;) Se había caído del nido, cerca de la terraza de una amiga mía.

Cuando íbamos hacia su nueva casa, cargadas con maletas y bolsas, ella lo ha visto en el suelo, junto a la valla del jardín.

No sabíamos lo que era (son búhos en miniatura) A mi incluso me parecía demasiado pequeño para ser de verdad. Resulta que miden menos que una mano. Entonces me acordé de mi libro de aves. Entre las docenas de profesiones que quería desempeñar de pequeña, estaba la de ornitóloga.

- Parece un autillo -dije.

- ¡Sí! -contestó mi amiga-, por aquí los hay...

Una característica de los autillos es que cuando ven a un enemigo, las crías se inflan como un globo, hasta doblar su tamaño.

- Pero... -comencé-, si lo es...

Mi amiga se acercó a él. ¡¡Y tendríais que haberlo visto!! ¡¡Abrió los ojos muchísimo!! Y ahuecó las alas...

- Se hinchará...

El buho en miniatura se había convertido en una bola de plumas peluda con ojos redondos y abiertos como los de un gato.

-¡¡Tía, es un autillo!!

Siempre pensé que la estrategia de inflarse y aparentar que no tienen miedo era una tontería, pero lo cierto es que no es tan fácil echarle la mano cuando se pone así. De hecho, mi amiga y yo titubeamos.

Si no fuera porque a la par retrocedía, no nos habríamos dado cuenta de lo asustado que estaba.

Lo subimos aun árbol. Nos dio una pena :( La siguiente vez que pasamos ya no estaba. Esperemos que los gatos no lo descubran y que encuentre el camino de vuelta a su casa...

Saludos!!

Nelly. :)