Estudiando budismo...


Sí, me temo que van a ser unos días de escribir mucho.

Me han llamado mis seres queridos. Algunos no saben qué hacer al estar en casa:

-¿No? ¡Pero si hay cantidad de cosas! Mira: he cambiado las cortinas, he limpiado los suelos, he recogido el armario, ¡tengo toda una enciclopedia de escritura creativa para leer! (regalo de unas amigas de Valencia). Y, además, quiero hacer algún curso de budismo...

Nada más colgar, llamé a otra amiga de hace muchos años. De la multinacional.

-¡Nelly! ¡Qué gran alegría oír tu voz cantarina! ¡Cuéntame! ¡¿qué tal los libros?! ¿qué tal los amores?

Hablamos un buen rato. Le mandé foto de mi última novela (es un contrato de negro editorial, para un Youtuber) Y hablando y hablando surgió el tema aquel de mi marcha de aquella empresa, que me puso muy triste.
La persona que me ayuda con los temas de emociones me dijo ayer que prestara atención a la ley del espejo. Ella me lleva diciendo años (pues años ha que la conozco) que los demás proyectan en mí. Se dicen las cosas que se quieren decir a sí mismos. Y me ven siempre iguales a ellos, cuando entre ellos se parecen lo que un huevo a una castaña.

Ocurre porque yo no hablo. No me dejo conocer.
Y esto pasa porque ni yo misma me conozco.

Y es un latazo.

Mi amiga me dijo:

-¡Uy, no, no! Rompe con ese chico, porque tú eres una mujer tradicional y con unos profundos valores. Tienes una inocencia y unos valores que no son normales, no son del día de hoy. Y hoy todo es superficial y...

Lo de los valores, internautas, me tocó el corazón. Eso y ayer, cuando le dije a mi mejor amigo que mi cerebro no funcionaba como el del resto de la gente y él contestó: "Eres naive" y se echó a reír, "tienes una inocencia rara, que no se da mucho".

Vale, aceptamos inocencia como animal de compañía. 

Pero mi amiga me recordó algo feo de aquella empresa y al colgar, me puse triste. "¿Qué le habré hecho yo a aquella mujer para que me cogiera esa manía?" Siempre lo atribuí a que existía rivalidad entre el director que se marchó y ella.

He aprendido a no escuchar a otros por encima de mi propio corazón. Porque mi corazón está todo el tiempo (igual que con el actor, hay algo que los demás no ven, porque no están cuando yo estoy). Por supuesto, la opinión de los demás hay que escucharla, pero si tu instinto te dice otra cosa... Es como las piezas de un puzle. Y cada uno tiene las suyas. El puzle de cada uno es diferente.

Yo sé que lo del actor no tiene futuro ninguno, pero también entiendo porqué estoy con él. Y.. no hace falta que todo el mundo entienda esa otra parte, porque tendría que dar explicaciones durante horas. Y -aún así-, a veces la gente sigue sin escuchar. A ciertas palabras somos impermeables, porque no queremos asumir o ver la situación del otro. Eso también me ha pasado. Dar con las palabras precisas para que el otro te entienda es algo muy, muy difícil.

Y el Muso sabe hacerlo. 

Bueno, mientras me sentaba en el sofá, pensé: "Ay, no dejes que ese recuerdo te empañe la alegría de volver a saber de ella".

La conversación había finalizado con un "todo sucede por algo, mira qué contenta estás ahora con tu vida. Las cosas pasan por una razón". Sí, bueno, eso abría un debate interior que ya estaba notando y en el que no quería entrar.

Así que pensé: "Venga, voy a ponerme un curso de Budismo. De los que el Muso me enseñó". Bueno, más bien me guió hasta esa página.

Ayer, también es importante esto, la persona con la que hablaba de emociones me dijo que yo no me hundía, sino que me agotaba. "Te agotas de pelear contra ti, gastas mucha energía en eso". Y también hablamos del enfado. Y me dijo: "la ira esconde otra cosa".

Automáticamente, pensé en la conducción. No sabéis, de verdad, el esfuerzo que es para mí conducir.

-¡Me enfado tanto! -le dije-, y cada vez que me enfado sale algo mal. Lo tengo comprobadísimo. El otro día sin ir más lejos me enfadé con un coche lento, y... ¡acto seguido casi choco con un coche de policía!

Fue verdaderamente gracioso. La gente va más deprisa que yo, así que yo tiendo a controlar a mucha distancia. Y venía un coche lento, le adelanté por el carril izquierdo. Pero tan lento iba (¡ya te vale! pensé) que supe que el semáforo interior de la rotonda, se iba a cerrar para todos menos los que siguen girando. Como yo tomaba la salida dos, pensé, por ser elegante, echarme al carril interior.

En el carril interior -en el punto ciego-, tenía un coche de policía nacional.

No le di, de puro milagro. Y no le di-dos veces-, de puro milagro. Si no me hubiera cabreado con el coche lento, ni con el semáforo que se iba a cerrar, jajaja... en fin. Miré para los policías pensando: "Me paran, y me denuncian". Pero ellos siguieron su camino. Así que bajamos a la nacional y yo iba pensando: "torpe! Mira que eres torpe!"

