¿Sabéis lo que he aprendido hoy?

Mirad que cosa tan curiosa.
Hoy he hablado con una señora muy, muy, muy borde. Muy descortés. El caso es que al ratito de hablar con ella me he puesto a pensar... "vamos a ver, en vez de preguntarme yo que puedo cambiar, o de sentirme yo mal, pensemos... ¿si la señora en cuestión hubiera sido simpática y amable estaría preocupándome tanto?"
Respuesta: "no".
Muchas veces nos sentimos mal y nos complicamos la vida por cosas que hacen los demás. Yo me la complico demasiado, por cierto. Pero es que, lo que hagan los demás, no es culpa nuestra. Otro ejemplo: entras en la oficina y dices "buenos días", y una persona con la que no te llevas bien, gruñe.
Vale. Yo soy de las que se pasan tres horas pensando qué he hecho mal, qué habría podido hacer, cómo puedo cambiarlo...
Imaginemos que al entrar digo buenos días y la persona contesta con una sonrisa.
¿A que la situación cambia?
Bien, pues la moraleja es: ¡No es culpa nuestra lo que hagan los demás! Lo malo es que esto implica que no podemos controlarlo todo. Que mal.
Puede elegir entre vivir en el mundo de fantasía en el que todo tiene solución si yo me vuelvo loca y me devano los sesos intentado que todos seamos felices... o renunciar y asumir que si alguien decide portarse mal... ni es culpa mía, ni debe de importarme tanto.
¿Eso es darse por vencida?
.... ¿o madurar?, jajajajaja.
Saludos,


Nelly.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises