DE COMO EMPECÉ UNA NOVELA...

Hace cosa de un año, más o menos, comencé una historia sobre una chica que odiaba los chats... y que al final se acababa enganchando a uno.
Más o menos por aquellas fechas, interrogaba yo, vía e-mail, a un buen amigo que esta en Canarias (si no me equivoco, aunque como sean otras islas y pase por aquí, me tirará de las orejas), y le preguntaba cómo era uno de sus días...
¡Bueno, no! En realidad... la chispa de inspiración me vino de esta frase:
"Voy a dejar un momento de lado la corrección de exámenes para rebatirte".
Mi amigo se llama Carlos. Al leer aquellas líneas, yo levanté la cabeza y pensé:
- Así que es profesor.
Y de pronto.. fue como un chispazo. ¿Qué mejor manera de presentar a mi protagonista de la novela? Y así empezó. Le di las gracias a Carlos y le pedí permiso para usar aquel e-mail, que de hecho esta incluido en mi historia.
Pero, ¿sabéis qué paso? Mi vida dio tantos giros bruscos - cambié de trabajo, de carrera, de pareja-, por entonces que perdí el enfoque. Me obligué a terminarla, sin ganas, cambie la historia varias veces... el final fue un desastre. No era un mal final, pero fue imprevisto. Incluso para mí.
La corregí. Y casi sin darme cuenta habían pasado 9 meses desde que empezara, algo que en principio parecía tan fácil, tan sencillo... y la de horas que tenía detrás.
Se la dejé a mis amigos de confianza. Un escritor la estuvo revisando conmigo, y aunque le gustaba el argumento, me dijo dos cosas: primero, hay que ver lo que te complicas para empezar. Y segundo, es realmente bueno, pero necesitas encontrar el modo de decirlo. No te rindas.
La corregí tres veces, lo que viene a decir que hice tres versiones -acordándome de Mercedes Salisachs, quien dijo que el que escribe sin sufrir no escribe nada bueno-, y yo que pensaba que mentía! ; )
En una presentación literaria, con los contactos ya de las editoriales hechos, e incluso un escritor comentándome que quería mandársela a su editora, otro buen amigo me dijo:
- Con lo bien que escribes (sí, es un buen amigo), y los fallos de ésta novela...
En ese momento yo pensé, "pasó, no la presento." De hecho, es raro el escritor que no tiene dos o tres novelas en su cajón (yo tengo dos, y una la escribí con trece años... hasta diría que escribía mejor entonces... no es coña) En fin, a lo que iba, pensé en desecharla... guardarla, dejarla dormir hasta que me pase lo que a Daniel Brown, que triunfó con el Código Da Vinci (si la Gata lee esto...), y sacó del cajón "Ángeles y Demonios"...
Sin embargo, hace dos semanas, cuando escribía la página cuarenta de un libro infantil que sabéis que estoy preparando... de pronto pensé, ¿y por qué no?
La novela es buena. Mi amigo, el de la dura crítica, tan solo había apuntado unas faltas subsanábles en los márgenes, cositas pequeñas, cosas que pueden variarse a gusto del autor. Cosas que ni siquiera tienen que variarse.
La historia es buena.
Había llegado el momento de ponerla a mi gusto, de jugar... y estoy en ello. Treinta páginas listas para empezar a mandarla a las editoriales...
¿Sabéis? esto no es nada sencillo, pero tampoco es imposible. Si todo va bien, en septiembre sacarán mi libro de cuentos.
¡Es cuestión de esfuerzo y trabajo! Aunque voy a trompicones, todo sea dicho...

2 comentarios:

Aelo dijo...

El esfuerzo lo colocas, así que tienes la mitad del trabajo hecho, lo demás es cosa de paciencia y trabajo. Espero ver pronto ese libro tuyo

Un beso

Nelly dijo...

¡Ojalá puedas verlo,Aelo!!! :)

Con su formato de editorial, ja,ja,ja, pero esta tan difícil. Tan, tan difícil.

Ahí sigo, no podemos rendirnos!!
Besos, y gracias.

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