En el que descubro a Jaime Altozano. Y más cosas.


Voy a contar mi andadura por Youtube. Porque de verdad pensaba que yo era ajena a todo esto.

Hace un par de años, descubrí por casualidad los audios de un tipo que hablaba del Universo, el Cosmos, la lluvia, los ríos, la autoestima, los dinosaurios y cualquier otra cosa, con una meditación de relajación en medio.

Cuando le conté a unos amigos qué vídeos eran,... uno se echó a reír.

-¡Menuda voz profunda!

Yo me puse muy roja, y no hablé más del asunto.
Lo asombroso de los vídeos era que... me dormían.
Y... yo no soy de relajarme demasiado. En general.

Hasta los usaba para conducir.
No porque quisiera dormirme, ¡ojo!, era para distraer mi atención del pánico que me provoca un mundo en constante movimiento. En una carretera en la que veo multiplicarse las opciones de cambios y percances, a causa de la voluntad de la gente, que se cruza en el camino. Siempre he dicho que hay algo especial en conducir un coche, cuando otro pasa en paralelo a tu lado, y de repente, si va un poco más deprisa, ocurren tres velocidades a la vez. A mí, esos momentos, me fascinan. Mi velocidad, la del coche más rápido, y la de ambos coches entre sí, que a veces es casi constante. 
¿Cómo puede estar casi parado respecto a mí y sin embargo estar los dos a ochenta kilómetros por hora, y sin embargo él ir a 110 y yo 70, pero en ese punto estamos quietos? Porque la distancia es equidistante...
Bueno, pero esa es la parte bonita. La menos bonita es cuando intentas ir controlando a toda la gente, porque hacen el idiota y nunca miran por el bien común. Sino por el ir más rápido.

Yo que veo simetría incluso en la cadencia de los semáforos, me pongo de los nervios. 

Bueno, total. Que me desvío.

Una de las cosas que tienen mis obsesiones es que llegan, profundizo mucho en un tema, y luego paso a otro dejando el tema anterior obsoleto y -en cierto modo-, bajo la etiqueta de "no volver a tocar". No sé por qué es. Me ocurrió con la Dragon (los libros). Gané un premio literario con 13 años. Me dieron 10.000 pesetas de aquellas, para gastar en el Corte Inglés. Siendo una chica que no tenía ni puñetera idea de ropa, ni maquillaje (en aquel colegio, si cambiabas de sudadera más de dos veces a la semana, te zurraban), ... lo gasté todo el libros. Las Crónicas de la Dragon, Los preludios de la Dragon, Los personajes de la dragon.
Aprendí a escribir "comercial". Aprendí muchas cosas.
Hasta escribí una obra de teatro con Laurana, Kitiara y Tanis.
Devoraba libros, dibujaba manga, dibujaba en todas partes...

Pero un día... la Dragon pasó. Sin más.
Y no he vuelto a tocar un libro medieval.
Me aburren soberanamente. Hace poco, tuve que leer (me lo prestó una amiga) "La maldición de Chalion", y es que fue abrir las tres primeras páginas y pensar: "Ufff, me aburro". Ya está superado.

Cabe destacar, que ni con el budismo ni con el Muso me ha pasado esto. No sé, debe tener algo mágico si ha conseguido que un tema me apasiones durante ... casi 10 años. 

Después de esto, vino el doblaje.

No sé cómo mi familia pudo aguantar eso. Qué obsesión. Salvador Vidal esto, Salvador Vidal lo otro. Y como no podía ser de otra manera, acabé en el rodaje de Harry Potter. ¡Jajaja! Soy la tía más pesada e insistente del mundo. No sé, terminé en una clase con el director Skinner y la chica que dobla a Hermione. De ahí conocí a Guti, de ahí a más gente. De ahí me metí en un lío que no voy a recordar (ay, señor, ingenua universitaria). Y me enganché a un programa de radio solo porque hacía el efecto de unos pasos caminando en su comienzo. Escribía cartas de amor al locutor. No sé, siempre he tenido ese punto entre loca encantadora y extraña chica obsesiva... lo que me hacía llegar muy al "interior" de los asuntos. Y luego salir huyendo de ellos. Es como "llegas-destripas-y te vas"

Hasta que, un buen día, el doblaje pasó...

