Este fin de semana me he escapado a Praga. Una ciudad con encanto, donde todo parece de juguete. Al menos, el casco viejo de la urbe. Si queréis pasar tres días estupendos por poco dinero en algún punto de Europa, os recomiendo que la visitéis.

Itinerario día uno: Depende de dónde esté vuestro hotel, lo recomendable al llegar es dar un pequeño paseo para tomar contacto con la ciudad y apreciar las distancias (se puede recorrer lo más interesante andando...) Yo llegué un viernes por la tarde y, tras acomodarnos en el hotel, salí a dar una vuelta que me llevó hasta la Plaza de la Ciudad Vieja. Donde está el famoso reloj...

Itinerario día dos: Lo recomendable es levantarse temprano y poner rumbo al famoso puente de Carlos IV, para ver los principales monumentos que están, como sabéis seguramente, al otro lado del río. Comenzando por el Castillo y la Catedral de San Vito, para luego pasear por el Callejón Dorado o visitar las mazmorras donde agonizaban los prisioneros...

Itinerario día tres (y último): Aunque no nos dio tiempo a ver el cementerio nacional, no te puedes ir de Praga sin ver el Barrio Judío. Atención a las sinagógas porque no todas merecen la pena. Os recomiendo pagar la entrada de 300 coronas y ver la Española, que es la más bonita, dos más que también son impresionantes y se encuentran en las inmediaciones de El Cementerio Judío. Os va a impactar. Como no podían enterrar a sus muertos más que en ésa pequeña porción de tierra, lo que hicieron fue amontonar las lápidas y enterrarlos unos encima de otros. Las piedras que véis sobre algunas de ellas representan la memoria que la gente quiere guardar de los yacientes...