Cuéntanos un recuerdo lejano.

Hola Internautas,
Os animo a que compartáis con nosotros, anónimamente, ja,ja,ja, cualquier recuerdo que guardéis con cariño, siempre que sea muy, muy, muy, muy lejano...

Veréis, yo tenía una amiga que decía que su primer recuerdo eran los barrotes de su cuna-cama.
A mí me pareció muy curioso que recordara algo tan lejano, pero oye, puede ser...
Así que aquí voy yo con el mío. Un patio.
Pero no era un patio cualquiera, no. En el fondo había una ... maceta blanca, o algo así. Siempre estaba llena de barro. No tenía plantas, sencillamente, estaba ahí... vacía. Siempre vacía. Los niños jugábamos en ella. ¿Sabéis lo que recuerdo? Su tacto. Estaba junto a unas escaleras, tres, que daban a un pasillo, que daban a un baño, que daban a un bar... recuerdo el olor de ese pasillo y el ruido del bar. Qué grande puede parecer un macetero para una niña de tan pocos años.
Nosotros jugábamos a colarnos en el servicio, llenarnos la boca de agua y llevarla hasta la maceta. Claro que, siempre había algún adulto que nos pillaba metiéndonos donde no debíamos... no sé.
Un macetero blanco de yeso. Rugoso. Al final de una escalera. Dentro de un patio donde jugábamos a las canicas... También solíamos encaramarnos al macetero y saltar.
Había cuatro portales en aquel patio, pero sólo recuerdo uno. Y me da rabia porque no recuerdo absolutamente nada más... ni las alturas de los pisos, ni qué amigo vivía en aquel portal como para recordar justamente ése portal y no el resto. Supongo que jugábamos al escondite. Y eso sí, eramos muchos, muchos, muchos niños.
Debería volver a ese lugar y echar un vistazo....
Besos,
Nelly.

4 comentarios:

Aelo dijo...

Abrí los ojos y veo por la ventana, aún acostada en mi cama. Se filtran los rayos del sol a través de las hojas de la parra. Cálidos, musicales (casi), me levanté para verlos mejor y me paré en la cama sujetándome de los barrotes. Había una mariposa danzando en el aire. Al rato llegó mi madre a sacarme de allí. Ese es el primer recuerdo que tengo.

Saludos

Anónimo dijo...

Vaya, no sabría decir si es el primero, pero sí de los primeros: es de noche, la casa a oscuras, en silencio. Me despierto, no sé por qué. Me da miedo la oscuridad porque no puedo ver nada, o quizá porque veo cosas que no hay, jajajaja Me giro y busco aquello que me calma. Aferro la mano de mi madre -en realidad, un dedo, porque las manitas no me dan más de si- y vuelvo a dormir. Mi cuna estaba junto a su cama y ¡la pobre tenía que dormir con el brazo estirado y la mano entre los barrotes de la cuna!

Marta dijo...

Mi padre me subía a hombros y yo tocaba con las manos el techo de casa. Creo que es ese mi primer recuerdo.

Muy bonito tema, Nelly.

Nelly dijo...

Vaya, qué bonitos.
Ahora que habéis comentado eso de vuestros padres... el mío solía hacerme dar la voltereta cuando yo era muy pequeña. No sabía cómo lo hacía pero me cogía de las manos, y de repente el mundo se ponía del revés y yo terminaba a caballito sobre su cabeza.
Pensaba, ¿cómo lo hace? Y no tenía miedo a caerme nunca. Se lo pedía una y otra vez, me hacía reír un montón...

Besitos,
Nelly.

pd: ahora ya sé cómo lo hace. Vi a un padre hacerlo a una peque en mitad de la calle... me hizo sonreír... :)

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises