la empieza a molestar una vieja. Una de las que viven allí, una señora mayor, empieza:
- ¡Vamos, fuera, largo, ya no son horas!
Y la chica que estaba en una calle, contesta:
- Bueno, vale, me voy a despedir...
- ¡Es tarde! -dice la señora mayor.
Así que la joven echa a andar y llega a una plaza con unos edificios preciosos, un suelo adoquinado y unas cafeterías que sólo verlas daban ganas de quedarse allí, y entonces la señora mayor... ¡se acerca y le quita un paraguas!
- ¡Ya no son horas! -le dice-, es tarde, ¡vamos, fuera!
- ¡Bueno, ya está bien, señora!
Le quita un paraguas porque iba a llover, supongo. En plena discusión yo me desperté. Aluciné con la hora que era (anda que...) y al levantar la persiana... vi que estaba nublado.
Ains. Supongo que esa "vieja" era mi lado gruñón.
Sí, tienen razón, ando un poco revuelta.
:=) ¡¡¡Buenos días, internautas!!!

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