Una de las cosas que he aprendido durante la cuarentena (una, pues son muchas) es que "o leo o me preocupo, pero ambas cosas a la vez, no". Es decir, leer atrapa mi atención y quita el foco de todo lo demás. Habrá días, me supongo, en que no sea capaz de leer. Pero sí que es una herramienta tan poderosa como el pensamiento. Cada uno tendrá la suya, supongo (salir a correr, la música, o acariciar a alguien que quieres).

Ayer por la noche seguí con el capítulo tres de Oveja Mansa y me partía de risa. Ya sé por qué no me gustó cuando lo leí por primera vez. Esperaba que pasase algo "escandaloso", grande, ruidoso. Y nada de eso ocurre. Sin embargo, en esta re-lectura, cuando les dan los impresos para pedir fondos y la doctora dice: "Ah, bueno, son 22 páginas y no 35, así que algo hemos mejorado" y su colega responde (de nuevo al final del capítulo, cerrando el círculo con ese golpe de efecto): "No, no, te equivocas. Ese es el nuevo impreso simplificado de solicitud de materiales. Para pedir clips". ¡JAJAJA!

Empecé a preguntarme dónde ha trabajado esta mujer (la autora). 

Y el libro es muy bueno... sólo que es irónico. Critica la empresa, critica las relaciones humanas y cada capítulo abre con una moda. Pues es lo que ella está intentando descubrir. ¿Por qué suceden las modas? ¿Qué hace que el hombre, como especie, se mueva? ¿Por qué una mariposa bate las alas en China y en su empresa hay una reunión de personal? 

Y luego hay otro aspecto interesante. No hace más que criticar a su colega, pero luego le acompaña hasta biología y se queda un rato mirando su corbata. Dice "alguna pauta hay...". Volvemos al estoy pero no estoy de la novela "Pasage". Habla de una cosa cuando en realidad está transmitiendo otra.

No sé, me pregunto a quién me recuerda, jajajajaj...!

Es como el "debían de ser su dientes" de Buttercup en la novela de Goldman. Tres horas de diálogo interior para concluir que el chico de labranza tenía una dentadura estupenda... 

En fin.

^_^ Feliz lectura.