Y el chico de la agencia era muy majo.

Me han preguntado si quiero meterme a vendedora de pisos. ¿Por qué? Por tus preguntas, dicen, pareces ya una experta.

¿Yo? jajaja, ni de coña. Si no entiendo nada.

A ver, no me voy a quedar con este pero, por lo menos, inspiraba verlo. Tenía un hueco para leer estupendo, una especie de terracita por la que entraba el sol. Y daba a un jardín. No tiene ascensor pero ronda los 80 metros cuadrados. Eso sí, necesitaba reforma. No porque esté en mal estado, es que... la distribución era bastante original.

- Un señor interesado en reformarlo quiere comprarlo -me dijo uno de los comerciales.

- ¿De verás? y... ¿qué... qué va a hacer?

Me miraron con curiosidad.

- Bueno, pues esto y lo otro.

Jo, que si era bonito. Tenía mucho potencial. Pero claro, una cosa es encontrar un piso chulo y encima reformarlo, y otra no tener dinero para la reforma.

Uno de los chicos se hizo amigo mío, y el otro comercial se enfadó. Oye, no es culpa mía. En lo que llevo viendo pisos me he dado cuenta de que hay distintos tipos de comerciales. El primero que me atendió era guapo, increíblemente guapo, pero muy estirado. En la segunda agencia me atendió el Jack Sparrow de las inmobiliarias, ¡qué pesado! Y encima... era vago en la información que daba de los pisos. Y eran pisos muy feos.

En esta agencia me han atendido dos chavales de mi edad, y a uno le ha faltado pedirme el teléfono. ¡Es que era muy simpático! Empezamos a hablar de esto y de lo otro y al final me dijo que él vivía solo, acabamos hablando de financiación... no, fuera coñas, el tío era muy majo. Además me dijo:

- Son dos cosas las que necesitas saber. La primera es tu tope máximo en precio. Y la segunda, lo que necesitas, lo que quieres.

Así que le conté un poco lo que buscaba (con los otros comerciales no me aclaraba y tampoco les decía mucho). El chico mostró una amplia sonrisa, un poco sorprendido quizá.

- Puedes ver más pisos de los que piensas -me comentó.

¡¡Frena, frena!!

Estos comerciales...

Vamos, que me lo he pasado muy bien.

YA ERA HORA, CARAMBA!!!! Los pisos que había visto eran muy feos.

¡¡todo para mí!!