No falla. Me enfado, se cierra un semáforo. Me enfado, casi me doy con otro. Me enfado, una moto se cruza de carril y casi la liamos.  No falla nunca.

Es como si hubiera una norma universal que dice: Nelly, aprende a conducir con "kalma" (o con k-arma) jajajaja!

No me puedo enfadar. Y me enfado SIEMPRE.

-Pues el enojo oculta algo -dijo mi maestra de sentimientos-, puede ser tristeza o miedo...

-¡MIEDO! -exclamé.

Miedo. Terror.

"¿Qué hace ese? ¡Está loco... me va a dar!"
"¿Por qué va tan lento? ¡Quítate del medio que nos estás liando a todos! y hay peligro"
"¡Pero será idiota adelantando por donde no hay carril! ¿Es que no ve que es peligroso?!"

Yo no me enfado porque los demás vayan saltándose las normas. A veces, me río de eso. Lo que me enfada es que los demás me pongan en peligro, o se pongan en peligro entre ellos.

Es miedo. Toneladas y toneladas de miedo.

Aclarado ese punto, entro en la página de Budismo y veo muchos y variados cursos. Algunos son formales y requieren más compromiso que tres en días en casa por cuarentena. Aunque podría hacerlos. De entre todos, uno me llama la atención.

"La Ira"

Hum.
Lo abro, lo ojeo. Leo el final del capítulo uno (como no, para qué vamos a empezar por el principio). Y pienso: esta frase tiene razón y esta no. Pero la de "como no tengas un interior firme todo te zarandea para todos lados" es muy cierto.
Pongo la conferencia.
La primera parte, pienso: "Bah... que ira ni que leches, si esto no es para mí"

De repente, la monja estadounidense, en perfecto inglés, dice: "Mi maestro me dijo que yo tenía un problema con la ira. ¿Cómo una chica tan dulce, tan inocente y tan cooperativa podía tenerlo?"

Bueno, para empezar, la monja se menosprecia bastante, cosa que no hace falta, al comienzo del vídeo. Luego dice que es terca (eso, vale, lo puedo ver una virtud), pero se llama tonta todo el rato y yo no estoy de acuerdo con eso. Ya esta bien de tanto menospreciarse, las personas valen mucho. Todas.

Entonces la monja dice que su maestro le mandó a Italia. Donde los hombres eran "muy machos" y muy machistas. ¿¿Ein?? pienso.
Dice que la pusieron a trabajar con dos hombres así y que la volvían loca. Que se metían con ella. Se burlaban de ella. No la tomaban en serio. Y uno le llegó a decir: "eres lo peor que le ha pasado a este centro de Dharma".

"Toma ya" pensé. 
Diréis lo que queráis pero... veo problemas similares en todas partes. Ya seas monja... o una ejecutiva de cuentas, o trabajes como modista... da igual. Lo que estaba contando era fácilmente identificable.

La monja escribió a su maestro: "Oye, mira, estoy creando karma negativo por estar aquí y voy a renacer en el infierno".

A estas alturas, yo estaba muy enganchada a la historia.

Y el maestro le dijo: "Ah, pues... voy a verte. Tardaré unos seis meses"

La monja se echa a reír y yo también. Madre mía, lo que le espera.

Al final ella va a ver al maestro. Se suben a un tejado y ella le dice todo lo que le pasa en el centro de Dharma (Y todo esto, ¿qué tendrá que ver con la ira?). Y el maestro le dice: "¿Quién es más amable, Buda o esa persona de la que me hablas?" y la monja dice: "hombre, pues Buda!". Y el maestro contesta que no, porque si quiere desarrollar la fortaleza... entonces lo que necesita es un enemigo.

Y claro, yo he parado el vídeo.

Lo que propone es demasiado difícil. Es como si me dice: "Nelly, sal a conducir en hora punta". Tal cual. Luego seguiré con el vídeo pero antes voy a poner una película.

Lo que me ha hecho mucha gracia, de verdad, es cuando la monja dice:

"Yo quería un poquito de amor y comprensión. Yo quería que mi maestro me dijera: oh, sí, menganito es un hombre difícil. Entiendo lo que has pasado al trabajar con él, tú eres una buena practicante"

¡jajajaja!
Señor!!! como la entiendo. De verdad! Os aseguro que me ha pasado esto. Yo he ido alguna vez (no recuerdo a quién ni por qué) con esa intención, con esa idea, esperando que me digan: oh, claro, Nelly. Pobre Nelly, es que el otro esto y lo otro...
Yo creo que ha sido con el Muso. Y te llevas una respuesta que te hacer mirar al otro pensando: "¿¿¿¿¿EIN???? ¡Se está enterando de lo que le cuento!" Se te queda como cara de idiota.
Y va el maestro y le dice: "No, tú tienes un problema con la ira"

¡Venga ya! ¡Pero si la culpa jajajajaj! (no puedo, me río sola) ¡¡la culpa es del otro!!

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises