Imagínate que un día te levantas y dices: "voy a estudiar medicina".
Haces tu carrera, consigues tu trabajo y desde entonces te dedicas a curar a la gente. Ser médico tiene que ser como atender al público pero peor, porque lo que te juegas es mucho. Y cada persona te vendrá con su queja: "me duele esto", "me duele aquello", "recéteme tal", "míreme lo otro"...
Tiene que ser cansado.
Pues bien, imagínate que, además de eso, un buen día te da por colaborar con la Asociación Española Contra el Cáncer, de tal modo que cuando -de pronto-, te escribe un e-mail larguísimo y lleno de preguntas una completa desconocida, no sólo contestas, sino que lo haces bien y a conciencia. Con datos, con referencias, con información y con una respuesta personalizada.
Claro, y una piensa, "todo esto... porque sí"
Hay personas que, en su día a día, se comportan como héroes anónimos. Hablo del que se dedica a ayudar a los demás. En cualquier aspecto. Desde hacerle saber a una ancianita a través de un teléfono que no está sola, hasta los médicos y personal que colabora con la AECC.
A todos nos pasa que, tarde o temprano, dependemos en un momento dado de un desconocido. Y si éste hace una buena labor (médicos, enfermeros, etc.) te das cuenta de lo que vale de verdad y las cosas que no tienen la menor importancia (casi todas las que ocupan tu mente en el día a día).
A veces me pasa con mis clientes, cuando les ayudas. Y es curioso porque les notas realmente agradecidos. Te llaman por tu nombre, te dan las gracias mil veces. Y no me había dado cuenta pero... a lo mejor va por ahí la cosa.
Quiero deciros que, si alguna vez véis a estas personas de la AECC, voluntarios, solicitando colaboraciones (salen un día al año a la calle) le déis algo.
Pedí información a conocidos y resulta que la organización española contra el cáncer no sólo lleva a animadores a los hospitales, u ofrece camas especiales gratuitamente a aquellas personas con familiares enfermos, sino que, además, contestan a tus preguntas. Aunque tengan mil cosas que hacer.
Me han hablado de gente que colabora como voluntaria, regalándo su tiempo a los demás, animando a los niños enfermos, etc.
En nuestro día a día, ni nos lo planteamos. Pero yo creo que hay profesiones que engrandecen el mundo, y otras que lo "aplanan". La publicidad lo aplana. O eres una ilusa a la que simplemente le gusta regalar sueños y vives en tu cubículo creativo no viendo la cara del cliente, o te acabas preguntando, ¿tantas mentes dedicadas a promocionar un pinta-labios?
Sólo tiene una cosa buena: la parte de la comunicación (une a la gente).
Por otro lado: profesores, médicos, policías, investigadores y demás... dedicados con pasión a su trabajo... son un tesoro.
Y casi nunca salen en las noticias ;)
Pensad en ello. Estamos rodeados de héroes anónimos.