En el que haciendo un álbum virtual me pasan volando dos horas...



De vez en cuando me da por el reciclaje.

Suele ocurrirme cuando veo cosas que se acumulan, y sobre las que no tengo control. Muchas fotos, muchos libros, mucho... lo que sea. Siempre he dicho, "las cosas tienen una función". Y tener una cosa sin cumplir su función es bastante absurdo.

Existiendo Wallapop, pues os podéis imaginar, es fácil darle salida. Los juegos que he puesto en venta, ¡han volado! De hecho, tengo una curiosa historia sobre un comprador de wallapop pero mejor ahora no os la cuento...

En realidad yo quería hablaros de que me pasa lo mismo con las fotos del móvil. "Esto es un caos" pensé. Quiero tirarlas. Quiero tirarlas todas. Pero nadie va por ahí borrando sus fotos. No sé porqué me dan esos impulsos. En realidad son tesoros... pero estoy a un clic! de mandar tres años de fotos a la basura.

Ante esto, me dije: "Bueno, vamos a hacer un libro con ellas".

Me senté, y tras trastear en muchas páginas, descargué el programa para hacerte un álbum digital. Comencé por las más bonitas... y me encontré con fotos de Puca. Puca murió antes de la pandemia. Era una cobaya-roquera-meditadora. Nunca he visto un animal tan extraño. Recuerdo el día que jugamos al futbol con un tomatito cherry. Y también cuando yo meditaba y ella se quedaba inmóvil mirando para mí, como si estuviera meditando también. Sólo me mordió un día que yo estaba triste. Parecía decir: "¡Espabila!". Era una mascota muy rara.

Ya no quiero más mascotas. Porque aunque son un amor, creo que los animales deben convivir con los de su especie. 

Claro que los perros son hiper-felices con el ser humano, pero ...el tiempo y todo lo que implican...

Tras las fotos de Puca, vi fotos de Toledo, Galicia, Portugal, ... Japón. Y mientras las colocaba... empecé a notar que aquello parecía una álbum de cosas felices. Resulta que me gusta hacer fotos por las ventanillas de los aviones... o a los helados de Florencia, con el fondo desenfocado. Creo que soy muy de asmr, en el sentido de que enfoco lo más mínimo y lo de alrededor cuenta una historia sin estar dentro del punto de atención. Lo que obliga al espectador a construir su historia, lo que hace que me digan: "Qué buenas fotos haces, ¿cómo lo consigues?". Fácil. Hago las fotos como veo el mundo... y como quiero que lo veas tú. De tal manera que enfocas una papelera como si allí hubiera algo... y el espectador lo mira. Y cuando se da cuenta de que hay una mariquita correteando por el borde... pues algo muy común, pasa a ser extraordinario. Y así con todo, en la agencia de publicidad (donde no sabía  ni de lejos porqué) me encargaban a mí las fotos de los eventos. Ahora ya lo sé. Las fotos son como carteles de películas o portadas de libros.

La página del actor es de mis favoritas. Sólo tiene tres fotos. Una soy yo, otra somos los dos en su azotea, y la tercera es él leyendo y yo alargando la mano hacia él, en un gesto que implica: acercamiento + petición y que yo creo resume, jajaja, toda nuestra relación. Y es preciosa. Es tan bonita esa página que se la he mandado. En realidad, el original era en blanco y negro pero al montar el álbum no lo tenía a mano y me dije, ¡bah! ¡qué más da! En color también es precioso.

No hay ninguna página censurable. Todo son cosas que han pasado y bellas sólo por eso. Como el día aquel que me invitaron a un concierto y estamos todos sin mascarilla tomando algo, antes de la pandemia... O la vez aquella que levanté la mano en La Latina y saqué una foto "muy tonta" a mi mejor amigo pero que es verdaderamente preciosa. Porque es como esas fotos "manga" donde solo se veía la cabecita de los protagonistas y el cuerpo tiene una perspectiva super-chula. Por si os sirve de truco, sacar las fotos desde arriba,... siempre salen mejor.

Tengo un amigo fotógrafo, además. Pero eso es ya nivel avanzado. Ese hace unas fotos increíbles. De él aprendí que para hacer una buena foto lo importante es pillar al otro desprevenido. Imitándole, le hice una a un amigo y la lleva de perfil de whasap. "Qué buena es esta foto", me dijo. Claro. Porque sale concentrado, mirando su móvil y tumbado en la hierba. Sale como es él. Como estaba en ese momento. Y ahí hay belleza. Pero bueno... que me desvío.

Dos horas y media después acabé el álbum... y vi que faltaba añadir más de un texto. Porque en sí era una historia. 

Antes, durante y después de la pandemia. 

Ahora lo voy a imprimir y a borrar todas las fotos.

Porque una vez leí sobre un señor que iba en un tren, leyendo hojas de un libro, y arrancándolas y tirándolas por la ventana luego (es una historia de Cortazar, no sé si es verdad que lo hizo o no). Y el que lo contaba lo hacía como diciendo: "oh, escandalízate, porque lee y luego destroza las páginas y las deshecha, tirándolas por la ventanilla del tren en marcha". Y eso le parecía raro. Y a mí no. A mí no me parece nada raro. En absoluto. No digo que haya que ir por ahí malgastando papel, no es eso, es más... que la foto pasa, la lectura pasa, es el momento la clave. Igual no tiene mucho sentido lo que digo, pero os aseguro que yo voy a dejar mi móvil a cero fotos. Quizá guarde una o dos, pero pienso borrar todo lo demás. Quizá salve un vídeo, el que me mandó el actor del día que nos conocimos. Pero poco más.

Es de esos días que abres la mano y dejas que todo lo que tratas de agarrar vuele... 

Saludos!!! 


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