Comerciales.


 Ayer me llamó un comercial. Me pilló en mal momento, hablando con el servicio informático por un lado, y encima, era la tercera vez que llamaban.

-Trabajo en call center -dije-, y me pillas con alguien al teléfono.

Eso... lo dejó muy cortado. Ya era la tercera persona a la que dejaba cortada, y no quiero hacerlo, pero de verdad no era buen momento.

-Ah, ya... perdona. Es que me has dejado muy fuera de lugar.

(Sí, lo sé)

-Ya.

No es un extraño, es alguien que trabaja en algo parecido a lo mío, y seguro que lo va a entender.

De repente:

-Pero es que te vas a ahorrar...

-Que no.

Yo si el cliente decía tres noes, le dejaba en paz. Hace 10 años.

-Bueno, es que ¿no tienes un momento desde las 9 hasta las 8 de la tarde...?

Era un chico. Una chica ya habría perdido los estribos.

-¡No! Porque me pillas en plena desescalada y con problemas informáticos, ¿entiendes? ¡y con horarios cambiantes! Así que no va a ser un buen momento para mí en las próximas tres semanas. 

Lo suyo sería "ah, pues gracias" y me rindo. O "Muy bien, señora, que le vaya bonito" y cuelgo y me acuerdo de su familia. Incluso un "sí, lo entiendo" y ya le volveremos a llamar.

En lugar de eso, el comercial dijo:

-¿Crees que podrías darme 5 minutos si lo intento de nuevo y hablamos más despacio?

¡JAJAJAJ!

((No se rinde)) pensé.

-¡Compañero! -dije al informático-, aguanta un momento.

-Como quieras-contesté al comercial.

-Pues te volveré a llamar.

¿Veis? Mi tercer no. Que no llegué a pronunciar. 

Escena retrospectiva: comercial de cías de coches. 

Tengo que buscar seguro y no quiero hacerlo en mi empresa. Más que nada, porque en caso de problemas (y me da pánico conducir) mi empresa es el último lugar en el que quiero tenerlos. Llamo por teléfono a todas las demás aseguradoras.

Atentos a este diálogo:

-Y cubre esto, y aquello y lo otro, y no se qué...

-Ya -contesto-, ¿y el gasto médico?

-La RC

(¿¿??)

-No, me refiero al gasto médico. ¿Qué gasto sanitario tiene?

-Eso es la RC, señora.

-Sí, será la RC cuando me choco contra alguien, pero si voy yo sola y me salgo de la carretera, ¿qué seguro médico tenéis?

-¡Eso ya no se lleva! Lo cubre la RC.

("Eso ya no se lleva", pienso...)

Esto era un comercial que no congenió conmigo. 

-Vamos a ver (compañero): voy conduciendo por una vía, me salgo de la carretera, me llevo por delante el quitamientos y me doy contra un árbol. ¿Quién me paga la ambulancia?

-La RC.

-¿Del árbol?

El comercial se queda callado.

(¡Jajaja!)

-Mira, déjalo -contesto-, no voy a hacer con vosotros la póliza.

Yo sí sabía su seguro médico, pero al parecer él no. Y tenía tanta prisa por contratar y tan poca intención de conocerme que decidí no hacerlo con ellos.

Llamo a mi cía actual.

Me atiende una chica, dulce, me pregunta cosas, voy contestando:

-¿Qué gasto médico tenéis?

- 3000 € -contesta

-Es poco.

-Sí, lo es... pero bueno, solemos cubrirlo todo en partes de accidente.

(ya, por el convenio con la SS.)

-¿Qué cubre esto?

Me lo explica.

-¿Y lo otro?

Me lo explica.

-Trabajo en cía de seguros, ¿tienes alguna oferta para mí?

Me lo explica.

-¿También abres partes?

-Sí -contesta-, aquí somos multifuncionales todos.

-Ah, ok, qué interesante.

Lo hice con ellos.

Por el trato.

En coberturas, mi seguro es imbatible. En el trato, esa chica superó a toda la competencia. Y en el precio también. Pero sobre todo en el trato, no quería vender, solo respondía a las preguntas.

Llamo a Mapfre para cancelar mi seguro de vivienda.

-Tras diez años con vosotros, voy a cancelar por esto, por esto, por esto y por esto. A no ser que hagas esto.

(La llamada fue muy divertida por eso la escribo).

-¿Dónde le mando la carta de baja?

Hum.

-Trabajo en seguros -contesto-, ¿no tienes oferta para mí?

Responde (y la verdad, el tono era para escucharlo).

-¡¡Somos Mapfre!!

-¿Y? -pregunto, interesada (y con una sonrisa amplia en los labios).

-Yo no negocio -contesta el chico, jovialmente.

-Se os irán todos los clientes... -respondo con dulzura.

-¡Sí!

JAJAJJAJAJA!

-¿En serio?

-Pues claro, todos... luego dan un parte, y luego vuelven y pagan el triple porque... ¡Somos Mapfre!

jajajaja!

Aún hablé con dos comerciales más de la empresa, hasta que di la baja. Y luego comentaba la jugada con los compañeros de curro.

Hay llamadas muy divertidas. No son muchas, son unas pocas.

Yo tuve un señor, hace años, que había nacido en el año 1939 y la llamada me llevó invariablmente a pensar en mi abuelito y a esperar a que dejara de gritar e insultar, para decirle, muy amablemente:

-Señor XX, si usted quiere revisión de precio, me llama y me lo dice. Pero, por favor... no me llame así. No hace falta ponerse así para pedir las cosas.

Entonces el señor, cambió de manera radical, y con la voz más entrañable del mundo, dijo:

-Ay, señorita, es que.. me han dicho que si no llamo y les insulto... no me hacen caso.

Alcé las cejas, sorprendida.

Yo no creo que gritar de buen resultado a nadie. Lo que puede pasar es que pongas nervios@ a la otra persona y se bloqueé, o haga menos por ti de lo que podría hacer.

Tuve otra llamada muy divertida. Era un chico, del año 79. 

Nada más entrar, con energía, dijo: "Le llamo para...." y expuso un escenario.

Haciéndome la inocente, pregunté: "Perdón, pero, ¿a qué se refiere?" y el chaval, porque hablaba como un chaval, expuso todo lo que iba a ocurrir a continuación, con pelos y señales. Acto seguido dio una palmada y dijo: "¿empezamos?"

Yo me puse roja, dije lo que él ya sabía que yo iba a decir, y él contestó, "claroo" y nos entró la risa a los dos.

De ese chico, me enamoré por teléfono. 

Y luego tuve otra más divertida aún. Del año 78 o 74... llamaba desde el concesionario. Él tenía una moto Trail, Xt 600. Yo me enamoraba de todos los clientes de Bmw Gs 800 (la trail de Bmw, me resulta muy sexy).

Tal cual miré los datos, la fecha de nacimiento, y la moto que tenía... él dijo:

-¡Es que hoy compro una moto nueva!

Y yo contesté (y -de verdad-, no sé cómo hice esto):

-No me lo diga. Cambia usted por una BMW GS 800, un modelo trail...

Se oyó un silencio en la línea... y de repente, el cliente dijo:

-¡SEÑORITA, ¿¿¿ESTÁ USTED AQUÍ???!!

JAJAJAJAJA!

No, no estoy ahí.

"¿¡Y cómo lo sabe?!".

Esa llamada fue para escucharla.

"¡Usted está aquí, no me mienta! ¿Me está viendo?!"

Lo sé por su tipo de moto, lo sé por su edad, lo sé por que todo cliente de XT quiere una BMW... 

Lo sé por muchas, muchas cosas...

Sí, ya no tengo ese puesto (hace poco llamó un cliente de Salamanca preguntado por mí), pero guardo con cariño algunas llamadas... otras ponen la piel de gallina.

Es lo que tiene el mundo comercial. Al final es contactar con las personas. Y descubrir qué necesitan. 

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