Es "Lucius"
En cuanto vi a la cobaya, lo supe. Era mi pequeña cobayita. Sólo que... no era una niña.
- Llévate mejor un niño -me dijo la de la tienda-, para el celo es mejor, las niñas se mueren.
Tengo que decir que la de la tienda, pese a ser mi tienda de animales favorita, me ha tratado fatal. Para empezar, le compré la cobaya, el transportín, el sustrato, la jaula, pregunté por medicinas y cuidados. Y me dijo:
- ¿Le has comprado heno?, porque es un recién nacido...
- Tengo lo que me vendió tu jefe el otro día (por cierto, el jefe muy atento)
- Tienes que darle heno.
- ¿Es lo mismo de aquí? -señalé la bolsa que me vendió.
- Ah, vale, vas a matarla.
Me dieron ganas de darle una bofetada. Sé que tengo cara de niña dulce, pero esa borde se estaba pasando.
- A ver -le digo-, soyc cliente y tengo dinero, ¿qué debo comprarle?
Y contesta:
- Es un bebe, ¿tú le das paella a un bebe?
Y ya me harte:
- Oye, me lo habéis vendido vosotros.
Se quedó callada.
Luego dijo que había pisado un pez y lo había reventado. Así, a renglón seguido, ¡delante de dos clientes!. Nos quedamos blancos. Yo por lo menos. Dijo que había reventados sus tripas...
Genial.
Quise irme cuanto antes.
Me dijo que tenía una visita al veterinario gratis. Le pregunté:
- ¿Cuánto tiempo dispongo para hacerla?
- Esta hoy.
Es tonta.
Me dije, tonta del todo.
- A ver, me regalas una visita al médico, ¿puede ser dentro de un año o debe ser algo inmediato?
- Esta hoy y mañana.
Vale.
El resto de días no hay veterinario.
Mira, mejor no hablar.
No fue capaz de aclararme lo que debo darle de comer, esta estresada, lo entiendo. Un día me contó porqué. Me dieron ganas de usarlo contra ella y comentarle que no es culpa mía lo que le pasa.
El jefe me trata muy bien, y los demás también. Pero ella hoy se ha pasado. ¡¡¡Así que hago uso de mi libertad de expresión!!! Y se ha quedado sin recomendación porque un amigo iba a comprar ahí.
Total, llegué a casa tan preocupada que he decidido llevarla ahora al veterinario para que me aclare sus cuidados.
Y como todo el mundo me dice que hacen ruido... al llamar a una amiga le dije: "Oye, cui-cui ya está aquí, pero no es chica. ¿Cómo lo llamo?" y mi amiga contestó riendo: ¡Esta claro, Cui-cui!
jajajaja... no creo que eso sea nombre para una cobaya.

¡Tiene solo un mes!

Tras la visita al veterinario.
Ha sido genial, la veterinaria la sacó del transportín, le acarició el lomo no sé de qué manera y la cobaya hizo: PRRRRR, PRRRRRRR. Temblaba con un juguete de estos de cuerda cuando los pones a andar. PRRRRRRR.
- ¿Ves esto? -dijo-, es que le gusta. Te has comprado un animal muy comunicativo. Cuando quiera algo, o algo no le guste, o quiera llamarte, hará: "Cuíiiiiii, cuíiiiiiiiii". Esta sana, y no te preocupes por lo que te ha dicho la de la tienda, no vas a matarla con eso. Déjala unos días que se adapte, dale un poquito de pienso y heno y dentro de quince días, si quieres, la traes para otra revisión gratuita y si tú quieres, la desparasitamos por siete euros. Evita las corrientes de aire y procura seguir la dieta de la tienda unos días. Otra cosa más, no sintetizan vitamina C, así que les vuelven locos los pimientos. Dentro de diez días, le podrás dar un poquito.
Luego al salir, un chico me ha preguntado cómo se llamaba. No tiene nombre, le dije.
"En mi país se llaman Cui"
He pensado que el destino me tomaba el pelo.
¿Cuí? No. Cui. Con acento en la ú.
Bueno, de momento parece muy contento en su jaula, se acaba de zampar el pienso y se ha metido en su casita de madera. Lo de nombre, ya veremos... ¿ideas? ¿sugerencias?
Posdata: cuando era niña, siempre quise tener una cobaya.