Se nota muchísimo cuando un profesor lleva poco, por el entusiasmo que pone en las clases. Cuando tiene ya ciertos años de enseñanza a su espalda... pasa de todo. No hay nada peor que un profesor que ha perdido la pasión por la enseñanza. El caso es que, a mis amigas, no les gusta este profe. Porque te corrige.

Y digo yo, ¿de qué te sirve matarte a hacer deporte si lo haces mal? De nada. El mayor índice de ataques de asma, contracturas y lesiones lo hemos tenido cuando a la profe que tenía antes estaba de bajón. Y el profesor que tengo ahora... ¡¡es un desastre!! Siempre hacemos lo mismo. Me aburro.

Luego también están los gustos personales. La jefa de profes dice:

- Hay dos tipos de ejercicio y dos tipos de personas. Las que quieren moverse y les da igual la técnica,... y las del pilates.

Yo soy de las primeras. Odio el pilates, no puedo con él. A todas les encanta, pero a mí no, ya es un milagro conseguir que esté quieta un segundo, como para encima poner todas esas posturas... yo sé que me gustan los ejercicios aeróbicos. Bailar, correr, el tenis...

Ahora bien, si haces ejercicios aeróbicos y nadie te dice cómo no apoyar el tobillo... esguince. Y si haces pilates y tampoco te corrigen, contractura....

Han abierto un gimasio nuevo a dos manzanas y se están llevando toda la clientela. No me extraña, de verdad. Y viene un profe nuevo por un día, que es medianamente bueno (jovencísimo) y no están contentos porque les hace sudar.

:) Nelly.