Esto es lo que yo quería. (Días así)
Llego a la oficina una hora y cuarto antes de que empiece mi jornada. Abro el portátil y me pongo a trabajar en un manuscrito. Mi portátil personal, no el de trabajo. En 45 minutos paso a limpio un libro juvenil que quiero presentar a un certamen, detrás del cual está Anaya. No sé si me va a dar tiempo, pero en días como hoy (9 páginas en una sesión) pienso que sí, ya que el máximo son 25 páginas.
Posteriormente, arranco mi ordenador profesional, hablo con el CAU, aviso a los compañeros, mientras el CAU me inicia nuevos programas y el nuevo sistema operativo, que me da terror porque ya verás tú que nada funciona...lo dejo todo y voy a visitar a mi admirado compañero.
Sol.
-¡Hola!
Un sol espléndido.
-¿Qué tal llevas la novela XXXX?
"Tiene poderes", pienso. Yo no le he dicho nada... ¿o se lo he dicho? Ya no lo sé.
-Bueno, lo tengo apartado ahora porque estoy trabajando recientemente en otro libro.
Le miro y veo el océano en verano.
Alzo las cejas.
Todo el océano. El mar, el cielo, el sol. Inmenso. Sin obstáculos.
-Ah....
A ver, ¿cómo le explicas a un ser humano que es todo el mar estival?
No lo va a entender.
También es Gandalf.
jajajajajaj
Mira, así no hay quién se concentre.
Me dice que hace un día precioso.
Trabajo. ¡Ah! Pero antes de eso, me dice que "la vida es caos"... ¿lo dijo así? Lo que invariablemente me lleva... a contaros una conversación con Coso.
(Retrospectiva. Ayer. Autobús. Conductor marca que está fuera de parada mientras yo lo miro significativamente desde el otro lado del cruce)
Verde... echo a correr. El bus hace amago de arrancar pero le para una joven que en vez de subir se queda de cháchara...
¡Jajajajaj! ¡Entro! ¡Entro! ¡Entrooooooo!
Me siento.
Y ahí empieza la magia. Yo le digo a Coso que "Soy solo yo" "¿qué diferencia puede haber en esperar a una sola persona?, de manera absolutamente surrealista que yo haya demorado el bus hace que otros quince viajeros suban (tal cual) yo he visto ese bus desde antes de ponerse en verde el semáforo y ya había salido de su parada, ergo no tiene por qué abrirme la puerta. Sin embargo, se la abrió a una mujer que en lugar de subir se puso a preguntarle cosas. A raíz de esto, yo llegué a tiempo. Al llegar yo, no salió. Al no salir, cinco más golpean la puerta...
Fue de lo más ridículo. En escalera, en cuenta gotas, otros tantos tomaron el bus porque ... bueno, por eso.
Por fin el bus arranca, se diría que resignado.
Me fijo en que el autobusero abre a todos los que llaman a deshora.
A todos.
Y empieza el caos.
-Oiga, me he perdido.
-Oiga, ¿abre atrás? ¡Abra! ... ah, no, no, espere, que me confundí que no baja nadie.
-Toc toc -fuera de parada.
Toc... toc...
Y yo le digo a Coso:
(Le está abriendo a todos... ¿por qué? No es legal. ¿Por qué lo hará? ¿estará de buen humor?)
Coso contesta y yo no le entiendo. No sé qué dice. Yo respondo a mi "yo interior" que la norma es la norma y legalmente no debe abrir. No sé qué responde Coso.
Nada más pensar esto... va una mujer y le dice algo sobre pararse en mitad de la carretera.
Suben tropecientos mil pasajeros más, uno con un bebé de dos años. Yo empiezo a sentirme mareada. Cierro los ojos. Menudo caos.
Que el bebé se cae (normal), yo que voy mareada ( y culpable ) que a uno no le va el abono, que una chica de mi edad se me planta pegada y la oigo decir al teléfono (apretujada contra mí):
-¿Qué tal ayer con el aquelarre de brujas?
¡Jajajajajaj!
Miro por la ventana.
Ay, señor.
Si no fuera por lo que iba pensando yo. Que iba pensando en los conflictos entre seres humanos.
"El aquelarre de brujas", pienso... ¿Puedo salir por la ventana y vivir en los árboles de ese parque? "El aquelarre de brujas..." Es que no quiero ni saberlo. ¿Lo dirá de broma?
La mujer habla sobre cosas que ya se me han borrado de la mente.
Subimos la cuesta, un coche parado con semáforo en verde en sentido contrario.