Ahí empecé a notar cómo funcionaban mis obsesiones.

Y tiene su gracia, ahora tengo amigas (casualmente, en el club de literatura) que son voces de doblaje famosas e incluso una vez (un viernes aciago) cené con unos tipos, uno de los cuáles estaba como muy interesado en conocerme y mientras mi amiga decía: "Nelly, ¿no sabes quién es él?" Yo sólo pensaba en volver a casa y dormir. Tenía una pareja entonces (un buen chico) pero yo estaba muy, muy, muy, muy agobiada. Cosa que igual tendría que hacerme mirar.

Volviendo al tema. 

Yo presento los libros que escribo en Institutos, a chavales jóvenes. Y los profesores me dicen que es muy complicado competir con Youtube y con los videojuegos. Poco después de presentar en Madrid, me llegó una oferta para hacer de negro editorial de una youtuber. Mientras mi hermano mayor se llevaba las manos a la cabeza, yo me sumergía en el "lenguaje" de los nuevos... jóvenes y trataba de... seguir la línea. De hacer lo que me pedían. Y entre... libro y libro (libre), salió algo verdaderamente hermoso.

Como bailaba y saltaba el día que me llegó esa preciosa edición en tapa dura e ilustrada.

Ni yo conozco a la Youtubera, ni ella me conoce a mí. Y, francamente, se me haría raro hablar con ella. Muy raro. Pero la temática del canal, me gustaba. Le tomé cariño. Mucho. Ni ella, ni el editor lo saben (a no ser que me lean, claro, y lo dudo pues este blog tiene seudónimo... y la gente tiene mejores cosas que hacer).

Bien. Mis amigos (escritores, que son apoyo fundamental en momentos de duda) dejaron el mundillo y se decantaron por Amazon, o por el cine. Salvo Olalla. Que es la mejor de todos nosotros. Los demás, o lo tenemos como algo "residual", o ... en el caso de otro amigo, ha publicado 8 libros pero con una editorial pequeña. Yo soy fan de la distribución a gran escala. Editorial grande. Lo siento si mola más decir que vas de bohemio, pero me encantan los sellos potentes. Me chiflan. Acabé en publicidad en la universidad, me llaman la atención las marcas. Me dices Ediciones B, Roca, ... me dices Montena... y me emociono. Que sí, que luego hay muchas quejas, lo que tú quieras. Pero... pasas delante de una librería y el libro está ahí. Yo entro en Lfnac y encuentro 3 libros míos.

Si me lo hubieran dicho de pequeña... cuando devoraba todo lo que llevara letras.

Me he vuelto a ir del tema.
(Bueno, es que recuerdo el día que aprendí a leer. Eso sí que fue... espectacular. No llegaba con la cabeza al tablero de la mesa de cristal del salón. Me apoyaba en ella, con mi pijama, jugando con varias sílabas en un trozo de papel. Y cada vez que las juntaba gritaba como una loca: "¡¡Papá, ¿qué pone aquí?!" Yo me ponía muy nerviosa con eso. Gritaba para que me leyeran la programación de la tele. Gritaba mucho, en verdad. ¡ajajaj!) y entonces, los mayores, me leyeron: "Na-ra", y así una y otra vez hasta que leyeron: "Ra-na".

Rana.
(bicho verde de los pantanos)
Y lo vi.
La rana, me refiero. En mi cabeza. La visualicé. O sea, vi dos garabatos en un trozo de papel y de repente los garabatos eran una rana. La vi tan clara como una foto. La imaginé.
Y automáticamente, me di cuenta de algo que iba a cambiar mi mundo: 
-"Puedes tenerlo todo" (pensé)

TO-DO

Tooooooooooooooooooodooooooooooooo!!!!!!!!

Todo, el mundo, ¡¡El Universo!! TODO!
Es un lenguaje.
Es un código.
Es... el infinito. 
Tú lo sabes leer... y aparece.

Los siguientes días ... creo recordar, hice una lista de palabras y otra de "palabrotas" (lo que arrancó una fenomenal bronca de mis progenitores) y pregunté por qué algunas palabras se consideraban "buenas" y otras "malas", cosa que -vistas por primera vez-, no parecía tener mucho sentido. Es decir, solo eran sílabas. ¿Cómo podía una sílaba ser mala? ¿Por qué?

