Directiva


¡Qué cosas aprendo!

Llego al trabajo. Preparo la tarea de dentro de dos días, organizo el correo, me siento.
Lo tengo todo bajo control.

-¡Nelly! Este cliente...

-Mira a ver el código de la campaña.

-¡Nelly! Este caso que...

-¿Has comprobado la fecha de inicio?

-¡Nelly! no entiendo esto...

-Ven, que lo solucionamos.

De repente una chica me mira y me dice:

-¿Te puedo preguntar algo?

-Sí, claro. ¿Por qué no ibas a poder?

-No sé, es que... eres Super, ¿verdad?

(¡jajaja)

En la entrevista para mi puesto, hace cinco años, el director del departamento me dijo: 

-¿Y Supervisora no?

El Muso tiene ese puesto. Y yo, francamente, no me veo capaz de desempeñarlo.

Pero... me lo preguntan mucho, la verdad.

-¿Qué duda tienes?

-Esto.

-Dile esto y comprueba que esto de aquí esté tenga la fecha correcta.

-¡Gracias!

Operativas, casos, fichas, documentos, causísticas, situaciones, casualidades, programas...
Todo bajo control.

Y entonces pienso:

"¿Me estoy dando cuenta de lo que está pasando?" He resuelto unas cincuenta dudas en una hora y media. ¿Por qué? Primero, porque puedo. Segundo, porque tengo tiempo.

Soy una chica que se estresa demasiado. Pero el estrés no viene tanto del volumen de gestión (no logro quedarme parada más que cuando leo, medito, estoy con el actor, o veo una película), como del hecho de atender dos cosas a la vez. Porque recordemos que siempre son tres cosas (en realidad) pues tengo un "yo interior" que toca mucho la moral y con el que me peleo constantemente.

¿Qué pasa cuando dejas de pelear?

Que ese "otro yo" resuelve cosas.

Tales como un cliente diciendo: "Mire, es que esto es imposible" y yo contestando: "Si le consigo B en otro lado, ¿usted deja C aquí y además le ahorro dinero?". ¡Jajajajaj!

c-r-e-a-t-i-v-i-d-a-d

Sin conflicto- no hay historia.
Cada caso es un caso personal, una duda, un conflicto, una situación. Una historia. 
Pero eso sí, de uno en uno.

Porque al trabajar de uno en uno, puedo mirar a los ojos a la gente. Y conectar. Y cuando conectas con otra persona en esta empresa, en estas situaciones, ocurren cosas realmente curiosas. Entre ellas, que se genera una especie de admiración... / hacer caso / gratitud... extraña.

Hay una energía extraña aquí. O a lo mejor me equivoco. 

El caso es que cuando llevaba 4 horas y media mandando (misss bossy) me acordé del taller literario la primera vez que fui y como Adrián se acercó y me dijo:

-Oye, te he observado, ¿no te gustaría ser organizadora?

Teniendo en cuenta que era en inglés y apenas dije dos palabras... me sorprendió y me negué. No dije que sí hasta que no llegó por casualidad otro organizador que yo ya conocía y nos ofreció a los dos el puesto. Pensé que si eramos dos siempre tendría un respaldo. 

Pero viendo lo que veo hoy, soy una mandona!!!

JAJAJA!
Cielo Santo, ¿¿¿qué hago yo con el actor??? 
No va a funcionar!!! 

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