Frunzo el ceño.
Pero... ¿Y ese?
Miro a los que bajan la calle, veo lo que hacen.
Yo estaría enfadada cinco días.
Un poco antes de eso hay una rotonda. Mientras le digo a Coso que todo es caos, entiendo algo que me pone la pie de gallina...
(***pues verás ahora el que os va a dar****)
Miro hacia atrás.
Hacia atrás por la ventana.
Un coche gris roza la superficie del bus porque invade nuestro carril en plena rotonda haciendo una rectonda. El bus frena. Se evita el golpe por lo que a mí me parecen milésimas.
Se me abren los ojos COMO PLATOS.
"¿Cómo...?"
"Pero..."
El coche se aleja.
"Pero.. pero..."
Cosas de Coso.
Y subiendo esa cuesta, antes de la parada donde se baja mucha gente, cerré los ojos y me dije a mi misma:
"Es todo CAOS. ¿Por qué hay tanto caos?"
Coso no sé qué contestó.
Y Yo le dije: "Pues no me gusta"
Cuando eres pequeña, igual lo asumes y navegas entre ello, pero ahora... es que molesta. Gentío, ruido, caos... yo no podría conducir un autobús.
Y esa fue mi conversación con Coso. Yo bajé, me olvidé de todo el asunto. Y volvemos a la oficina donde mi compañero va y dice:
-La vida es caos.
Y sonríe.
O, mejor dicho, sigue trabajando.
Ahora ya no sé si dijo: "el caos es vida" o "la vida es caos". Así no hay forma.
Yo creo que dijo: el caos es vida.
Me volví loca pensándolo después. Ciertamente, la entropía es el desorden y es la vida del universo.
Pero.. vamos a ver, ¿me debe parecer bien que haya noventa coches en doble y triple fila? ¿Alguno ha estado en Roma? ¿Habéis cruzado un paso de peatones? Bien,... los coches no esperan a que acabes de cruzar, ni los de delante.. ni los de atrás.
Pues eso.
Se puede ordenar, ¿no?
Bueno, no lo sé.
El caso es que tuve un día estupendo. Y al salir al descanso un ruido tremendo me hizo mirar hacia arriba.
Vi docenas de golondrinas. Ni os imagináis.
-¡¡Anda!! ¡Han vuelto!
No estaban allí sin más, no... volaban hacia la ciudad, porque estaban llegando.
-¡Ay, qué maravilla!
Al acabar la jornada, regresé a casa. Pude meditar. Al acabar de meditar, me puse a hacer deporte. Pero antes, me pasó otra cosa. Una amiga me llamó para quedar a tomar algo. Se había confundido de horario y se lo dije. Yo ya salía de la empresa... tarde.
Iba bajando el camino cuando me preparé para mandarle un audio tremendamente largo sobre "normal que te equivoques" "tengo horarios muy locos" queja, queja queja...
Y en esto que Coso señala...
(*******)
Y os lo voy a traducir: "Ese audio no es necesario y es un rollo".
A lo que yo, que ya había iniciado el audio, pensé: "¡Qué más da! ¡Se lo cuento y...!"
Y Coso dijo: quejaquejaquejaqueja ¿qué diría ese compañero que va delante?
Sí, es cierto, delante iba un compañero.
Fruncí el ceño.
-Normal que te equivoques porque mis ho... -empecé
(fíjate bien) ((si te oyera qué oiría))
¿Sabéis quién era?
¡Jajajajajaja!
Mi compañero, al que admiro, justamente.
Si os digo que están compinchados. Mi compañero se da la vuelta ligeramente y a mí se me sonroja de la vergüenza el alma.
Sí, es un audio de queja innecesario.
-Que pases una feliz tarde -me dice.
Le acaba de ahorrar a mi amiga una perorata de quejas. Verdaderamente innecesarias. Omito el audio y me voy a casa.
¿Y sabéis por qué eran palabras innecesarias?
Dos horas y media después mi amiga dice: "Ah, pues yo me adapto, que sí, que quedamos"
Yo iba a decirle que YA NO... pero...
¿Sabéis una cosa? Es que el corazón me ha dicho que sí que quede.
Intuición, Coso, vida, yo interior... llamadlo como queráis.
Así que, haciendo bicicleta leo el whasap sintiendo un eco de (¿Lo ves?) muy profundo dentro del ombligo y respondí con:
-¡Holi!
Y en lugar de: "No, ya no voy, porque no lo tenía previsto..."
Voy y le digo:
-¡Pues claro, nos vemos en un rato!
fin.
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