Decidí que había cosas que mejor no preguntar. 

Y luego empecé a devorar libros.
Luego me dieron las llaves de la biblioteca.

Y me estoy yendo otra vez del tema....
Hablábamos de Youtube...

Pensé que eso de los Youtubers, no tenía nada que ver conmigo.
Y un día, hablando con mi hermano de otros temas, de repente dijo:

-¿Te interesa la ciencia? Eres otra de esas enamoradas de Crespo ¿eh?

¿¿Quién??

-¿No conoces a Crespo? Si estáis todas coladas por él....

Y así me puso mi primer vídeo de youtube de ciencia.

Crespo es demasiado complicado para mí.

Veréis, yo no era buena en matemáticas. Ya os dije que un día tuve un examen del que desconocía la respuesta, y como me dio terror, le pedí a "esa otra parte de mi cerebro" que lo resolviera. Como si no supiera nada. Le dije: "oye, tengo esto, ¿cómo lo hago para llegar a lo otro?". Esa otra parte de mi mente dio la solución.

Y el profesor llamó a mis padres.

Es otro de los momentos de mi infancia que recuerdo. 

-Verá, su hija... sólo tenía que aplicar esta fórmula. El problema se resuelve en estos dos párrafos. No ocupa más. Sin embargo, ella ha llenado dos hojas de cuentas. 

Me puse roja, no, lo siguiente.

-Y el caso es que...la solución está bien. Pero la forma en que ha llegado hasta ella es algo que no había visto nunca. Me preocupa su manera de pensar.

Esa frase: "me preocupa su manera de pensar". Me alejó de las matemáticas para siempre. Las odio. Ni os imagináis. Entonces el profe se inclinó y me dijo:

-No te sabías la fórmula, ¿verdad, bonita?

Horror.
Para que te miren así... mejor dejar la hoja en blanco. Os lo aseguro. Parecía estar a punto de encerrarme en algún lugar de paredes acolchadas para observarme luego con lupa y microscopio.

No sé... traté de partir de lo común para resolver el problema. Solo que... quizá lo lié todo muchísimo. No lo sé. Pero ya no más...  Sé que era un problema con una de esas gráficas que tanto odio.

De ciencias no entiendo nada. Y me paso el día preguntando ¿por qué?

Ayer, mismamente, me preguntaba cómo es que la gravedad curva el espacio si nos vemos atraídos hacia el centro de la Tierra... ¿seguro que la gravedad es eso que pensamos que es?

Son dudas que me asaltan a veces, cuando estoy meditando, y no medito bien.
Tuve que apartar la duda porque no era momento, ni lugar, para preguntarse por el funcionamiento de eso que estudiaba Einstein. 

Tan torpe soy en ciencias que mi hermano me explicó por qué la luna no se aleja volando de la Tierra usando un plato y un vaso (eso sí que fue divertido), y un agarre fuerte para explicar la fuerza centrífuga. Porque yo no dejaba de preguntar: "¿y por qué?" a todo. Me parece sorprendente que lo que ata la luna a la tierra sea parecido a lo que ocurre dentro de una lavadora...

Total, que tampoco sigo a Crespo... (porque a todo esto, yo quería hablar de Youtube)

Un día tomando un café le comenté a una amiga que es posible, quizá, que yo sea bastante sensible (a nivel sensibilidad de sentidos como tacto, visual, intuición...) y por eso todas las cosas me afectan tanto. Y mi amiga dijo: "¿conoces el ASMR?"

Y yo respondí: ¿El qué?

-Es gente que con cosas cotidianas, se relaja mucho. Por ejemplo: abrir un bote de champú. Hay quien lo tiene y quien no.

¿¿??

Al llegar a casa puse "Youtube: ASMR" y ahí sí, descubrí un nuevo campo de estudio.

Pero si lo ponéis os vais a asustar porque sale gente que parece "una muñeca", susurrándole a unos micrófonos de manera casi... (y sin casi) sensual. 

