Cuentos del Zodíaco


Por si desconocéis la verdadera historia del Zodíaco, os diré que hace muchos, muchos, muchos millones de años, el Cielo nocturno estaba vacío en torno a la Tierra. Nuestros ancestro contemplaban aquel gran vacío añil cada noche, con monótonas expresiones, motivo por el cuál el constructor del universo sentía una gran desazón. Por eso decidió convocar una reunión de urgencia con todas las criaturas celestiales, y de este modo decidieron "decorar" el cielo para los humanos. Para hacer la cosa más divertida, se repartieron el espacio que era visible desde la Tierra, y atribuyeron a sus obras características de animales... Esto fue lo que ocurrió.

Aries
El primero en presentar al hacedor del Universo su obra, fue Claudio Convencius. Era un ser alado, de exquisito gusto, pelo dorado y rizos perfectos. Se le conocía en todos los confines del universo por su cultivada mente y su talento para el arte.
El problema es que cuando presentó su obra, no obtuvo los resultados esperados. Convencius había mezclado un cisne con un Peliragón (criatura a punto de extinguirse); y el resultado fue una constelación con forma de morro de caimán y patas de garza de las marismas. La llamó "Flautus", y aseguró que inspiraría la música, la danza y la poesía.
Fueron tantas las risas que Claudio abandonó el Consejo Celestial muy enfadado. Bajó a la Tierra y para desahogarse le dio una patada a la primera criatura que encontró.
Una cabra montés.
El animal, arrogante y fuerte como ninguno, se levantó con gallardía y arremetió contra Claudio, mientras el pastor que lo cuidaba, un noble guerrero de permiso que había ido a visitar a sus padres al pueblo cercano, intentaba detenerlo. Claudio, temiendo lo que se le venía encima, alzó su mano y con un leve gesto lo mandó al firmamento. Pero no calculó bien, y el humano salió despedido detrás.
El estruendo alarmó al hacedor del Universo, que se asomó por la ventana del Consejo Celestial, junto con el resto de convocados, y al ver la nueva constelación aplaudió admirado al autor.
Desde entonces, el guerrero vive en un sector del cielo, protegido por los dioses, y al cuidado de la cabra. Todos los que nacen bajo su regencia en el cielo son peleones como el animal, testarudos y cabezotas. Cada vez que caen, se levantan y no se rinden nunca. Pero ... su corazón es noble, como el del guerrero.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises