¡¡Compras navideñas!!



¡He ido a comprar los adornos de un árbol de Navidad! Fuí a un centro comercial que hay cerca de mi casa, ¡podía elegir yo la decoración que quisiera! ¡ese era el trato!
Había unas bolas rojas y blancas muy chulas, pero eran muy caras, así que al final, visualizando en mi cabeza toda la decoración, compré las que a mí más me gustaron y eran asequibles.
Al salir me encontré una tienda de mascotas, entré... ¡¡¡y allí estaba la cobaya más bonita del mundo!!! (la segunda, la primera era Cui-Cui). Era blanca y gris, tenía manchas, estaba solita, y me miraba comiendo heno. ¡Qué divertida parecía!
Pero en vez de comprarla hablé con la chica de la tienda. Una joven muy maja, por cierto, que estaba leyendo un libro. No había más clientes. Le dije que me había comprado una hace poco pero que se había muerto de neumonía y que tenía miedo de llevarme aquella que estaba solita y era preciosa pero...
- En invierno son muy delicadas -me dijo la vendedora-, si tu casa es fría, mejor espera a primavera. Es muy fácil que cojan neumonía y se mueran, no toleran bien el frío.
- ¡Tienes toda la razón! -Le dije-, ¡gracias!
Y me fuí muy contenta porque no había intentado vendérmela por encima de todo. ¡Qué maja la chica de la tienda!
Total, que llegué a casa y me puse a decorar el árbol. Y entonces lo enseñé y me dijeron:
- ¡Ay va!
- ¿Qué? ¿No es bonito?
Cuando tenía diecinueve años y me encontré a una amiga de la infancia que me preguntó qué carrera había elegido, al decirle publicidad torció el gesto y me preguntó: "¿Publicidad, tú?", "Sí, por qué?" "No te pega nada". La miré incrédula. ¿Y qué me pega? quise saber. "Decoradora, interiorismo, algo así...".
¿¿??¿¿??¿¿???¿¿¿???
Ese día fuí corriendo a preguntarle a mi madre: ¿tengo estilo al decorar?
Mi madre respondió en el acto: sí.
- ¿Y qué estilo tengo?
- No sabría decirte -dijo mi madre-, al principio parece un tanto desordenado porque te gusta guardar muchas cosas, pero a nada que te fijas un poco te das cuenta de que lo has colocado todo así a propósito... y el conjunto... "es muy tú".
Bueno, pues volvamos a la escena:
- ¿No es bonito el árbol?
- Sí... es sólo que..
- ¿Qué?
- Nelly, es... muy Ferrero Roché.
¡Puaj, no!
- ¿Es serio?
- No, que va... es... es el árbol de un Palacio. No sé cómo decirte,...
¿¿??¿¿??¿¿¿??¿¿¿??¿
- ¿De verdad?
- Sí, es muy bonito. Pero parece de un palacio. jajaja, no sé cómo lo has hecho...
- ¡¡Gracias!!

Es el árbol de un Palacio por si viene Howl esta Navidad, jajajjaja....

Saludos a todos,


Nell.

fuente de la imagen: www.airedefiesta.com

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