De hecho, he tardado bastante en hablar del tema porque no me parece... "moralmente aceptable". Veréis, el ASMR significa que algo te dispara el sistema nervioso "meridional" (no sé, si viene de ahí), pero básicamente se explica en: "Me susurran algo al oído y yo lo noto en la parte baja de la espalda". Fenómeno del que ya me había percatado en mis 37 años de existencia.  No sabes porqué es, pero es.

Y al indagar un poco sobre el tema, no pude evitar recordar una pelí que me recomendó el Muso, llamada Él árbol de la Vida. Que al terminar de ver, me senté a escribir y os dije: "Es un anuncio de perfume de dos horas y media". Porque es eso:imagen tras imagen, evocadora. Sin embargo, tuve que reconocer que me pasó algo extraño con el visionado de la película que a día de hoy no he podido explicar.

Hay una escena que me relaja muchísimo. Y no parece hecha para relajar (o sí) pues es de lo más cotidiana. Es como quien ve a alguien hacer un desayuno. Y sin embargo, sentada en el salón (levanté la cabeza) y pensé.... O más bien, no pensé, sino que... noté algo raro.

Eso también es ASMR.

Con el tiempo, me he dado cuenta de que lo asocio a cuando yo era niña y curioseaba dentro de los cajones de espejo de un espejo que había colgado en un cuarto de baño. Y cotilleaba todo lo que había allí, (las pinturas) pensando que "qué cosas más raras tenían los mayores". Una vez, mi madre me vio y me dijo: "Ven, que vamos a pintarnos" y todavía recuerdo el tacto del pintalabios... usado como juguete (y el posterior lavado de cara que no fue tan agradable). Esa cotidianidad dispara una sensación casi olvidada de silencio y seguridad que viendo la película, de algún modo, regresó a mí.

Y el ASMR, intenta hacer lo mismo. Claro que, más de la mitad de los vídeos no me sirven para nada. No me causa ningún placer que susurren cosas inaudibles a mi oido, ni que raspen una superficie de cartón, lo que lleva invariablemente a investigar el origen de mi dentera (hay un sonido con cartón que me provoca dentera y creo que es porque he trabajado en librerías y era el ruido de abrir las cajas nuevas con un cutter. No lo soporto, tengo que tener cuidado con eso porque si abro mal la caja noto algo super desagradable por todo el cuerpo).

Sin embargo, el comienzo de un vídeo en una cafetería (donde hay sonidos normales de la máquina de café) , otro de palabras francesas y otro de agua, si que me provoca el efecto, especialmente con sonidos bilaterales (también, siendo muy joven, me enganché a ellos) de "sentir el sonido como tacto, como presencias..." y esto... me llevó a leer varios artículos uno de los cuales me ha hecho censurar el ASMR. Pues habla de sinestesia. Que es más o menos lo que mi amigo universitario (uno de los compis, que tomaba sustancias poco halagüeñas, decía sentir con dichas sustancias).

Recordemos, todo aquello que me hace sentir como un "perro verde", es digno de censurarse y arrojarse al océano de "No-sigas-por-aquí-investigando-que-a-saber-donde-acabamos". 

Tras leer unos cuantos artículos sobre sinestesia -no sea que vuelvas a la clase aquella del profesor de matemáticas- colgué la etiqueta de "censurable y de bicho raro" al ASMR y decidí no hablar a nadie del asunto. 

Y entonces, mi amigo Jaime me mandó un vídeo de otro Jaime, de apellido Altozano.

Sobre música.

Sobre Bach, sobre sonidos, sobre MÚSICA 8D (aaaah! aplicando algoritmos matemáticos resulta que puedo engañar al cerebro y hacerle sentir muchas cosas naturales, pero artificialmente).

Aaaaahhh!!!!! 

Que no hay que tenerle miedo.

Y a Jaime Altozano, sí, me he enganchado.

Así que, todo este rollo para soltaros que sigo a un Youtuber. Y que me parece uno de los mejores descubrimientos del 2020. Eso de que me hables de Bach, me cuestiones la educación, y seas capaz de explicarme que Vivaldi hablaba de borrachos en sus famosas 4 Estaciones... es algo que me encanta.
Creo que he encontrado un canal a mi medida:




Tenía razón mi amigo al decirme que me iba a encantar. Os dejo estos dos vídeos, que no tienen desperdicio.

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